Rafael Reche: «Vivimos en un tiempo insólito: epidemia, guerra en Ucrania, subida de precios»

Cada día vuelvo a las clases de la Universidad del Aula Permanente, atrás se queda el mundo disperso y sus espinas. Entre conversaciones y silencios, risas y bromas, vibra una onda invisible que nos inquieta, que se ha incrustado en nuestras vidas: la pandemia persistente, la subida de los precios de la luz y el gas, la guerra en Europa, el desabastecimiento en los supermercados…

Nos sentimos extraños, sin respuesta, queremos mantener vivo lo que fuimos. Llevamos unos años que miramos al exterior desde nuestra propia ventana y contemplamos en frente un mundo distinto como si el presente y el futuro nos lo arrebatarán sin pedirnos permiso. Sumergidos en un nuevo estilo de vida de incertidumbre permanente. Dos años pasados vividos como fieras enjauladas, en clausura, con las calles desiertas, en un negro mar deshabitado por la distancia social y las muertes. Una sociedad tan distinta en perpetua espera de una ola tras ola del virus, el tiempo madura y se acumula el agotamiento, borramos lo pasado dejamos el espacio en blanco sin memoria, ya flotamos en la pura existencia.

Todas las guerras son la misma guerra. Pasan los siglos, cambian las armaduras, se transforman las armas: las piedras en flechas, las flechas a balas, las balas pasan a proyectiles y estos a misiles. Causan dolor en todas las épocas, cada vez más destructivas, cada vez más selectivas. Crecen las tumbas de mármoles blancos, el aire asesinado, las palabras huérfanas y los sueños perdidos.

Arrastra el rio negro la trémula sombra de las voces de los inocentes de una guerra. Imagen de un atardecer en el rio Genil. Granada.

Aunque viva 500 vidas, no dejaré de pensar que somos una especie en extinción, no dejaré de ver la misma imagen de horror, de destrucción como en el siglo XX: dos conflictos mundiales, los continentes luchan entre sí, una guerra civil donde los hermanos luchas entre ellos, Vietnam, los Balcanes, el Golfo …un mismo circulo que se cierra una y otra vez, no dejaré de sentirme más indefenso, porque nunca se termina la ambición de conquistar, de imponer por la fuerza. Se repite un rostro se enmascara en otro rostro. Hitler responsable, 17 millones de muertes, Stalin (20 millones), Sadam Hussein… El ansia de poder, arrastra algunos iluminados a invadir a otros pueblos, a destruir otras culturas.

Las imágenes de la invasión de Ucrania nos dejan el sabor amargo de la melancolía. No puedo callar, me duele lo que veo, hay personajes que se mueven por la vida como si hubiese abolido las leyes universales de la razón, capaces de abrir las puertas de infierno donde pisan.

Avanzamos entre piedras calcinadas. Sería injusto quejarse, la mayoría de los jubilados españoles formamos una generación que hemos escrito las páginas de la vida propia en una paz, algo inestable, pero en concordia en un país milagrosamente suspendido, casi desapercibido en el contexto mundial, como aislado en una esfera de cristal. Aunque duele aún, el recuerdo cercano y a su vez remoto del terrorismo de ETA e islamista.

En los primeros días de la invasión de Ucrania, un grupo de residentes ucranianos se concentran con lágrimas en los ojos para cantar su himno, en Alcalá de Henares.

Ucrania, la historia se repite una y otra vez. Un mundo en dos dimensiones, sin profundidad, sin espesor donde hay demasiados corazones sin consuelo, un mundo de miradas transparentes la de los niños y de los viejos, con los ojos fijos en un presente fugaz y en un futuro incierto. Hay miedo, hay infierno, ya no hay prisa por ir al colegio, ya no hay sitio donde huir en el ocaso de la vida.

El silencio reina, la ciudad dormita, detenido el aire, cuerpos yacen en el asfalto cubiertos del polvo gris del hormigón, luces de noche proclaman la destrucción, ventanales abiertos, prende el árbol de la noche sus astillas son estrellas, explosiones lejanas devoran la distancia, el frio arde en la oscura noche, lloran tus ojos secos.

Ucrania, un país donde cuesta sonreír, donde es imposible correr en libertad, donde nadie llora de felicidad.

¡Quiero un mundo nuevo! ¡Quiero creer en el ser humano!

Termino el articulo escuchando la canción universal de John Lennon “Imagine” y me quedo con la frase “I hope some day you’ll join us, And the world will be as one” “Espero que algún día nos unamos y el mundo será uno”.

 

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Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.

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15 comentarios en «Rafael Reche: «Vivimos en un tiempo insólito: epidemia, guerra en Ucrania, subida de precios»»

  • el 24 marzo, 2022 a las 10:41 am
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    Triste, auténtico y bien dicho.
    Un abrazo. Mercedes Oliver.

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    • el 24 marzo, 2022 a las 11:40 am
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      Todo lo bueno qué tiene el ser humano, se puede convertir en unos instantes en recelo, terror, y miedo.
      En las noches de insomnio y preocupación de tanto desastre en él mundo, te planteas como último recurso en tu vida, es tanta tu desesperacion interna. Salvar una vida, aunque sea una sola. Tu vida por la de un niño ucraniano, una mujer embarazada en un refugio, o aquel anciano desorientado, vagando entre escombros, aún humeantes y balas de metralla.. Sin un camino concreto donde dirigirse ante tanta inhumanidad .
      Es como una promesa sin realizar, y la culpabilidad como ser humano, no te deja tranquilizar tu alma.

      Nuestro Secretario de Aluma en poesia, Rafael Reche nos narra con su pensamiento creativo momentos, sentimientos y vivencias diarias del mundo.
      Con su fluidez y profundidad como siempre , su mejor versión de si mismo.

      Ángeles Alex

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      • el 25 marzo, 2022 a las 12:36 pm
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        Amiga Alex. Tu qué haces de la poesía, una reflexión de las injustica del mundo y una denuncia constante para desde tu humanidad mejoren la situación de los más débiles. Te agradezco tus palabras y comparto cuanto delatas en tu comentario. Un abrazo.

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    • el 25 marzo, 2022 a las 12:26 pm
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      Gracias amiga y compañera Mercedes, por tu comentario. Tenemos entre todos que construir una sociedad mejor, alejar el odio y buscar la justicia. Un abrazo

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  • el 24 marzo, 2022 a las 4:49 pm
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    Un artículo que refleja la triste realidad del mundo que vivimos y que parece haberse enconado en rodearnos de miserias, terror, muerte. Los recientes acontecimientos nos angustian, a veces hasta el punto de tener que mirar a otro lado para no dejarnos llevar por el pesimismo.
    Que razón tienes y que poco podemos hacer sino sufrir y aguantar estoicamente.

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    • el 25 marzo, 2022 a las 12:44 pm
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      Amigo Diego, quien me iba decir hace un mes que iba a escribir de una guerra en suelo europeo, con una invasión sin precedente de la toda poderosa Rusia contra un país Ucrania que pasaba desapercibido en el mapa y colmado de buena gente. En el siglo pasado dos guerras mundiales y parece que no hemos aprendido la lección, esta vez con el riesgo de las armas químicas y nucleares. Confiemos en la cordura y que se solucione pronto. Un abrazo.

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      • el 25 marzo, 2022 a las 1:26 pm
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        La especie humana puede llegar a ser miserable
        Me vienen a la mente las caravanas de mujeres valerosas, calmando a sus hijos, cruzando durante días todo el país. Esas que disimulan el horror y el miedo para que los hijos no lloren. Esas que pronto serán apátridas y posiblemente viudas. O madres dementes por haber perdido un hijo. Pobres hijos de 18 años, aún niños, con un arma en la mano.
        Me indigno al pensar en los numerosos grupos de mafias, expertos en trata de blancas, esperándolas en la frontera..los únicos seres capaces de sacar rendimiento del dolor. Impulsar el negocio.. Hacer caja.
        Y ardo en irá e impotencia.
        Gracias Rafael por estar en ese lado de la información, como siempre generosa en sentimientos. Que también la palabra es un arma de denuncia y de defensa.

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        • el 28 marzo, 2022 a las 3:55 pm
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          Gracias amiga y compañera Silvia, siempre tu aporte es positivo incluso cuando hablamos de tragedias humanas. Estoy de acuerdo que a través de las palabras denunciemos y tomemos conciencia para construir un mundo mejor. Un abrazo.

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  • el 24 marzo, 2022 a las 7:54 pm
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    Que vien lo explicado yo me cuesta mucho creer que esto este pasando que tanto como hablan los políticos este pasando esto es increíble con lo que nos contaban nuestros padres y abuelos de lo malo que es una guerra.

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  • el 25 marzo, 2022 a las 12:53 pm
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    Cierto, lo que comentas amigo Antonio. Cada día que pasa crece la incertidumbre y el riesgo es mayor que podamos vernos inmerso en una guerra mundial. Un abrazo

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  • el 25 marzo, 2022 a las 11:32 pm
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    Rafael que articulo mas real y triste. No sabemos que va a pasar mañana porque tampoco sabemos como acabara hoy. Es desalentador, pero es la realidad. Esperemos que vuelva la cordura y despertemos de esta horribke situacion.
    Buen articulo.

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    • el 28 marzo, 2022 a las 4:03 pm
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      Amiga María, está ves no me podido callar y las palabras brotaban clamando contra la injusticia, pues no hay guerra justa cuando sufren inocentes. Esperemos como tu bien dices que vuelva la cordura. Gracias y un abrazo .

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      • el 28 marzo, 2022 a las 4:06 pm
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        Amiga María, está vez no me he podido callar y las palabras brotaban clamando contra la injusticia, pues no hay guerra justa cuando sufren inocentes. Esperemos como tu bien dices que vuelva la cordura. Gracias y un abrazo

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  • el 26 marzo, 2022 a las 3:59 pm
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    Emocionan y frustran leer estas atinadas palabras.
    Emocionan por la realidad que entrañan y por la razón que las amparan.
    Frustran porque por desgracia no las leerán quienes tenían que ser los receptores de ellas, y sobre todo porque si las llegarán a leer, ni las entenderían, ni aprenderían de ellas.

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    • el 28 marzo, 2022 a las 4:14 pm
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      Amigo Electino, siempre he pensado que grano a grano se construye una montaña, no es inmediato necesita de la ayuda del tiempo. Poco hemos mejorado en la evolución de hombre, pero vamos conquistando justicia social y mejorando la calidad de la vida. Las tropelías hoy no salen gratis. Gracias Electino por tus sabias palabras. Un abrazo.

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