Luis Fernando Vílchez describe en su primera novela «la historia de un maestro bueno»

«Aquí comienza la historia de un corto viaje, pero con memoria de largo recorrido, que un viejo profesor accedió a hacer, a ruegos del mayor de sus hijos y pasado mucho tiempo, al lugar donde habían nacido él, sus padres y sus abuelos. Es un viaje evocador de mil recuerdos, gran parte de una vida pero sobre todo de reconocimiento de raíces, hechos y personas que a cualquiera le han marcado , sobre todo con los primeros años de su existencia. El profesor era y soy yo, José Pertíñez, catedrático de instituto y natural de Soto de Arroyo», así se inicia la novela ‘Un maestro entre paisajes. Relatos cruzados de una paz imposible’, cuyo autor es el doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, además de psicólogo clínico y educativo, Luis Fernando Vílchez Martín, quien visitará Granada para su presentación el jueves, en el Salón de Actos del Santuario del Perpetuo Socorro (San Juan de Dios, 2, frente a la antigua oficina de IDEAL), donde estará acompañado por Luis Mesa y otros lectores de la obra.

 

Libro que se inicia con una advertencia (Personajes, lugares, situaciones y hechos aquí narrados son imaginados, pero pertenecen al imaginario real) y un prolegómeno en el que desde las primeras líneas se aclara que el conjunto de relatos que siguen «recae en un universo humano, no habiendo por tanto un protagonista único» con el se pretende «ser una descripción de la vida de hombres y mujeres de muchos pueblos pequeños de la España de la postguerra civil». Por tanto, ya tenemos, el marco geográfico y temporal en el que se desarrolla esta obra cuyos personajes aparecen relacionados en las páginas finales (241 a 245), acompañados de breves descripciones. Verbigracia, Don José Pertíñez, Pepillo el de las gafas, narrador en primera persona, etc. que se nos antoja un listado casi imprescindible para no perderse en la historia narrada que supuestamente transcurre en una población de nombre Soto del Arroyo, en la que «no pasaba nada» pero en la que, sin embargo, «late un sinfín de sentimientos, amores y desamores, sufrimientos, injusticias, frustraciones, pasiones reprimidas, odios irreconciliables, pero también mujeres y hombres y de buen corazón, acciones nobles, pequeñas ventanas abiertas a la esperanza».

Líneas más abajo ya se nos presenta al maestro del narrador «que aparece enmarcado entre paisajes» y la aclaración de que «habían pasado tres años de cruel guerra», conflicto bélico acabado pero no así sus secuelas pues «la guerra de los corazones siguió viva durante muchos, demasiados años, después de aquel triunfalista comunicado del bando vencedor en la contienda». Y se inicia la historia con el primer capítulo ?Un viaje con memoria?con el retorno al escenario de vivencias y recuerdos que con notable maestría nos va desgranando el autor, «con muchos protagonistas, entre los que destaca uno fundamental en mi vida, mi maestro don Manuel, entre paisajes de fondo, el pueblo, mi pueblo, con sus personajes y personajes, con sus costumbres y pasiones, grandezas y miserias, con su misterio y su intriga». Se suceden a continuación los capítulos que ponen a las claras quienes son esos protagonistas de esta obra: Don Manuel, con el que muchos maestros que hayan ejercido en poblaciones se identificaran al tiempo que a otros le rememorarán sus primeros años de escuela; su esposa, Doña María; el pueblo, Soro del Arroyo; paisanaje, personas y personajes, etc, hasta llegar al posdata que dejamos descubran los lectores en la que se recogen varios poemas: El maestro y sus relatos y el Poema en recuerdo de don Francisco Giner de los Ríos, de Antonio Machado. En resumen, un libro para leer y saborear, disfrutar con su lectura y comprender mejor las difíciles circunstancias en la que algunos maestros desarrollaron una de las profesiones más bellas e imprescindibles. Sin maestros, nadie llegará a alcanzar sus sueños.

El libro publicado por Ediciones Khaf, perteneciente al Grupo Editorial Luis Vives, se puede adquirir en Librería Paulinas Granada (Calle Cárcel Baja, 14 (esquina Calle Elvira)

Recensión crítica de ‘Un maestro entre paisajes’, realizada por Miguel Martín:

Mi percepción y valoración de la novela UN MAESTRO ENTRE PAISAJES puede resumirse en los siguientes puntos:

  1. Utiliza un estilo directo, en su narrativa, entendido esto como ¨manera de reproducir las palabras de una persona o personaje, o sobre él, refiriéndolas personalmente¨: Ejemplos: A) “Uno de los ricachones del pueblo, de la familia de los Bolos, analfabeto y barrigón, les dijo un buen día a estos dos honrados maestros, Don Manuel y Don Pedro, cuando volvían de un pueblo cercano a donde habían ido a conseguir un poco de aceite … ´va a ser mester que vayan ustés rezando´, con risa prepotente y amenazadora, en alusión a los problemas de abastecimiento que iban a tener lugar”. B) ¨Jacinto era el encargao que cada día escogía, en función del número de peones necesarios para las labores de las fincas del señorico, a los que quería, ¨tu, tú, tú, iros p´allá¨C) ¨Don Francisco, médico titular del pueblo más cercano, despachaba a los enfermos, atendiéndolos a veces en las mismas calles que recorría cada vez: ´¿lo ves?, niño, niña, tú no tienes ná¨.

  1. Uso de un estilo castizo depurado: innumerables ejemplos, recogidos por el autor de la obra. De entre todos, cabe destacar éste, pleno de ternura y referido a una persona disminuida mentalmente: ¨Hola, me llamo Antoñito, tengo 20 años y estoy sufriendo mucho con la señora Matilde, que es mi hermana”.

  1. Visión de conjunto: La novela es un relato puntual de la vida de hombres y mujeres de un pueblo pequeño, símbolo y ejemplo de tantos otros de gran parte de nuestro país, en una España rural, durante un período difícil y complejo de nuestra historia. Aquí se recrean, por obra del autor, una serie de sentimientos, pasiones, injusticias, odios y, al mismo tiempo, con la maestría a la que nos tiene acostumbrados este autor de tan amplia producción de libros y otros escritos de corte académico y/o divulgativo, pero en esta ocasión sirviéndose del género narrativo. Es todo un historial de problemas los que este autor nos presenta de frente, pero mezclados con las personalidades y acciones de personas buenas. Aquí, el protagonismo es encarnado por Don Manuel, el maestro. Ambas perspectivas se enlazan íntima, emocional y armoniosamente hasta componer un retablo magnífico y, al mismo tiempo, sobrecogedor, con inclusión de acontecimientos menores de la vida cotidiana, junto con los más dramáticos. En mi opinión, se trata en el fondo y, sirviéndose de una acertadísima descripción, que no se erige en juez, de una lúcida reflexión de carácter ético y moral sobre la condición humana, todo ello envuelto como contrapunto de la obra de un humor teñido de ternura y piedad. Me atrevo a calificar esta obra como auténticamente maestra, en la que el autor demuestra un gran dominio de la técnica narrativa. La novela engancha al lector desde la primera página hasta el final.

Miguel Martín,

maestro, lingüista,

licenciado en Lenguas Románicas.

Otros testimonios de lectores expertos, enviados al autor a través de diversos medios

  • Me parece un acierto extraordinario reflejar la manera de hablar de los habitantes del pueblo retratado en la novela”.

  • Para mí, la principal cualidad es que se trata de una obra magníficamente escrita, desde el punto de vista literario”.

  • Los dos últimos capítulos han llegado a emocionarme, son sensacionales”.

  • La obra es un auténtico caleidoscopio de personas, hechos, sentimientos, imágenes, belleza y arte literario, que da lugar a contemplarlo desde muchas perspectivas. La he leído toda seguida, ahora me recreo poco a poco en ella y cada vez encuentro nuevas llamadas a posibles y complementarias interpretaciones, a prolongarla desde el gozo del lector y sintiéndome llamada a reflexiones de calado”.

  • Estoy atrapada por la obra desde que la empecé y ahora, que la he terminado de leer, sigo atrapada y releo unos u otros párrafos”.

  • Esta novela, poco convencional y, en cierto sentido heterodoxa, al no atenerse a cánones clásicos, pero también manidos, tiene la virtud de convertir al lector en alguien que pasea por las calles de Soto del Arroyo, mezclado con sus gentes, testigo de sus vidas, como si formara parte de unas u otras”.

  • Para mí, se trata de un diálogo entre dos maestros, el maestro protagonista y un profesor (el narrador) antiguo alumno de aquél. Este diálogo encierra una gran sabiduría, sobre todo de carácter educativo y pedagógico”.

  • Esta novela no va a dejar a nadie indiferente, dará que pensar a todos, llevará a épocas hace tiempo idas a los de edad avanzada y cumplirá una función informativa y de conocimiento a las generaciones más jóvenes, desconocedoras del mundo reflejado en la obra”.

  • Yo, que soy una urbanita total, me he llevado unas formidables sorpresas al encontrarme, por obra de la novela, con una España para mí desconocida, la que hoy llamamos vaciada, pero que entonces estaba llena de tantos contrastes, todo es algo nuevo para mí”.

  • Yo, que resido a cientos de kilómetros del lugar en el que el autor coloca el hábitat de las acciones y sus personajes, parece que estuviera leyendo cosas de mi pueblo, que me han contado o que yo mismo he vivido”.

  • Yo nací en un pueblo pequeño, y esta novela me ha hecho revivir lenguajes, expresiones, usos y costumbres, pero también algo más profundo, el alma de esas poblaciones pequeñas en una etapa que estos relatos ayudan a recuperar”.

  • Opino que el verdadero protagonismo recae, sin olvidar obviamente a los personajes, en los valores. Este podría ser un tratado de Axiología, para quienes, como yo, trabajamos en la enseñanza y nuestra principal misión es hacerlos llegar a los alumnos”.

  • Voy a hacer que mis alumnos de Bachillerato lean esta novela y luego la comentaremos en clase”.

  • Las dos poesías que el autor inserta entre los relatos, la dedicada a los pueblos y la que describe el quehacer del maestro, son realmente preciosas y llenas de emocionalidad”.

  • Además de los indudables y muy notables méritos literarios de la obra, la presentación del libro es cuidada y muy atractiva y considero un acierto el elenco final de los numerosos personajes y lugares citados en la novela”.

  • He visto en esta novela un canto a la paz, a la inclusión humana, al perdón, a la ayuda mutua, a la rectitud, a la compasión …”

  • El narrador (en último término el autor) describe, no juzga y acierta al señalar que, aún en las etapas más tensas socialmente para la convivencia, ha habido gentes de paz, gente buena, de excelente corazón”.

Luis Fernando Vílchez, durante una entrevista para Educación Futura
  • Lo que se dice en la solapa del libro, que D. Manuel era un buen maestro y un maestro bueno, puede ser también un resumen perfecto de la novela, a mi parecer”.

  • Lo que yo me pregunto, como lector y admirador de las principales obras del autor, de corte académico o divulgativo, es por qué ha tardado tanto tiempo en lanzarse a escribir narrativa”.

  • Entre los muchos y principales valores que atesora esta novela, vale la pena destacar también otros aspectos, como su transparencia y claridad, lo que tratándose de una extensión no larga sino muy asequible, ayuda a que la lectura se haga fácil y amena”.

  • Excelente pintura del pueblo donde se desarrolla la mayor parte del relato. Excelentes descripciones, detallistas y minuciosas”.

  • Comparto sentimientos muy similares respecto a mi pueblo, con expresiones lingüísticas parecidas”.

  • Gran riqueza de paisajes humanos en la galería innumerable de personajes del pueblo, así como un pasmoso dominio del habla popular”.

  • Sobre la injusticia de los préstamos usureros de los ricos, al leer ese pasaje me vino a la mente el caso parecido de mi abuelo, pues una situación parecida lo llevó a la cárcel un Viernes Santo de 1932”.

  • El final de la novela es triste, con la decepción del maestro, al marcharse del pueblo tras su jubilación, ante la indiferencia desagradecida e incluso hostil de las autoridades. Pero así es la vida.

Portada del libro

Síntesis breve incluida en la web de la editorial Khaf

Este relato no sigue la estructura clásica de la narrativa habitual, con los consabidos planteamiento-nudo-resolución. Se trata más bien de un conjunto de relatos que se entrecruzan, novelados a partir de hechos reales sobre un universo humano, no habiendo, por tanto, un solo protagonista. Pretende ser una descripción coral de la vida de hombres y mujeres de muchos pueblos pequeños de España de norte a sur y de este a oeste, en una época dura y difícil para nuestro país, poco después de la guerra civil y empezar la segunda guerra mundial. Por aquí desfilan personajes de colores muy variados y, bajo la falsa apariencia que en tantos pueblos de la época, como Soto del Arroyo (nombre simbólico del imaginario que se intenta retratar), no pasaba nada, late un sinfín de sentimientos, frustraciones, sufrimientos, hambres e injusticias, pasiones reprimidas, heridas y odios irreconciliables, pero también amor, ternura y bonhomía, mujeres y hombres de buen corazón, con acciones nobles que constituían ventanas abiertas a la esperanza.

Esas ventanas están representadas por unas cuantas buenas y entrañables personas, auténticos mediadores en busca siempre de una paz en el ámbito del yo-tú, porque no podían ir más allá. Entre ellas, destaca el maestro, Don Manuel, que aparece encuadrado entre paisajes físicos y humanos, por entre los cuales se mueve con ejemplaridad, a pesar de las dificultades, dilemas, dudas y preguntas, con algunas convicciones que trata de compartir. Es que Don Manuel era un buen maestro y un maestro bueno.

Antonio Arenas

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