Intenso el fin de semana del 1 y 2 de octubre que viví en la catedral. El sábado con la toma de posesión de don José María Gil Tamayo como arzobispo coadjutor de Granada. Y el domingo con la misa del 50 aniversario de los colegios de Attendis, 20 colegios y 13 Attendis Preschool en Andalucía y Extremadura, que son centros educativos que se distinguen por el protagonismo de la familia en la educación, la atención individualizada, la búsqueda de la excelencia académica y la transmisión de valores humanos y cristianos a los alumnos y alumnas, como la solidaridad, el esfuerzo, la generosidad, el servicio a la sociedad, la búsqueda de la verdad y la libertad. Ocupando, además, un lugar prioritario el plurilingüismo, las nuevas tecnologías, o el deporte.
Colegios que en Granada se materializan en Monaita-Mulhacén, a los que he dedicado más de treinta años de labor profesional como maestro, hasta hace unos días en que me llegó el momento del retiro, con la satisfacción del deber cumplido y las muestras de afecto demostrado por tantos padres, compañeros profesores, alumnos, personal no docente, la familia y los amigos. Muchísimas, muchísimas gracias a todos.
Cuando el viernes 30 recorría emocionado, con el director de Mulhacén José María de Andrés, el pasillo de despedida que me brindaron los alumnos, -muchos de los más pequeños fueron bendecidos el domingo por el arzobispo don Javier Martínez en una larga y conmovedora fila-, se me agolparon en la mente muchos gratos recuerdos, algunos de esa misma mañana.
Gracias a don Jesús Muñoz y a don Jorge Segarra por tener también en las oraciones presentes a mis dos Esperanzas, madre e hija, sin las cuales estos años no hubieran sido tan especiales. Gracias a las señoras de la administración por el desayuno con churros y las canciones compartidas.
Me rondaron, igualmente, otros recuerdos más lejanos en el tiempo que agrupaban a numerosos antiguos alumnos y a los anteriores compañeros, de los que tanto aprendí en el exigente ejercicio docente del día a día, y en otras ocupaciones que fui ejerciendo.
Me voy también con el recuerdo de los años trabajados en la tienda de mi padre en la calle Puentezuelas. Me voy con mis achaques a cuidarlos y con las aficiones a intentar fomentarlas. Me voy con la Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio que me otorgó en Ministerio de Educación y con el Diploma al Mérito de la Ciudad de Granada que me concedió nuestro Ayuntamiento, porque también la educación llamada no formal, como la reglada, ha ocupado y ocupa un lugar preferente en mi vida como medio de colaborar para intentar dejar este mundo en mejores condiciones.
En fin, no puedo terminar estas líneas sin volver a hacer en IDEAL lo que he hecho año tras año en sus páginas en estas fechas, desear de corazón a todos los colegios, institutos, asociaciones juveniles y a la UGR, un estupendo y fructífero curso 2022-2023. Abrazos.
(NOTA: Este texto se ha publicado en la sección de Cartas al Director del diario IDEAL, correspondiente al jueves 6 de octubre de 2022)
ANTONIO
ALAMINOS LÓPEZ