Leandro García Casanova: «Caer en las redes»

Un lunes de mediados de agosto, veo un SMS en mi móvil de un banco. Entonces compruebo que, dos días antes, había recibido un mensaje de mi esposa y al lado ponía Error en letra de color rojo (el mensaje no se reflejó en la pantalla del móvil, como suele ocurrir). Lo abro y vienen tres fotografías, dos con este texto, respectivamente: S.O.S. y Necesito ayuda. En ellas aparezco yo escribiendo en mi portátil (se ven las sombras de las siluetas en la oscuridad) y al fondo el salón alumbrado por la lámpara. La otra foto está completamente velada. Mi mujer también recibe dos mensajes míos, con el mismo texto pero sin las fotografías, ambos SMS figuran a las 6:44 horas. Como no tengo Wifi, utilizo la conexión compartida y, suelo poner el móvil de canto, en la ventana, para que capte los datos móviles. De manera que en un momento dado, mi teléfono fue accionado por control remoto y me echó tres fotos (una fallida), sin el flash, porque me hubiera dado cuenta, aunque tampoco oí el click. Las imágenes fueron enviadas al móvil de mi mujer y de aquí, reenviadas al mío.

Nos quedamos asombrados, preguntándonos cómo podían haberme hecho las fotografías y luego enviar los mensajes… Lo cierto es que alguien nos había pirateado los teléfonos y no sabíamos lo que realmente pretendía. Al día siguiente fuimos a denunciar el caso en la Guardia Civil. Un guardia de paisano nos informó de varias estafas, al clicar en los enlaces que envían a los usuarios, y nos aconsejó que nos compráramos otros teléfonos móviles. El guardia que nos tomó la denuncia dijo que era el primer caso que se le presentaba con aquellas fotografías y mensajes, por lo que era mejor que formateáramos el móvil. Nos indicó que era más seguro que en el Whatssapp sólo tengan acceso los contactos, cuando yo lo tenía abierto a todos; y que comunicaría la denuncia al equipo de delitos informáticos. En fin, al menos dejábamos constancia del extraño suceso por si la cosa pudiera ir a peor. Lo cierto es que si me habían hecho fotos, podían entrar en mi cuenta del banco y en toda la información de los móviles. Ese día, un amigo informático nos formateó los teléfonos y mi ordenador portátil. A partir de entonces, ponemos más cuidado en los sitios que entramos en las redes y actualicé mi página de Facebook para que solo tengan acceso mis amigos. También tuvimos que ir al banco para anular las tarjetas,

A pesar de todo, yo daba las gracias aquel día aciago por lo bien que nos trataron en la Guardia Civil, lo mismo que el subdirector del banco y el amigo informático, que no quiso cobrarnos. Yo estaba agobiado pero contento porque cada uno de ellos nos fue resolviendo el problema como profesionales, que además actuaron con amabilidad y comprensión. La lección de ese día fue que hay que ser positivos en la adversidad y solidarios con quienes estén necesitados, y pensar que siempre hay gente que lo está pasando peor que nosotros, porque nuestro problema se solucionaba formateando los móviles o comprando otros dos. El día antes de los mensajes, venía esta noticia en un periódico digital:

Debes actualizar Google Chrome debido a un error importante en su seguridad. El gigante de internet ha sufrido una vulnerabilidad de seguridad en el navegador de Chrome. Durante la semana del 15 de agosto, el gigante de internet ha sufrido una vulnerabilidad de seguridad en el navegador de Chrome, es decir, se ha descubierto un error en el navegador de la peor variedad, que, aparte de ser peligroso, los piratas informáticos lo están explotando activamente… en caso de no haberse hecho, puede y debe iniciar la actualización en este instante, yendo al menú ‘Acerca de’ de Chrome…

Creo que intenté actualizarlo sin conseguirlo, el caso es que al día siguiente recibimos los citados SMS, lo digo por si algún lector sabe algo de este error en el navegador de la peor variedad, que, aparte de ser peligroso los piratas informáticos lo están explotando activamente…. En este plan, tres días después de la denuncia, recibo otro mensaje en el correo electrónico, copio el texto: Estimado cliente , La activación de su aplicación bancaria vence el 1 de septiembre de 2022. Para renovar su activación y utilizar sus servicios en línea, inicie sesión y   verifique su identidad en nuestros servicios. Haga clic aquí para verificar su identidad: acceso a internet Ya tenemos los primeros consejos para ti: 1. Solo nos pondremos en contacto con usted por correo electrónico. 2. Nunca transmita sus datos de acceso a través de una llamada telefónica   o mensaje de texto. Por esos días, recibo también este SMS de Correos, en mi teléfono móvil, con este texto más o menos: Tiene un paquete retenido en aduanas, con un coste de 2,65 euros. Puede efectuar el pago por este enlace… Este mensaje lo había recibido también en mi correo electrónico, en otras ocasiones.

Copio algunos consejos que suelen dar los bancos, cuando se produce la suplantación de números de teléfono. Uno de los medios que usan los ciberdelincuentes para estafar a sus víctimas es el teléfono. Mediante llamadas telefónicas, el ciberdelincuente se hace pasar por un empleado del banco, un técnico de una compañía informática, un operador de telefonía, una empresa de inversiones o cualquier otro tipo de empresa, con el objetivo de conseguir, mediante diferentes pretextos, que la víctima haga un pago o bien, facilite sus datos bancarios y personales, sin que estas personas se den cuenta que están siendo víctimas de un fraude. Por eso, no hay que facilitar ningún dato ni hacer ningún pago. No clicar en los enlaces de los SMS y acceder siempre al banco a través de la app de dicho banco. 

La Guardia Civil también advierte en la prensa de una nueva estafa por WhatsApp: ‘Adivina quién soy’. El cuerpo armado advierte de que los mensajes se envían desde un teléfono extranjero, siendo el más utilizado el prefijo +591, procedente de Bolivia. El timador te dice que es un familiar, que le han retenido la maleta en el aeropuerto… Y al final te pide dinero. Con la pandemia, la recesión que viene, el desempleo…, se han multiplicado mucho los mensajes de estos delincuentes, pero siempre habrá quienes pinchen el enlace, o envíen dinero al falso familiar, y caigan en la trampa de las redes.

Leandro García Casanova

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