Mª Carmen Villena y María José Navas: «Experiencias con luz ultravioleta en el CEIP Sierra Nevada»

¿Cuándo vienes a mi cole, mami? Así comienza la experiencia que os queremos contar, con el deseo de unos niños que quieren compartir lo que ocurre cada día en uno de los espacios más valiosos, su clase.

 

No cabe duda de que, como padres, hemos reflexionado, por lo menos, en algún momento sobre el tiempo que nuestros hijos/as pasan en el colegio, el inestimable valor de las relaciones que allí establecen y el papel determinante que ejercen en el desarrollo de su personalidad y autoestima. La vida de un aula, al igual que la vida en una casa, se define por las personas que viven en ella y su capacidad de crear un entorno respetuoso, seguro y estimulante. Un lugar en el que poder expresar ideas y emociones, en el que aprender a respetar y empatizar con los demás.

Los compañeros y compañeras y los maestros y maestras de nuestros hijos se convierten en un referente o modelo tan importante como la propia familia. Por tanto, es esencial considerar la vida en el aula, los acontecimientos que allí suceden, como parte imprescindible para entender y conectar con nuestros hijos e hijas de manera global.

Consecuentemente, la elección de un centro escolar no debe ser arbitraria sino fruto del análisis del proyecto educativo y su adecuación a la realidad. En este sentido, el colegio Sierra Nevada (Granada) no podría ser una opción más acertada. Su visión de Comunidad Educativa invita a integrar el contexto de cada alumno y alumna sirviendo como elemento enriquecedor de la práctica educativa. Como maestras de Educación Infantil, parte de nuestra visión educativa está influenciada por los principios pedagógicos de algunos autores como Francesco Tonucci, pedagogo italiano que fundamenta la idea de una escuela abierta. Por un lado, los alumnos participan del entorno cercano, el barrio y las interacciones sociales que allí se establecen; por otro el colegio se abre para recibir al mundo, fundamentalmente a personas de su realidad próxima.

Por lo tanto, la experiencia que hoy compartimos ha sido posible no sólo gracias al deseo de un grupo de niños y niñas de invitar a sus familiares a clase sino también gracias a la creencia de la maestra en la relevancia de la participación activa de las familias en el contexto escolar.

La colaboración surgió con motivo de la celebración del día del libro. La idea de contar un cuento con luz ultravioleta o negra tuvo una gran acogida. No cabe duda de que los niños y niñas aprenden a partir de sus intereses y en situaciones cercanas que les permitan una interacción directa con los objetos. La combinación cuento + taller de luz negra nos pareció, por tanto, una experiencia con bastantes posibilidades de éxito.

El cuento “Leotolda” de la autora Olga de Dios, sirvió a la perfección como eje vertebrador del taller, debido no sólo a la intrigante historia, sino también a las propiedades fluorescentes de las ilustraciones.

Para diseñar la actividad hemos revisado documentación sobre el tema, seleccionado y diseñado materiales de acuerdo al nivel de desarrollo competencial del alumnado y llevado a cabo una fase experimental en casa. La actividad está basada en la pedagogía de Reggio Emilia o pedagogía de la luz. Por supuesto, no hemos inventado nada nuevo, este tipo de experiencia educativa nació en el norte de Italia en 1945 en una ciudad llamada Reggio Emilia; se convirtió en referente para el desarrollo de las metodologías activas que incluyen propuestas como la que hoy presentamos.

El juego con luz ultravioleta o negra invita a los niños y niñas a acercarse al arte, a desarrollar la creatividad e iniciarse en el descubrimiento científico a partir de la experimentación.

El grupo para el que fue diseñada la actividad está formado por 25 niños y niñas de entre 4 y 5 años que se distribuyen en el aula en cuatro subgrupos de 6 o 7 alumnos y alumnas. Con objeto de atender las distintas maneras de aprender diseñamos cuatro actividades favoreciendo el desarrollo de habilidades:

Actividad plastilina: modelado de la protagonista del cuento “ Leotolda”, deben imaginársela puesto que pese a los esfuerzos de sus amigos por encontrarla, no lo logran.

Actividad pulsera: los colores favoritos de “Leotolda”, ensartado de macarrones fluorescentes para realizar una pulsera.

Actividades materiales que absorben o repelen: se divide en dos experiencias, la absorción de líquidos vertidos con pipetas sobre empapadores absorbentes y la no absorción del líquido sobre papel vegetal pudiendo desplazar las gotas de un lugar a otro del papel con la pipeta.

Actividad pintura: retrato de “Leotolda” con pintura fluorescente y pincel sobre lienzo de papel film transparente.

Los cuatro equipos fueron identificados con un gomet fluorescente que favoreció la fluidez en la rotación a través de las actividades.

Cuento “Leotolda” de la autora Olga de Dios
Después de la lectura del cuento, disposición de las cuatro actividades
Retratos imaginados sobre la protagonista del cuento “Leotolda” con pincel y pintura fluorescente
Actividad de ensartado de macarrones fluorescentes para hacer una pulsera con los colores favoritos de “Leotolda”
Imaginan cómo es “Leotolda” y la modelan en plastilina
Propiedades de los materiales ¿absorben o repelen? Materiales: empapador, pipetas y líquido fluorescente
Materiales: empapador, pipetas y líquido fluorescente
Sus obras de arte sobre empapadores se exhiben en la clase
Clase 4 años C con su seño Mª Carmen Villena, CEIP Sierra Nevada (Pulsar sobre la imagen para agrandar)

Como puede apreciarse en las imágenes, la dimensión estética, es decir la disposición de los materiales invitó al alumnado a observar, investigar y descubrir de manera diferente su entorno cotidiano.

Esta práctica educativa puede ser considerada como parte de las metodologías activas basadas el aprendizaje constructivo de los alumnos y alumnas a partir de sus experiencias.

Afortunadamente, durante los últimos años, el enfoque pedagógico que ofrecen las metodologías activas como aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje cooperativo, ABN (método abierto basado en números), visual thinking o la gamificación, ha incidido de manera muy positiva en la etapa de Educación Infantil favoreciendo el desarrollo del pensamiento crítico en el alumnado, el cual demuestra que es capaz de buscar información, analizarla, pensar, razonar y proponer soluciones a problemas cercanos.

A través de esta experiencia hemos constatado que la inclusión en el aula de materiales nuevos nunca trabajados antes, como la luz negra o ultravioleta, el poder de un cuento nuevo contado por una madre, trabajar en pequeños equipos, realizar actividades manipulativas que tengan como resultado un producto… son inputs que han funcionado muy bien en esta clase de 4 años. Los niños y niñas aprendieron y estuvieron muy motivados tanto en la preparación de la actividad como en su desarrollo.

“¡Ojalá nunca acabara!”, escuchamos decir a una niña mientras modelaba la figura de la protagonista del cuento, aunque no sólo mediante la expresión oral pudimos comprobar el entusiasmo de los alumnos. Y es que, como dice César Bona en su libro La emoción de aprender, “la tarea tan maravillosa de educar cobra sentido si logra conectar con la emoción de aprender”.

Mª Carmen Villena

María José Navas

Redacción

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