“Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo”, así escribía Miguel Hernández su elegía a Ramón Sijé y demasiado pronto ha levantado la muerte ese maldito vuelo, pues Jesús solo tenía 46 años, una mujer y 4 hijos que ahora se quedan sin su compañía.
Spiriman, su nombre de batalla, anunció en agosto de 2020 que padecía un cáncer de pulmón muy avanzado con metástasis. En junio de 2021, Jesús sufrió una recaída tras anunciar cuatro meses antes que había superado la enfermedad. Durante todo ese tiempo ha protagonizado sonadas polémicas por sus declaraciones.
Su famosa frase, «El que se quiere curar, se cura», no ha tenido efecto. Tras asegurar que «el que se quiere curar de cáncer se cura y el que no, se muere», Spiriman anunció en noviembre de 2021 que su enfermedad empeoraba y culpaba al «estrés crónico» de la causa de su enfermedad.
Este que escribe en renglones torcidos y con las lágrimas por las mejillas es un paciente oncológico que hace años se hizo amigo tuyo y estuvimos en varias manifestaciones, todas ellas para pedir una mejor sanidad para Granada y los granadinos.
Hoy me siento solo, te has ido demasiado pronto, aún nos quedaba los Centros UAPO que tanta ilusión tenías con ellos. «Soy un fiel seguidor de la ciencia y sus avances pero soy un firme creyente del amor y de la capacidad que tenemos de concentrarnos en reprogramar nuestra mente subconsciente que controla nuestras experiencias vitales», dijo como él sabía decir las cosas y ya te convencía.
Recuerdo una noche en urgencias, cuando dijeron que tenía septicemia y me tenían que llevar a la UCI, allí estabas tú para ofrecer tu ayuda o la de tu mujer Intensivista. Ay Jesús qué pronto te has ido.
Creo que su mensaje podría haber sido distinto, no en el contenido, pero sí en el continente que eran sus palabras innecesariamente soeces a menudo. Pero reconozco que se va un luchador que no se rindió ni en los últimos momentos. Se requiere mucho valor para seguir adelante incluso cuando la enfermedad evidencia que el fin estaba cerca. Deja un legado que espero que no caiga en manos que acabarán por destruirlo, como ha sucedido en otras ocasiones. Mi profundo respeto. Que Dios lo acoja en su seno.
Pero hoy, con esta elegía a Jesús, no quiero quejas, no quiero referencias ni tacos que hagan temblar los cimientos del Hospital Clínico “San Cecilio”, y mucho menos en su Servicio de Urgencias, en donde nos dio toda su ciencia y humanidad.
“A las aladas almas de las rosas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero”. YEAHHHH!!! va por ti amigo!
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