Llegó de nuevo octubre, llegó la vuelta a la Universidad, dejamos atrás los fantasmas de las restricciones por la pandemia, volvemos a caminar con pasos seguros hacia las aulas de la universidad para buscar la palabra, en la esencia del conocimiento, para encontrarnos con ella: en las humanidades, ciencia y arte.
Un curso diferente, para la mayoría, un curso nuevo para los recién incorporados. Para muchos la Universidad de Mayores es un renacer después de la jubilación, cuando el tiempo pasa y necesitamos resucitarlo, devolverle su contenido, en las materias que seducen, en las actividades que divierten, en apresarnos en la creatividad desnuda del arte.
Hemos saltado a la segunda etapa de la vida, que a partir de los cincuenta se adueña de nuestro ser. Como una fruta madura todos hemos cambiado y no creemos ya en muchas cosas en que se creía o quizás con más exactitud creemos de otra manera.
En este ciclo de la existencia nos convertirnos en universitarios, para algunos la vida no les ofreció esta oportunidad, o para otros un retorno al recuerdo de su juventud como estudiante.
A estas alturas, la conciencia del tiempo fugaz es tan aguda que transformamos la juventud acumulada por los años en un latir que no se detiene, encontrar nuestro sitio después de la jubilación para no sentirnos solos en un mundo lleno de gente. El olvido, un enemigo invisible, que se presenta cuando cruzamos la frontera de lo laboral y retornamos a casa, entramos en un periodo donde el tiempo se muestra como un universo infinito a nuestra disposición.
La Universidad y la asociación de estudiantes son puertas abiertas que nos invitan a pasar, a gestionar nuestras inquietudes, a dar luz a nuestros deseos aletargados por un mundo anterior colmado de prisas: con la familia, el trabajo, los destinos…Ahora más que nunca necesitamos del oxígeno humano, de estar en contacto con compañeros, en las clases, visitas culturales, viajes, con las tertulias en las terrazas de los bares al finalizar las clases…
Sin duda, el Aula Permanente de Formación Abierta y la asociación de estudiantes ALUMA, es un refugio al que me voy habituando en cuando llega octubre. Miro el calendario y me sorprendo cuando descubro que llevo 13 años matriculado y como asociado. He vuelto a sentar en aquella primera mesa donde empecé esta aventura reconozco que la monotonía no ha tenido cabida en mi carpeta. En este periodo de tiempo, he descubierto que el conocimiento no tiene orillas, mi pincel ha pintado la sonrisa de mis amigos y familiares, mis colores en el lienzo han dibujado las sombras y las luces de mis sueños, mi pluma ha descrito: la luz redonda de las bellezas de Granada, la luz clara del mar salado de Cádiz, ha desgranado en palabras dulces y amargas, el amor y el desamor, en las noches densa de luna y en los silencios puros de una ciudad que me acogió, pero sobre todo, he querido hacer sentir el valor de los mayores en la sociedad, denunciar que el mundo nos cristalice, intento recuperar el espacio que nos pertenece, en una humanidad donde todo tiene caducidad, en definitiva escribir para darle años a la vida y aliento a la esperanza.
La vuelta a este curso 2022/2023, en el Aula de Mayores (APFA) ha sido trepidante en todos los sentidos, batiendo record: de estudiantes mayores matriculados, lo datos de Granada son espectaculares dada la capacidad de las aulas y presupuesto: 927 estudiantes, con 301 hombres y 626 mujeres. Los varones incrementan su porcentaje poco a poco, quizás sea una señal de un nuevo tiempo donde se cuida la mente y el cuerpo para un envejecimiento activo. Es justo, felicitar al director del APFA Juan Antonio Maldonado y a su equipo de dirección por el programa universitario de mayores de este curso: exigente en lo cultural e innovador en materias.
La asociación ALUMA, desde septiembre ha apretado el acelerador con intensidad, calidad y riqueza de contenido, que daría para varios artículos: como la exitosa celebración de las XX jornadas internacionales de asociacionismo en Granada organizadas por ALUMA, La Asamblea de elección de Presidente donde se ha vuelto a depositar la confianza en el Presidente José Rodríguez Sánchez y su equipo de Junta Directiva, la aprobación de los nuevos Estatutos de la Asociación para adecuarlos al Reglamento de Estudiantes de la Universidad de Granada, el encuentro de convivencia de compañeros nuevos y veteranos en la sierra dela Alfaguara, con senderismo y paella, visitas a pueblos con encanto, retomar el viaje paralizado por la guerra de Ucrania a Turquía y en fase inminente para noviembre el viaje transoceánico universitario a México donde por primera vez compartimos con compañeros de las asociaciones de Asturias, Sevilla, Madrid y Melilla.
Leer más artículos de
Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.
Comentarios
5 respuestas a «Rafael Reche: «Volver a clase, volver y volver a la Universidad de Mayores»»
Magnífico artículo en el que Rafael pone de manifiesto, la necesidad que tiene el ser humano de socializar, aprender, investigar… La Universidad de la Experiencia con sus actividades facilita y ayuda sin duda a estos fines. Enhorabuena.
¡Que bien lo pasáis los de ALUMA! Sana envidia. Enhorabuena me ha gustado mucho tu artículo. Un gran resumen de nuestras inquietudes y experiencias. Gracias.
Compañera María, todos navegamos en el mismo barco y la fusión de la Universidad y la asociación , nos enriquece a todos. Me alegro que compartas nuestras inquitudes .
Gracias amigo Diego, como bien dices debemos continuar aprendiendo por no hay edad para ello.
Que verdad dices la Universidad de mayores es muy importante para los que no pudimos ir de jóvenes y Aluma también es algo que todas las personas mayores de 50 años deberían de ir se aprende mucho y los viajes culturales son estupendos muy bien explicado un abrazo.