Con las Capitulaciones
otorgadas a Colón
España descubrió América,
no ejerciendo de invasor
sino como madre patria
que con amor aportó
costumbres civilizadas,
su lengua y su religión.
Por ley la reina Isabel
toda esclavitud prohibió
propiciando el mestizaje
sin atisbos de exclusión.
Cuando los descubridores
las nuevas tierras pisaran
vieron que estaban regidas
por unas tribus tan bárbaras
que a otras gentes más pacíficas
las tenían esclavizadas.
Se ejercía el canibalismo
con las castas sojuzgadas
y las muertes, el gran rito
para deidades paganas.
La antropofagia ancestral
sin reparo la saciaban
ingiriendo a los pequeños
de las aldeas usurpadas
y con la piel de los cuerpos
de los de edad avanzada
construían los tambores
para amenizar sus danzas.
España los liberó
de la monstruosa insania
fervientemente implantando
costumbres civilizadas.
Construyó con entusiasmo
carreteras, hospitales;
llevó las letras y ciencias
creando universidades;
aportó la religión,
fundó iglesias, catedrales,
y difundió el español
en afable mestizaje
propagando la instrucción
por las escuelas y calles,
donde antes imperaba
la fiereza y la barbarie.
Varios cientos de millones
la lengua española hablan
porque fueron españoles
quienes allí la sembraran.
Cimentó las fortalezas
con las torres esplendentes,
los puertos, los malecones
y lujosos palacetes
donde hoy por hoy los caudillos
pavonean altilocuentes.
Urbanizó las ciudades
y las ordenó con leyes
para que en la convivencia
germinara la simiente
que la religión cristiana
esparció pastoralmente.
Ver capítulos anteriores de
Profesor jubilado y escritor, autor de
‘Ortografía práctica del español’,
‘Ronda para niños’ (inglés),
‘Federico en su centenario’, ‘Las acacias del Macabe’,
‘Cervantes y Don Quijote’, ‘ La boca del infierno’
‘En la noche de San Juan’
y ‘Mencía de Mendoza. La nieta del cardenal’