A la obras del Niño de las Pinturas o Sendra, el instituto pinero suma desde este curso el del artista linarense con el que pretende que los estudiantes «piensen en crecer y ver nuevos horizontes»
Al principio solo fue una línea. Que bajaba y subía por la amplia pared del patio y generaba unos planos que se fueron rellenando de colores planos, vivos. Luego aparecieron dos ojos, preciosos, hiperrealistas. Y en la parte inferior unos labios de adolescente. Después realizó con extrema soltura los trazos gruesos y el caballo íbero. Y, por último, estampó su firma. Lo que empezó siendo una propuesta al artista Miguel Ángel Belinchón Bujes, (Linares 1979), simplemente Belin para los artistas, fue una realidad en el patio del Instituto Cerro de los Infantes, de Pinos Puente. El equipo directivo y algunos profesores que sabían de su presencia, se acercaban afelicitar al artista por el resultado. Este espectacular mural, junto a la pista polideportiva se suma a la obra de Raúl, El Niño de las Pinturas, frente al acceso, y a la dedicada al flamenco de Bishosevillano y Rochihiro en las escaleras, además de la impresionante obra-homenaje a Mari Luz Escribano de Ramón Sendra y el original mural de la sala de usos múltiples de la alumna del centro Alejandra del Moral.
Cuando Belin llegó al centro pinero ya le esperaban los operarios del Ayuntamiento con la máquina elevadora junto a una pared totalmente preparada para la obra. Pasaban unos minutos de las 12 del mediodía y comenzó a trazar la línea que daría lugar a toda la obra. Y poco a poco, con una facilidad pasmosa, fue apareciendo el dibujo y junto con Nicolás comenzó a dar color, primero en las zonas de la derecha para luego pasar a la izquierda. Pero lo más sorprendente lo realizó en la tarde de esa jornada, los ojos de Natalia, su hija mayor, -como supimos después-, sorprendían a todos. Esa pupila en la que se reflejan las ventanas no deja indiferente a nadie ¿Cómo puede conseguir esa proporcionalidad? ¿Y ese brillo? José María Sánchez, director del instituto y su jefe de estudios, Ramón Martínez, todavía no se lo creían. Que todo haya sido tan fácil, que la predisposición del artista para colaborar con su centro haya sido tan rodada es digno de contar.
Todo comenzó a principios de año cuando el programa La Resistencia, que emite ‘#0’ de Movistar+, recibía como invitado al linarense. Sería a través de las redes sociales como pudieron contactar con él y hacerle llegar el proyecto que una vez conoció no dudó en colaborar. Después sería el turno de coordinarse con el equipo y esperar que el artista pudiera venir a Pinos Puente. No es fácil por su apretada agenda. Como el mismo nos contó llegó el lunes de Arlés (Francia) donde ha realizado una gran obra en su anfiteatro romano de 2000 años y esta semana volverá a su pueblo para realizar otro mural. A continuación inauguraría una exposición de cerámica en Málaga, a primero de octubre para después partir a Egipto, donde ha pintado un mural gigante de diez plantas, regreso a Murcia, y luego a Linares para pintar otro mural en su antiguo barrio de Arrayanes. En este mes ha vuelto a marcharse ahora a Nueva York y en diciembre inaugurará exposición en Madrid, «aparte de atender otros muchos encargos». En fin, que en el Cerro de los Infantes han quedado encantados con el resultado. Claro que le han dado total libertad, eso sí le explicaron la línea y filosofía del Centro y la recomendación de que estuviera conectado con el mundo íbero. Y Belin también nos reconoce estar satisfecho con el resultado de esta obra en la que su hija mira el horizonte a través de la ventana pues quiere ser libre como un pájaro y ofrece un homenaje al caballo íbero aparecido en un yacimiento del municipio al tiempo que recomienda a los estudiantes que «piensen en crecer y ver nuevos horizontes».
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