La actriz, que lucha por hacerse un hueco en el mundillo, hace también de hija de Pepe Viyuela en ‘García y García’, en Prime Video
A la granadina Ana del Toro (1993) le inocularon el virus de la interpretación para el que ni los consejos familiares ni otras personas cercanas han encontrado la vacuna. Desde pequeña ya le encantaba bailar y contar historias encima del escenario durante las funciones escolares. Más tarde, en su etapa como estudiante del Instituto Padre Manjón no tuvo duda a la hora de elegir como actividad extraescolar las clases de interpretación en la Escuela de Cine y Teatro de Granada. Para ella, «ahí empezó todo pues cada vez crecía más en mí esa necesidad imperiosa de poder vivir vidas de otros personajes a través de una herramienta propia que soy yo misma».
Inclinación en la que se reafirmaría tras iniciar los estudios de Ingeniería Informática pues se dio cuenta de que no era lo suyo y que tenía que enfrentarse «a lo que realmente quería aunque no fuese una cosa estable». Para ello decidió inscribirse en la Escuela de Arte Dramático de Málaga, lo que le permitió participar en bastantes obras. También con la compañía dirigida por Carmen Ruiz Mingorance con la que tuvo la oportunidad de participar en ‘Luces de Bohemia’, lo que le reafirmó en su decisión pues le permitió darse cuenta «que había hecho bien» dando un vuelco a su vida. El tercer año lo cursó en Alemania lo que le sirvió para seguir aprendiendo como actriz y también para forjar «unos cimientos muy importantes para ser quien soy ahora y para saber por qué quiero ser actriz».
Después se trasladaría a Madrid donde ha alternado su formación en la Escuela de Interpretación de Juan Codina con trabajos en la hostelería o tiendas pues son «medios para poder permitirme hacer giras por colegios por salas alternativas». Así mismo, se considera afortunada pues ha participado con algunas compañías, como La Tregua Teatro y ha tenido la oportunidad de hacer muchos cortos, algunos de los cuales han tenido reconocimientos en festivales. En uno de los cursos conoció a Roberto Fernández, que le ofreció la oportunidad de participar en su corto ‘Lu Belmonte’, rodado en el verano con un equipo de cinco personas. «Después de mucho darle la vuelta a la cabeza, Roberto decidió que de corto iba a pasar a película entonces ese equipo se convertía en un equipazo de muchísima gente» y para cuya realización recurrieron al micromecenazgo, contando con aportaciones de amigos y familiares.
La pandemia posibilitó que se pudiera montar en muy poco tiempo. «Un año y medio después, tras mucho trabajo del equipo y, a pesar de no ser caras conocidas, Filmin decidió darnos la oportunidad de estar ahí. Si no tenéis la plataforma podéis alquilarla por lo que cuestan dos cervecitas en Granada y disfrutáis de una película que mezcla lo cañí con lo underground de una manera muy particular», señala esta actriz cuyos trabajos se puede seguir en Instagram y Facebook.
Mientras que se montaba esta película Ana recibió otra llamada para participar en la película ‘García y García’, de Ana Murugarren, en la que interpreta el papel de hija de Pepe Viyuela, uno de los protagonistas, y en la que también interviene Martita de Graná. Su participación en ambas películas las califica de «experiencias bellísimas» y agradece a todos sus compañeros lo mucho que ha aprendido.
Para saber más:
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