José Luis Escrivá ya no puede disimular más. El sistema público de pensiones pende de un hilo y el Gobierno está decidido a recortar las pensiones por la puerta de atrás a los futuros jubilados.
El tijeretazo que quiere ejecutar el ministro de Seguridad Social va a consistir en un aumento del período de cálculo, lo que implicaría un duro recorte a los trabajadores que pasen a jubilarse (no a los ya jubilados) porque en los primeros años de la carrera profesional lo normal es ganar menos salario. Así, aumentando el cálculo de los años de cotización lo que consigue el Gobierno es bajar la media de la pensión que le corresponde a la mayoría.
Y este lunes, el Ministerio de Seguridad Social ha propuesto a los agentes sociales ampliar progresivamente el periodo de cálculo de la pensión de los actuales 25 a 30 años. La idea del ministro socialista es descartar los dos peores años cotizados, lo que seguiría bajando la pensión igualmente respecto a la fórmula actual.
Y lo grave no es esto, ya de por sí importante, lo peor es que lo sabía hace tiempo y nos ha estado mintiendo descaradamente. Escrivá lleva más de un año jugando al despiste en esta cuestión. Tanto es así, que mientras se comprometía con Bruselas a ampliar los años cotizados de la vida laboral que se usan en el cálculo, en España negaba la mayor.
Cabe recordar que, a principios de 2021, se filtró un documento que supuestamente estaba preparando el Ejecutivo socialista para subir a 35 años el plazo de cotización para calcular la pensión. Su filtración enfadó sobremanera a Escrivá. Ahora, resulta que el ministro no quiere 35 años, pero quiere 30.
Ampliar el periodo de cálculo de la pensión de 25 a 35 años cotizados supondría un recorte en la prestación de los nuevos jubilados del 8,2%, pero su cuantía media no cambiaría si se permitiera descartar los peores seis años, según advierte el Banco de España en un informe publicado este miércoles, precisamente cuando se acaba de iniciar la negociación de la segunda fase de la reforma del sistema en la que se debe acordar antes de final de 2022 un aumento del periodo de cómputo, tal y como está comprometido con Bruselas.
No resulta baladí cuáles son esos “pequeños ajustes”, puesto que dependiendo de cómo se retoque, la pensión crecerá, mermará o se mantendrá tal cual. Este es el objetivo que tiene el Ejecutivo: que la reforma tenga un efecto “neutro” a nivel presupuestario –según reiteró Escrivá– pero que ofrezca una nueva fórmula más justa para las nuevas carreras laborales, puesto que para uno de cada tres ocupados los mejores años de cotización ya no son los últimos, como sí sucedía anteriormente.
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