Acabo de leer un artículo de Rafael Núñez Florencio sobre el último libro de José Álvaro Junco, titulado “Qué hacer con un pasado sucio”, y no me resisto a compartir con vosotros algunas de las tesis que se mantienen en el volumen –aunque, como siempre, os animo a escrutar el ejemplar completo (cosa que yo voy a hacer ahora mismo)–.
“Nuestra mirada al pasado está condicionada desde hace tiempo por una serie de elementos externos e internos a la propia historia: el principal de ellos es la conversión de esta materia en instrumento al servicio de la política”. (…) que lo ideal sería que la paz fuera el resultado de una justicia universal, pero la historia demuestra que las cosas no suceden así. (…) Por el contrario, si se usa de modo espúreo ese ayer sucio para una política sectaria o para deslegitimar al adversario, sembraremos de discordia el presente y pondremos en jaque al futuro”.
Y después de escribir esto –reproducir– casi estoy por cerrar mis palabras de hoy, si no fuese porque “Sería una magnífica noticia que, frente a la intransigencia doctrinaria y la demagogia oportunista se impusiera el nivel de reflexión…”.
Creo haberlo repetido mil y una vez: ya sabéis que mantengo que no admite revocación alguna la necesidad perentoria de acometer, con soluciones inmediatas y eficaces, los grandes problemas de nuestra sociedad: el paro, la emigración, la corrupción, la deshumanización, la discriminación, la violencia de cualquier género, la desigualdad legal y jurídica…; en fin, todo aquello que atenta contra la dignidad humana.
Que esta Andalucía nuestra tiene nombres propios de personas y actitudes, que merece la pena, de una vez por todas, poner en valor, escuchando y atendiendo a lo que tienen que decirnos no sólo con la voz de la experiencia, sino también con la realidad del diario vivir.
Y todo ello no se puede ignorar, ocultándolo con verborreas o medias verdades, dictadas y reproducidas a velocidad supersónica, espetadas con el único fin de no dar respiro para la imprescindible meditación.
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de
Ramón Burgos
Periodista