El sábado 6 de mayo, a las 11,30 horas, en La Casa de la Cultura de Montejícar, el poeta-pintor José María Sánchez Aranda presentó su poemario Presagios de Esperanza. A su lado, Francisco Javier Jiménez Árbol, alcalde de Montejícar; Eloísa Molina Contreras, la coordinadora de la Biblioteca y el también profesor y poeta, Ramón Martínez.
Este granadino nacido en Cartagena deslumbró al público que abarrotaba la Casa de la Cultura con su tercer poemario publicado en la colección Averso.
Estos presagios recrean un juego sinestésico de luces y colores, donde la sonoridad alcanza tonos musicales a la par que pictóricos. Ahora, de la mano de Sánchez Aranda, los colores se convierten en palabras y las palabras son a la vez melodías sugerentes que atrapan la sensibilidad de quien las toca.
Nos encontramos con una poesía que refleja una densa fortaleza rítmica interior que hiere o que subyuga y que es capaz de transformar el mundo en poesía, haciéndolo más confortable y, cómo no, hermosamente habitable.
De este modo, en Sánchez Aranda la vida busca su verso. El tiempo tiene su ritmo. El amor es una aurora: mitad mujer, mitad hijo. Y un presagio de esperanza donde encontrar el camino.
Entonces, el poema es una herida, o un sendero de recuerdos, o una nube sin destino.
Aquí nada es lo que parece y todo es lo que esperamos. El cielo y el infierno están unidos, pero el hombre mora en ambos reinos. El verso es una serena ola y también una espada o un río.
Los ojos del poeta son los ojos del pintor, capaz de emplear la palabra-pincelada justa, hasta convertir lo soñado en deseable y lo humano en sagrado sacrilegio para los sentidos.
Presagios de esperanza es, por tanto, una poesía con relieves y texturas, con trazo firme y sereno, pero contundente.
Acto seguido, Montejícar se vistió de gala con la Exposición La libertad de mirar al cielo, un conjunto pictórico donde el poeta Sánchez Aranda es capaz de deslumbrar con su universo de tonalidades.
Desde el azul al amarillo, pasando por los diversos verdes y rojos o la pureza de los blancos, formando todo un mundo de sentimientos y emociones en cada uno de los trazos.
En suma, la pintura hecha poesía en imágenes icónicas que trascienden lo real hasta transmutarlo en arte.
Por ello, no es de extrañar que dicha Exposición estuviese acompañada de dos poemas, hechos para tal ocasión, en los que la libertad de mirar al cielo es la clave.
Uno, el Deslumbramiento, de la Premio Nacional Raquel Lanseros,y otros dos, tiltulados La libertad de mirar al cielo, de los poetas Ramón Martínez y del propio Sánchez Aranda.
Poesía y Pintura o Pintura y Poesía, en un enclave mágico, Montejícar, con más de un centenar de personas, disfrutando de la belleza del arte.
A veces la maravilla puede producirse, yo he tenido la suerte de ser testigo de excepción de este milagro de la primavera.
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