Todos queremos llevar a cabo nuestros objetivos, deseos, intenciones. Intentamos una y otra vez dejar de fumar, comer sano, hacer ejercicio, terminar esa tarea que tenemos atascada, mejorar nuestra relación con la pareja, con nuestros padres, amigos, etc. Tenemos un montón de objetivos, planes que, aunque deseamos de corazón cumplirlos, por una u otra razón nunca lo hacemos.
Por eso es que durante esta semana me he dedicado a investigar métodos que la ciencia ha demostrado que funcionan a la hora de ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. Y haberlos haylos.
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“No hay ningún camino que no se acabe, como no se le oponga la pereza y la ociosidad. Miguel de Cervantes Saavedra”. Don Quijote de la Mancha.
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Una forma de alcanzar nuestros deseados objetivos, puede ser a través de las “intenciones de implementación”, con éstas vamos a precisar cuándo, dónde y cómo vamos a realizar las conductas que nos llevan al objetivo. Gollwitzer, el psicólogo que las idea, comenta que las “intenciones de implementación” nos ayudan a conseguir los objetivos planteados ya que, no sólo nos ayudan a ponernos en marcha, sino que también sirven para manejar adecuadamente aquellos obstáculos que nos puede desviar del objetivo, como las distracciones, los malos hábitos, las tentaciones de abandono o los conflictos de objetivos. ¿Cómo? Bien, se trataría de formular “intenciones de implementación” adicionales para tales casos, por ejemplo, “siempre que alguien me ofrezca un cigarrillo, haré…”, “cuando vea que voy a comer algo insano, lo sustituiré por chocolate negro, nueces, etc.”.
Otro método, conocido el ámbito de la investigación como contraste mental, implica concentrarse en los resultados positivos, prestando atención también a los posibles obstáculos que pueden interferir en el logro de los mismos. Este método implica reflexionar sobre los beneficios que obtendríamos al alcanzar nuestro objetivo y a continuación reflexionar también sobre el mayor obstáculo que puede aparecer y que nos dificultaría lograr el éxito, centrándose en buscar soluciones cuando surgiera.
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“Lo importante no es llegar sino ir”. Robert Louis Stevenson
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¿Cómo pasar del deseo a la acción? Los estudios han revelado que cuando se utilizan conjuntamente las estrategias del contraste mental y las intenciones de implementación (MCII; del inglés, mental contrasting, implementation intentions) se crean sinergias beneficiosas, fortaleciéndose las asociaciones inconscientes, y ello nos puede ayudar en una gran variedad de situaciones cotidianas, sea para dejar de fumar, mejorar los hábitos nutricionales, fortalecer las relaciones sociales o trabajar y estudiar de forma más eficiente. Gabrielle Oettingen, la persona que ha desarrollado el procedimiento, prefiere utilizar el acrónimo WOOP (del inglés, wish, outcome, obstacle, plan; deseo, resultado, obstáculo y plan en castellano). Analicemos las cuatro fases del proceso con un ejemplo sencillo aplicado a estudiantes adolescentes:
1. W: Especifica el deseo. Piensa en un reto que sea importante para ti y puedas cumplir.
2. O: Imagina el resultado. Visualiza el mejor resultado asociado al cumplimiento del deseo.
3. O: Piensa en el mayor obstáculo interno que te impide alcanzarlo. ¿Qué se interpone en tu camino para que tu deseo se haga realidad?
4. P: Crea un plan para superar esos obstáculos. Has de concretar el procedimiento especificando cómo, cuándo y dónde actuar.
En este vídeo se explica detenidamente los pasos:
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“Si la oportunidad no llama, construye una puerta”. Milton Berle
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Psicóloga especializada en Mindfulness y
Terapia de Aceptación y Compromiso
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