Nuestros padres envejecen, pero si hay algo que debemos hacer, es amar a nuestros padres con todas nuestras fuerzas, aceptando su vejez con paciencia, con amor, caridad y servicio.
Ellos han vivido tantos años con tanta miseria, trabajo y alegría que apenas han tenido tiempo de contaros y poder disfrutar de sus vivencias y logros. Para nosotros, nuestras madres y padres son nuestros héroes o al menos debieran serlo.
Envejecieron. Nadie nos tenía preparados para ese momento en los que pierden memoria y habilidad para realizar las labores que realizaban hasta ahora. Y se vuelven vulnerables a todas las circunstancias que les rodean.
Están cansados, muy cansados de cuidar de nosotros y buscarnos un mundo más aceptable para vivir. Han padecido la pandemia actual del Covid-19 y muchos de ellos, más de 30.000 se han quedado en el camino sin apenas reparar que, se nos iba toda una generación.
Es muy difícil para nosotros aceptar que, aquellos héroes que tanto lucharon y admirábamos se nos vienen abajo y se han vuelto vulnerables a la enfermedad y el cansancio.
Están frágiles y cansinos. Sin embargo nosotros, queremos que sigan teniendo la fuerza de una locomotora.
En lugar de aceptar su discapacidad y su pérdida de fuerza para asimilar todos los cambios de la sociedad que nos toca vivir, nos irritamos por sus maneras y errores cometidos. Nuestra intolerancia solo es debida a nuestra ignorancia y falta de atención para con sus cambios físicos y psíquicos.
El abandono de nuestros mayores en hospitales o residencias es cada día mayor. Ya nadie se atreve a dar cifras por temor a equivocarse o tal vez creer que les puede afectar a ellos. Las enfermedades de los ancianos cada día son más habituales en esta sociedad mercantilista y hedonista, en donde la dificultad para llevar a cabo ciertas tareas es vista como impedimento para cuidar de nuestros mayores.
Y Dios quiera que no se conviertan en viejos sentimentales que quieren llamar la atención y que sus hijos les hagan sentir como bultos para que el día de mañana no tengan que morirse estando ya muertos en vida.
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