“Cine de verano” es una divertida novela gráfica que, además de entretener con continuas aventuras de un singular grupo de jóvenes, hace reflexionar sobre el impacto del turismo y la especulación inmobiliaria
Simpática novela gráfica la que presenta la editorial Dolmen bajo el título Cine de verano, del dibujante y guionista alicantino Carmelo Manresa Ruiz.
Residentes en Callosa del Segura, la familia encabezada por el patriarca Juan afronta con alegría y expectación el verano de 1986. Como acostumbran se marchan a Torrevieja hasta los primeros días de septiembre. El mayor de los tres hermanos, Pablo, está dispuesto a aprovechar cada segundo que le depare esos dos intensos meses. Aunque trabaja, primero en una tienda de comida y luego en un restaurante chino, todavía le queda tiempo y ganas de disfrutar de la compañía de su pandilla, de travesuras y trastadas y nuevas experiencias como la de probar su primer porro, dejarse llevar por el alcohol, ningunear la bebida a los clientes de una discoteca o acceder a esta saltando una tapia.
Es el tiempo todavía del casete en el coche, de marcas de refrescos (como La Casera) que no faltaban en ninguna reunión, el topless y las canciones de Nino Bravo y Alfredo Kraus que hacían furor entre la población adulta; símbolos sociales y culturales de una época estival, en cualquier ciudad de la costa española.
Independientemente de las aventuras y lances de la joven cuadrilla, sin lugar a dudas, la gran protagonista es la ciudad de Torrevieja como creciente reclamo turístico.
El autor ha sabido enmarcar la historia en parajes muy conocidos, como el monumento al “Hombre del mar” en el concurrido paseo marítimo, la Playa de los Locos –junto a un antiguo manicomio–, así como numerosos centros de ocio y diversión.
Aunque sin el típico romance de verano, uno de los capítulos más entrañables es precisamente el que da título a la novela: los cines de verano, cuya variopinta programación se expandía por todos los rincones de la zona promocionando multitud de géneros: la desternillante comedia “Aterriza como puedas”, otras de miedo (“Terror en Amityville”), western (“Cactus Jack”), clásicos (“La fuga de Alcatraz”, “Toma el dinero y corre”), acción (“¡Puños fuera!” de Bud Spencer) y sugerentes propuestas para el público infantil.
Es el tránsito hacia el imparable turismo residencial con la demolición de muchas viviendas para dar espacio a altos edificios y urbanizaciones de bungalows adosados junto al mar, además de numerosas oficinas inmobiliarias que cambiarían la fisonomía de la ciudad. Modernidad, sí, pero a costa de entrañables estampas que han quedado relegadas al recuerdo de los más nostálgicos.
Foto de la portada: https://blogdecomics.com
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Profesor de Educación Secundaria y Bachillerato