Yo no soy capaz.
A mí, no se me ocurren ideas.
Yo, no soy nada creativo.
Muchos compañeros y compañeras me cuentan esto como si fuese un gran problema.
Pero, ¿Sabías que todos nacemos creativos?, ¿Incluido tú?
La creatividad forma parte de nuestro propio ser desde que nacemos, y vive en el mismo lugar en el que se encuentra: el arte, la música, las sensaciones, la pasión…
Y, si nacemos creativos, ¿qué es lo que nos ha ocurrido?
Uno de los pilares de nuestro sistema educativo es repetir, repetir y repetir siempre de la misma forma y en el mismo sentido, pero ahí, no hay cabida para la creatividad. Y cuando llegamos a adultos nos damos cuenta que no sabemos ser creativos y resolvemos los problemas siempre de la misma forma. Y esa forma, a veces nos sirve, pero otras tantas, no nos sirve.
A veces ocurre que queremos expresar nuestra emociones y nos damos cuenta que no sabemos expresarnos de forma distinta, viendo que nuestro diálogo parece haber perdido brillo, haber perdido esencia.
Yo considero que todos y todas tenemos una parte creativa en nuestro interior, pero la tenemos que dejar salir.
Unos la tienen más desarrollada porque llevan tiempo experimentando con la creatividad y eso hace, que se atrevan a probar más cosas y otros se sienten menos creativos porque no están acostumbrados a utilizar la creatividad y no la han desarrollado.
No hay que tener miedo a ser creativo, a través de los fracasos se consigue el éxito, y si nos caemos, nos levantamos con más fuerza. Pero te diré una cosa, nunca fracasarás, siempre existirá un aprendizaje, así que, o ganas o aprendes, nunca pierdes.
Pero, ¿cómo estimulo mí creatividad?
Usa la escuela de la escucha: los niños te van a mostrar lo que necesitan y lo que prefieren.
Fórmate: lee, observa a otros compañeros, asiste a charlas, cursos… contágiate del entusiasmo de otros profesionales…
Creo que podemos diseñar un mundo mejor empezando por la escuela.
Esta nueva creatividad no se consigue en un día, se cultiva y se trabaja, para que poco a poco vayamos ganando seguridad en nosotros mismos y cuando comiences a trabajarla, de forma natural tu mente empezará a generar ideas que podemos probar en el aula, con nuestros alumnos y alumnas y ver si funcionan, si se motivan, si consigues los resultados que esperabas. Ideas que puede que sean más acertadas o no, pero el que no arriesga, no gana.
¿Y no crees que ellos se merecen que tú, crees un entorno donde puedan desatar esa creatividad, esa pasión con la que nacen, ya que está en tu mano, que a través de la educación fomentes pensadores creativos?
La pasión es el motor que te mueve a aprender efectos nuevos, a perfeccionar los que ya sabes y a crear nuevos. Un maestro apasionado está motivado a ir siempre un paso más allá, a no conformarse con lo que sabe, sino a continuar investigando, ilusionando.
¿Y hay alguien más creativo que aquel que consigue crear ilusiones?
Y si termino siendo una ilusión, espero ser de esas que te hagan sonreír.
