El inicio del encuentro con Javier Calatrava (Granada, 1945), ingeniero agrónomo que siempre ha llevado dentro un poeta, se produce en la lorquiana Huerta de San Vicente. Comienza con la lectura de un poema, ‘La belleza del beso’ que forma parte de su segundo poemario ‘Triste la luz de mayo. Poemas alrededor de una vida’, publicado en la colección Genil de Literatura de la Diputación Provincial que dirige Antonio Carvajal.
Cuando finaliza lo hace con la fecha y lugar de su composición, en este caso en Nueva York, en la primavera de 1990. A continuación comenta que su trayectoria profesional ha estado relacionada con la agricultura y el mundo rural, así como la docencia en universidades españolas y extranjeras. Su colaboración con organismos como la FAO y otras agencias de cooperación le han llevado a distintos continentes. «Esos viajes que he hecho por todo el mundo se reflejan claramente en mis poemarios ‘Aynadamar’ (Entorno Gráfico, marzo, 2019) y este que publico ahora con poemas escritos durante toda mi vida para mí como un desahogo, a veces también como lucha contra la soledad o con motivo de alguna alegría», explica.
En su segundo poemario recoge 75 poemas escrito en los últimos 50 años siendo, al igual que en ‘Aynadamar’, «básicamente sobre todo de amor en el sentido más amplio (amor de pareja, amor familiar, amor a la amistad, a la naturaleza, a la especie humana, al conocimiento,…». También hay poemas dedicados a grandes poetas como Miguel Hernández, Lope de Vega o León Felipe y otros que denomina de «ámbito vital» surgidos en los lugares que le han impresionado o sitios donde ha tenido «vivencias especiales». Motivo este por el que su poemario contiene poemas dedicados a París pero también a las Sierras Subbéticas (precisamente el que elige para despedirse), a los ríos de Granada o a Capadocia. Además hay poemas de índole social como el que dedica al niño mendigo o el titulado ‘Ángeles en patera’, datado en Motril en febrero de 2020.
El poemario lleva una introducción en la que el autor reflexiona sobre las características que debe tener la poesía al tiempo que hace unos comentarios críticos sobre la postura platónica respecto a los poetas. «Para mí la poesía debe tener tres características fundamentales: veracidad, belleza estética, -moral y ética-, y capacidad de generar en los lectores sentimientos y sensaciones, tanto a nivel individual como social», indica este gran admirador de poetas franceses e ingleses a los que lee en su lengua original y españoles de todas las épocas entre los que enumera a Juan Ramón Jiménez, Lorca, Machado, y contemporáneos como Javier Egea, Antonio Carvajal o Rafael Guillén.
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