En la tarde del pasado martes 28 de junio el CEIP Reina Fabiola de Motril se volvió a vestir con sus mejores galas. Esta vez lo hacía por un motivo alegre y festivo, si bien, no exento de un halo de nostalgia y de tristeza –y, por supuesto, de alguna que otra lagrimilla–. Ese día llegaba, por fin, –o puede que demasiado rápido–, el día de la despedida, de la graduación de los alumnos y alumnas de 6º de Primaria; el día de decir adiós a unos niños y niñas con los que, en el mejor de los casos, se ha llegado a compartir hasta nueve años de vivencias.
El patio del colegio, hermosamente acondicionado y decorado, acogió la simbólica ceremonia a la que se les había convocado, junto con sus maestros y maestras, así como con sus padres, madres y resto de familiares. Todos acudieron, con una emoción contenida y “arreglados” para la ocasión –todos muy elegantes–, y todos refrendando la alegría y el orgullo que sentíamos quienes les veíamos tan dignos, tan responsables y ¡tan mayores ya!
En ese ambiente relajado y tierno comenzó el acto. El director del centro, José Tortosa Jiménez, tomo la palabra para felicitarles, para agradecerles todo el trabajo realizado, para recordarles que deben continuar con su esfuerzo y con su constancia en los estudios como hasta ahora y, sobre todo, para pedirles que sigan siendo igual de “felices y de buenas personas”; tal y como, reconoció, siempre había sido el objetivo de todo el profesorado y del personal que les había acompañado en el colegio durante todo su periplo. Concluyó con una hermosa cita de la premio Nobel de la Paz de 1979, de Santa Teresa de Calcuta, en la que supo recoger el sentido último de la vida y, por supuesto de la educación: “Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo… en cada vuelo, en cada sueño, en cada vida, perdurará siempre la huella del camino enseñado”.
Seguidamente, nuestros protagonistas fueron subiendo, uno a uno, al escenario, entre infinidad de aplausos y la contagiosa algarabía de los compañeros. Lo hacían para recoger sus diplomas y los reconocimientos preparados con todo el mimo y la estima de sus familias, de la AMPA y del centro educativo. Los recibían de manos de sus tres tutoras, de la maestra del aula TEA (Beatriz Rodríguez Ruiz) y del director del centro y todo ello entre múltiples y recíprocos gestos de amabilidad, afecto y cariño.
El acto concluyó con la proyección de un montaje de audio y vídeo. En el mismo se habían recopilado imágenes de los distintos eventos que habían compartido juntos, a lo largo de los diferentes cursos: conmemoraciones, juegos, Reyes Magos, salidas extraescolares… Casi una década recogida en tiernas imágenes en las que ellos y ellas habían dado vida a las aulas y pasillos; en la que los habíamos visto crecer: desde cuando, apenas unos bebés, llegaban a las aulas de Educación Infantil, hasta ahora, en la que, casi adolescentes, nos decían adiós. Nueve años de adquisición de conocimientos, de experiencias y de ejercitar valores que esperamos les sean muy importantes para toda su vida, para todo el futuro que tienen por delante.
No faltaron, por supuesto, las risas, las exclamaciones de sorpresa y algún que otro sollozo… Al acabar todos terminaron envueltos en un sinfín de abrazos, de besos y de fotos de recuerdo con sus amigos y con sus familias. Otra nueva promoción a la que decir adiós, a la que desear todo lo mejor y a la decir hasta siempre; pues, estamos seguros de que siempre nos llevarán y los llevaremos en el corazón. No hay duda, siempre nos quedará su huella.
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Maestro del CEIP Reina Fabiola (Motril).
Autor de los libros ‘Cogollos y la Obra Pía del marqués de Villena.
Desde la Conquista castellana hasta el final del Antiguo Régimen‘,
‘Entre la Sierra y el Llano. Cogollos a lo largo del siglo XX‘ y coautor del libro
‘Torvizcón: memoria e historia de una villa alpujarreña‘ (Ed. Dialéctica)