Estamos a diez días de Noche Buena, de seguro andamos comprando, congelando, pensando y rediseñando menús, viendo dónde comemos, en fin, lo típico de estas fechas. Y está bien ponerle ilusión y ganas al tema, pero, ¿y si entre todos estos afanes decidiéramos otro menos baladí, como divorciarse? Sí, según diversos estudios se produce un mayor índice de divorcios en la Navidad.
“Lo de mi exmarido y yo fue amor a primera vista. Debí echarle otro vistazo” Woody Allen .
Hay dos fechas claves en las que se puede producir la ruptura: El 11 de diciembre es el día más crítico para las parejas según una encuesta realizada por el portal Information Is Beatiful. ¿Por qué? Según el sociólogo Francesc Núñez, las parejas deciden terminar para prevenir la intensa vida familiar que les espera. Se trataría de anticipar lo que se avecina y finiquitar la relación antes de tener que hacer acto de presencia en las comilonas familiares del otro. La gestión de las navidades es otro factor, el estrés que supone esta agitación económica hace tambalear relaciones que ya eran frágiles de por sí.
Otra fecha, el primer día hábil de enero es conocido en Inglaterra como el Día D en referencia al Día del Divorcio. El primer lunes de vuelta al trabajo después de las fiestas navideñas y de fin de año se registra un aumento en las parejas que se sienten desilusionadas con sus relaciones, según un estudio en Reino Unido. Es un día en el que numerosas parejas piensan en el divorcio e incrementan la clientela de los abogados. La principal razón: asuntos de dinero
“Ya sabes lo que se dice, si el divorcio es tan caro es porque vale la pena.” John Grisham
Adrián Montesano, psicólogo experto en terapia familiar y de pareja, confirma el planteamiento de Núñez. “Puede influir que la Navidad signifique un periodo de revisión personal y por tanto incite a la toma de decisiones de este tipo. La experiencia clínica nos enseña que cuando una pareja está pasando por una etapa crítica, es habitual que el miembro más insatisfecho establezca ‘deadlines’ del tipo: ‘Si de aquí a Navidades la cosa no ha cambiado…’
Según datos de la ENSD (Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios) las relaciones muy longevas (a partir de 15 años) se separan, para “evitar un esfuerzo familiar desmedido o el peso simbólico que tiene la perspectiva de las Navidades separados para ayudar al proceso de desvinculación”.
La Navidad nos puede unir o separar, debilitar lo que ya era frágil hasta romperlo. Las parejas son actos abiertos, la existencia del divorcio como solución a su estructura parece que funciona en situaciones extremas de convivencia, como las vacaciones, Navidad, etc. Convivir se está convirtiendo en un problema, en una prueba que pocos, a día de hoy superan.
“No existe la Navidad ideal, solo la Navidad que usted decida crear como reflejo de sus valores, deseos, queridos y tradiciones”, Bill McKibben
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Psicóloga especializada en Mindfulness y
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