Innovar no es más que convertir las ideas en productos nuevos. Lo que para ti puede ser una bolsita de té, en mi realidad, es instrumental mágico, la realidad se puede percibir de diversas formas.
No hay nada que no esté inventado, pero lo que si podemos es hacerlo nuestro y darle nuestra esencia.
Por ello, la innovación va ligada al cambio, al reciclaje, cualidad esencial, es de vital importancia continuar con nuestra formación: leer, asistir a charlas, a cursos… mirar a otros docentes, escucharlos… eso nos hará ver otros puntos de vista, nos hará descubrir otras aventuras, otras realidades… esa formación nos dará seguridad, esa seguridad nos hará crear aventuras, esas aventuras nos seguirán ilusionando y alimentarán nuestro entusiasmo al ver nuestros aprendizajes y los de nuestros peques, ganaremos o aprenderemos de esas aventuras, pero nunca perderemos nada, siempre habrá un aprendizaje. Esas aventuras han alimentado nuestro entusiasmo, ese entusiasmo seguirá creciendo y creciendo sin darnos cuenta y provocará que sigamos buscando nuevas formas de motivar a nuestro alumnado, sin querer estaremos trabajando nuestra creatividad, que puede que creamos que no tenemos, pero como comenté en artículos anteriores, todos y todas nacemos creativos, incluid@ tú.
Así, estamos conformando un círculo perfecto entre: ENTUSIASMO-CREATIVIDAD-INNOVACIÓN.
Solemos pensar que con la simple introducción de tecnología en el aula ya estamos innovando. Incluir en el aula elementos de robótica, aplicaciones, plataformas online… no tiene por qué suponer una innovación en sí misma, más allá de la novedad de los nuevos recursos que estamos presentando a los alumnos, que la verdad, no es poco, ya que es un nuevo elemento motivador en el aula, pero que algo sea novedoso no es sinónimo de que sea innovador.
Un docente innovador es aquel que observa, que crea, que busca soluciones y diferentes vías de aprendizaje… Es aquel que planifica e improvisa si es necesario. Es aquel que está dispuesto a aprender de los demás y con los demás, tanto de los compañeros como de los propios alumnos, es aquel que admite errores y continúa. Nunca pierde: o gana o aprende.
Ser innovador supone ser original, sorprender a nuestro público y despertar en ellos la curiosidad, la motivación.
Hace unos días descubrí a Ramón Barrera, dio hace unos años una ponencia en TEDEx, y me enamoré. Me enamoró su forma de hablar, de expresarse, de conectar, de razonar… Si tenéis un ratito buscadlo, la ponencia se llama: “Sorprendizaje: como acabar con una educación aburrida”. Y esa palabra “Sorprendizaje” es la que me enamoró. Le encanta inventarse palabras y sus significados, se cree de la real academia de la lengua, pero cuando lo escuchas no te queda más remedio que darle la razón. “Para aprender hay que sorprenderse”.
Innovar es no rendirse, no estancarse, es seguir aprendiendo, es ser consciente de que debemos estar en continua formación, tener la mente abierta y disfrutar de nuestro trabajo.
Y ¡ojo!, que en ningún momento estoy diciendo que desechemos lo convencional, pienso que lo convencional y lo innovador deben de ir de la mano, hay que incluir lo no convencional dentro de lo tradicional y llevar a las aulas esa magia que hace de la rutina una fantasía, no dejemos que esa rutina nos apague, ya que todos y todas hemos llegado a esta profesión por vocación, por pasión a lo que hacemos, no dejes que la rutina te apague.
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Fátima Rodríguez Martín,
maestra de educación infantil, apasionada del ABP & ABJ.
Formadora en Desig d’aprendre de ABP.
Creadora de recursos y de aventuras. Bloguera educativa.
Nominada premios educa Abanca 2022. Cree en la magia.
@maestrafati
@lospequesdelvelazquez