Rafael Reche: «La luz del primer sol ilumina la Tierra»

Salta una noticia en la televisión que me arrebata mi apatía, acelerada: por la cruel guerra de Ucrania, la subida disparada del IPC, el combustible imparable, una notica mala tras otra peor, pero una entra de refilón, sin permiso en el horario de máxima audiencia.

“Se acaba de descubrir la estrella más lejana y antigua del espacio profundo”, en un acto reflejo aprieto el botón del mando a distancia para subir el volumen, como incrédulo, como si las palabras nublaran mis oídos, olvido la dejadez, tomo aliento y escucho: que el ojo del telescopio espacial Hubble, detectó una pequeña señal de luz. Pero lo fascinante es que ya no existe tal estrella, es historia en la historia, una cuenta atrás del viejo universo, un astro que perteneció a los primeros millones de años del nacimiento del cosmos que conocemos. Un sol, de un espacio sin memoria, que se apagó y su luz viaja, atraviesa unas redes de olvidadas Galaxias, sistemas solares, planetas hasta iluminar un planeta azul, aún salvaje hecho de historias sólo de dolores y horrores en una carrera de sálvese quien pueda.

Todavía tenemos algo, aunque el mundo se haga pedazos, todavía tenemos algo, de luz que nos da esperanza para conocer lo que somos, todavía tenemos la libertad que ejercemos en la habitación de los sueños, todavía tenemos algo los mayores que la madurez de los años nos ha depositado; la viveza de la mirada, la capacidad de pulir la realidad para regresar las cosas a su justo lecho, todavía nos quedan los poetas y el amor.

Mientras el universo se expande y se contrae, en su infinito, en un espacio sin fronteras, sin leyes definidas, en un vacío de oscuridad donde vive el silencio. Los universitarios mayores cada día asistimos a clase a descubrir enigmas, de nuestra propia existencia, a preguntarnos una vez y otra: ¿Qué fue primero? ¿Quién tiró la primera piedra? ¿Qué hay más allá? ¿Somos algo más que polvo y energía?

En la rebeldía de los años acumulados, regresamos a la Universidad donde no hay nada que perder, sino que ganar, a una Universidad donde todo respira, vive y fluye en el conocimiento, voraces por aprender, a descubrir otra realidad, a desear una nueva era que nos haga a todos libre.

Miramos hacia abajo, otras hacia las estrellas, a una Tierra viva arañada por los siglos que calla sus secretos, oculta sus paraísos perdidos, a una la Tierra que nos llama a unir presente y pasado y la vista se proyecta al cielo como se proyecta nuestros miedos a encontrar otras vidas en otros planetas.

Exploramos la tierra en busca de nuestros antecesores desde los 2,5 millones de años

Vivimos en una emoción perfecta. Buscando como la vida surgió del mar y se expandió por la superficie, como cubrir los huecos de nuestro ADN, exploramos por debajo de la piel del globo terráqueo, en el subsuelo sepultadas en capas desnudas emergen los restos de civilizaciones, de voces de tiempos remotas, recodos de historias en huesos, piedras, cerámicas y tesoros. Dormimos sobre las cenizas de aquellos que nos precedieron. donde los muertos nos gritan en una tierra muda por millones de años. En la península Ibérica, los primeros pobladores, ¡casi ayer !, los primitivos granadinos hacen 1,5 millón de años, caminaban con pasos indecisos sobre el Altiplano, con más certeza científica en Atapuerca (800.000 años), el Homo Antecesor. Y más cercanos Tartesos, Fenicios, Iberos…

La invisible luz fría de la primera estrella desvela la extensísima eternidad del tiempo, la nimiedad propia del ser humano, de su pequeñez dentro de la inmensidad de los abismos de otros mundos. Ahora adentrados en la segunda etapa de la vida, con un deseo de vivir, valoramos más nuestro tiempo y lamentamos la pérdida del mismo que no se recupera.

Hoy vuelve a soplar la brisa del mar salado, hoy vuelvo a la claridad del mes de abril, hoy vuelvo a sentir el vértigo de la explosión de la primavera.

¡Que pase lo que tenga que pasar! ¡No voy a cambiar el mundo! ¡El mundo me ha cambiado!

Miro a la mañana y la mañana me hace una seña y miro con placer: las ondulaciones de las colinas, la luz que madura sobre la geometría de los olivos, la espontaneidad de los geranios en mi terraza, el horizonte lejano de cumbres nevadas, los pájaros de todo el mundo cantan sin saber que cantan. ¡Quiero congelar el tiempo!

Imágenes del Centro Paleontológico de Fonelas, en Granada donde se han descubierto más de 3000 huesos fósiles de una variedad de fauna: tigres de diente de sables, rinocerontes, jirafas de cuello corto, hienas gigantes, mamut…

Mi agradecimiento a los profesores del Aula Permanente de Formación Abierta, de la Universidad de Granada, que me han despertado el hambre de aprender, sembrado inquietudes y abierto un mar de preguntas.

En este curso en especial a las asignaturas: “Los fósiles nos cuentan su pasado” Elvira Martín Suárez y su equipo, “Arqueología en Andalucía” Francisco Contreras Cortés y Macarena Bustamante-Álvarez, “Tendencias actuales de la tecnología y la informática” Antonio Fernández Ares y su equipo.

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Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.

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9 comentarios en «Rafael Reche: «La luz del primer sol ilumina la Tierra»»

  • el 7 abril, 2022 a las 9:05 am
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    Este loco mundo, este mundo loco……falta por descubrir la estrella de la lucidez.
    Ánimo y sigue diciendo estas «cosas».

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    • el 9 abril, 2022 a las 9:49 am
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      Amiga Mercedes, cuento cierto en lo que dices, cuanta cordura, esperemos que vuelva como en Belén una estrella que nos lleve a un mundo mejor. Que tengas una buena Semana Santa.

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  • el 7 abril, 2022 a las 1:50 pm
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    En esta ocasión Rafael nos retrotrae a un pasado cuya cuantificación es ininteligible para los humanos. Una estrella cuya luz nos llegó cuando ya no existía, cuando la Tierra no era aún esa masa que deambula por el universo. Este descubrimiento nos hace ver con más precisión lo insignificantes que somos pero con conocimientos de casi todo cuanto nos rodea, de ahí la importancia de la formación, que no solo nos abre los ojos sino que además nos permite ver en más direcciones.
    Enhorabuena por el artículo.

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    • el 9 abril, 2022 a las 9:55 am
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      Mil gracias una vez más amigo Diego, con tus sabias palabras nos haces ver la pequeñez del ser humano ante la inmensidad de un Universo aún por descubrir. Desearte una buena Semana Santa.

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      • el 9 abril, 2022 a las 10:57 am
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        Que viaje más largo has hecho Rafa pero al final el ser humano no aprende con las guerras que nos creíamos que ya no existían cuando al final todos vamos al mismo sitio y lo vonito que es vivir en paz un abrazo.

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  • el 8 abril, 2022 a las 11:27 am
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    Estimado Amigo Rafa. Siempre acertado en tu forma de ver lo que ocurre a tu alrededor y además lo compartes. Felicitaciones. Gracias. Un abrazo.

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    • el 9 abril, 2022 a las 9:59 am
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      Amigo Domingo también te tengo que felicitarte por tu constante reivindicación de lo cotidiano y de la vida en si misma, vertida en versos de tus Decimas. Que tengas una buena Semana Santa.

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  • el 8 abril, 2022 a las 4:21 pm
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    Como siempre, brillante en tus artículos, Rafael.
    Me admira la forma que tienes de mirar y la capacidad de expresar con tanto acierto pensamientos, dudas, preguntas… anhelos.
    Contagias tu curiosidad y tus motivaciones.
    Tu también eres luz que ilumina. Graciaaaaaas.

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    • el 9 abril, 2022 a las 10:04 am
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      Amiga Silvia, yo también admiro tu dedicación a la bella profesión de docente, donde a los jóvenes le puedes transmitir valores para conseguir un futuro y una sociedad mejor. Gracias y te deseo que disfrutes de una buena Semana Santa.

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