Francisco Martínez Sánchez, Pacurri, para los amigos, todavía no se lo cree. Me refiero al recital poético que sus vecinos de Huétor Santillán le dedicaron el sábado, 15 de abril, en el precioso entorno del Bosque de la poesía donde la poesía tuvo un estupendo acompañamiento musical a cargo de Valentín Murillo (vientos) y Mario Alonso (guitarra). Él lo vivió como lo que fue, «un acto entrañable, muy emocionante, y por demás inesperado».
Una de las responsables fue la directora de la biblioteca, Mariángeles Cabrerizo, que presentó el acto con estas palabras:
«El Bosque de la Poesía se inauguró el 6 de octubre del 2022 con 16 árboles-poetas, con la promesa de cuidarlo y llenarlo de versos porque simboliza el compromiso de Huétor Santillán con la naturaleza y la poesía.
El pasado 18 de marzo, para celebrar el Día de la Poesía, creció con la plantación de Gracia Morales y Javier Egea, nos cubría la silueta de un moral ramificado hacía el cielo, metáfora del deseo de pertenecer al aire que envuelve nuestra sierra. En aquella tarde casi invernal susurramos poemas a la espera de una Semana del Libro, tan especial y única, como la que celebramos este año, el 70º Aniversario de la Biblioteca.
Iniciamos su sendero con pisadas fuertes, maduradas por quienes encuentran su camino a la sombra de la poesía, en una tarde primaveral el 15 de abril, doce poemas bordados en la tierra germinaron en las verdes hojas del moral alimentadas por unas voces llenas de sentimientos. Esas musas aletargadas que Francisco Martínez supo despertar, y que ya siempre nos pertenecerán… otro árbol- poeta que nos cobija, en un rincón donde la luz es distinta. Estrofas inéditas a la espera del papel que las acune en un nuevo despertar. Un recital muy hermoso, así que sólo nos queda agradecer a Francisco Martínez, su generosidad, al confiarlas a nuestro sentir. También gradecemos a Valentín Murillo y a Mario Alonso el bellísimo acompañamiento musical del recital».
Palabras que fueron respondidas de forma emocionada por Francisco Martínez:
«En el trastero de mi corazón hoy coinciden dos sentimientos profundamente vivos. Uno es de sorpresa. Un homenaje a mí es casi un atropello, como hace siglo y medio diría Zorrilla cuando Granada le rindió homenaje a sus 72 años. Él era gran poeta consumado. Pero mi vida octogenaria me advierte que yo solo soy un proyecto, un simple aprendiz de poeta. De ahí, mi sorpresa ante este homenaje.
El otro sentimiento íntimo es de agradecimiento. Sorpresa por un lado y agradecimiento. Cuando hace un año estuve a punto de decir adiós a la vida, sentí esa gran energía que me transmitisteis de diversas maneras, interesándoos por mi salud. Siento necesidad de daros las gracias desde lo más hondo de mi corazón, al parecer ya restablecido.
Esas gracias que llegan hasta hoy con este evento inesperado del Bosque de la Poesía. Mi corazón se siente desbordado de emoción. Gracias a todos vosotros, culpables de mi honda emoción de esta tarde.
Pero gracias, de manera especial, a los organizadores de este acto, artesanos de la cultura en Huétor Santillán: el Ayuntamiento, el Centro Cultural, Watá, y -¿cómo no?- la Biblioteca Municipal regentada por la infatigable cervantina Mariángeles, alma de tantas iniciativas literarias, al frente del Club de Lectura Hildegarda. ¡Artífices todos y todas del tejido cultural de nuestro pueblo!
Habéis elegido un gran día para este evento: hoy Día Mundial del Arte, recordando el nacimiento de Leonardo da Vinci y el recuerdo de aquella gran novelista, poeta y dramaturga santanderina, Concha Espina, nacida en este día, 15 de abril, hace poco más de un siglo.
Parafraseando a Víctor Hugo diría que la poesía es el aire respirable del alma humana. Ese principio activo que vemos infundir a nuestros niños desde el propio colegio Sierra de Huétor. Si este pequeño bosque hablara, colmaría toda emoción oyendo a los adolescentes declamar sus propios poemas.
La poesía es esa pasión que rompe barreras, amansando el toro que llevamos dentro. Es instrumento de libertad y humanismo. Es como el amor, que agrupa a la gente más allá de toda indolencia. Es una nueva visión del mundo, es una actitud ante la vida. Y es que sin raíz poética, ninguna cosa tiene dignidad suficiente para el espíritu humano.
En la caducidad de mis días, todas las cosas podrán sonarme a bagatelas, menos a partir de este día inolvidable, a instancias vuestras, en que optaré por una vida en verso que es un modo de eternizarme, ¡complicidad inevitable la vuestra!
Y seguro, cuando los árboles de este bosque crezcan, entonarán un himno de eterna primavera. Porque Huétor Santillán goza de muy buena salud».
Nuestras más sincera y efusiva felicitación a los organizadores del acto y, por supuesto, al homenajeado.
