“No escojas solo una parte, tómame como me doy. Entero y tal como soy, no vayas a equivocarte”… así canta Joan Manuel Serrat y algo parecido me ocurre a mí, cuando hay amigos que siempre te repiten hasta cansar que, te siguen, aunque no están de acuerdo contigo en algunas cosas. Acabáramos, vosotros sabéis lo aburrido que tiene que ser estar siempre de acuerdo en todo.
Un día agradecí profundamente la avalancha de personas que solicitaban ser amigos míos del Facebook, después comprendí que con una gran mayoría no me unía absolutamente nada y más tarde aún, entendí que ni siquiera hablábamos el mismo idioma. Pero tal vez por vergüenza, desidia, abandono, no borré o eliminé a nadie.
Viene la cuesta de enero, que para algunos es ya una verdadera montaña, revisiones médicas, puesta a punto y por encima de todo vivir y disfrutar de la familia y amigos.
Como buen cáncer que soy, soy vehemente, apasionado y me entrego con toda la fuerza que tengo y puedo; se hace muy cuesta arriba el poner diariamente un relato de tus vivencias, cartas a los periódicos, pensamientos, opiniones, sentimientos, todo ello en carne viva.
Vivimos en un mundo donde los ricos hablan de austeridad, la monarquía de justicia, la iglesia de sexualidad y el resto está en silencio o haciendo el gilipollas.
Hay gente que les molesta que hable de Salobreña, de sus autoridades y su nula gestión, de lo que como, de lo que bebo, de mi Familia, de mis amigos, en fin de las cosas que puede decir este viejo cascarrabias. Pues bien, ahí tenéis el dichoso Facebook para vuestras fotos, vuestras flores y vuestro paraíso ficticio.
No sé si mi vida está cambiando o será la edad, pero cada vez son más las cosas que me importan una mierda. Acabó la Navidad, tenemos Gobierno nuevo, la luz ha subido una barbaridad, seguimos teniendo medicamentos de dudosa eficacia, así que he decidido por fin hacer un poco de ejercicio para dejar esta barriga de polvorones que tengo en invierno, en verano es cervecera. Mi primer día en el gimnasio y me duele todo y eso que solo fui a preguntar cuánto cuesta la inscripción.
Y después de tanta fiesta y tanto despelote, nunca viene mal una sonrisa, aunque sea domingo, pues ya ni siquiera sabemos el día de la semana que estamos… A mí no me vengas con tus mierdas. Pero Doctor me pidió una análisis de heces… ¡A sí… Calla, calla!
Dejémonos ya de tanta preocupación y pongámonos en marcha, pues la polilla acecha, la preocupación es como una mecedora, te mantiene ocupado pero no te lleva a ninguna parte.