Otros cantaron a los poetas antes que Serrat, pero nadie los hizo tan cercano para los españoles del último franquismo como el compositor barcelonés. Desde el origen, en su obra dedicada al sevillano Antonio Machado en 1969, pasando por las incursiones puntuales en Alberti y León Felipe, hasta alumbrar, en 1972, un disco monográfico sobre el oriolano Miguel Hernández, que ahora cumple medio siglo, y que supuso la recuperación de la figura del poeta pastor en la cultura popular del último tercio del siglo XX.
El álbum comenzó a grabarse en septiembre de 1972, en los estudios Audiofilm de Madrid, y fue lanzado al mercado en diciembre. Fue el álbum posterior a ‘Mediterráneo’ (Zafiro/Novola, 1971). El cantante catalán, en la cima de su popularidad, acudió a Elche para entregar un elepé a Josefina Manresa, viuda del poeta, a la que regaló un tocadiscos para que pudiera escucharlo.
Desde el pasado mes de mayo, un grupo de vecinos de Orihuela intenta que Joan Manuel Serrat sea nombrado hijo predilecto de la ciudad. La coincidencia del 80º aniversario de la muerte del poeta y los cincuenta años del lanzamiento del álbum ha sido propicia. La iniciativa ha sumado el respaldo de diversas personalidades nacidas en la Vega Baja del Segura, como el ex secretario general de Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, la directora territorial de Presidencia de la Generalitat, Antonia Moreno.
La España de Hernández es la España que reconoce la pluralidad cultural y lingüística del país. Corría el año 1973 cuando este jovenzuelo llegó a Granada procedente de su pueblo Salobreña y lo primero que hizo fue empapelar la pared de mi habitación de estudiante con poster de Miguel Hernández y de Joan Manuel Serrat.
Días enteros oyendo en un casete desvencijado el disco de Serrat sobre M. Hernández y por encima de todas las canciones, “Elegía a Ramón Sijé”. Habré escrito más de veinte obituario y en todos ellos, siempre ha habido alguna estrofa del citado poema.
Hay canciones y escritos que traspasan fronteras, vidas y quizás muertes, pero ninguna como en Orihuela, su pueblo y el mío…
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