Y esa fue la conclusión final de mis peques cuando cerramos nuestros días de convivencia con Yayoi.
Este curso hemos trabajado la vuelta al mundo en el aula, hemos visitado países como China, India, Hawaii… pero esta artista tuvo su hueco no en Japón, si no en Londres.
Puede que os preguntéis cómo que en Londres y cómo los peques han unido ambos.
Al inicio de cada proyecto es importante saber lo que conocen de cada tema elegido y qué les gustaría conocer. Cómo maravillosa infancia que es, el conocer y vivir en primera mano las fiestas y costumbres del país eran de las primeras cosas que pedían, pero con el rodaje de su experiencia en el trabajo por proyectos (ya tienen 5 años) les interesaba conocer a sus artistas, sus cultura, su música… E investigando en clase sobre ello, descubrimos que en Londres en ese momento había una exposición de esta artista en el Tate Modern. Ver imágenes del museo nos dejó con la boca abierta, y eso, para mí y mis compis, es más que suficiente para ponernos manos a la obra.
Y al día siguiente al llegar a clase, ya la teníamos preparada con pinturas de neón y luz negra para comenzar a sumergirnos en este maravilloso mundo. Hicimos nuestros propios autorretratos con nuestras fotos y puntos de colores de neón, conocimos la forma de ver de la vida Yayoi, pintamos calabazas al estilo Yayoi… e hicimos nuestro propio desfile, pues resultaba que el mismísimo Louis Vuitton diseñó una colección inspirada en la artista, así que nos convertimos en miniYayois para participar en él, recreamos una pasarela con mesas, nos hicimos ropa de puntos y la melena característica roja de Yayoi.
Pero no hay mayor experiencia con Yayoi que la de su Obliteration room.
En clase puntos de colores por todo el suelo, una nota en la pizarra que les invitaba a ir al espacio común de nuestra zona de infantil y al llegar allí…. La mismísima Yayoi estaba allí esperándonos.
Hablamos con ella y pasamos dentro de su casa a hacer en ella lo que quisiésemos, teníamos puntos y allí unos pegamentos, así que decoraron a su gusto, quedando un lugar vivo y colorido como Yayoi.
Pero Yayoi no solo tiene como diseño estrella el Obliteration room, también sus espectaculares Infinitys mirror room.
No disponíamos de demasiados espejos en las aulas que pudiésemos quitar de las paredes, pero pudios causar un poco de ese efecto. Para añadir más expectación, colocamos la luz negra y les dimos ceras de neón. El resultado fue maravilloso.
De ahí su frase final: “Seño, la casa de Yayoi mola mucho”
¿Y acaso no pensamos tod@s lo mismo?