Uno de los principales objetivos de la Tuna, quizás una de sus principales razones de ser, es la práctica de la solidaridad con toda la generosidad que sea capaz de albergar en su seno. Sí, han leído bien amables lectores, solidaridad esa misma palabra que, según un médico barbudo y revolucionario, “consiste en compartir lo que tenemos y no en dar aquello que nos sobra”.
Teniendo en cuenta que la Tuna, tal y como la conocemos en la actualidad, nació durante el último tercio del s. XIX en el contexto de los carnavales o también llamadas fiestas de máscaras en la prensa de la época. Los muchachos se disfrazaban de antiguos estudiantes, ataviados con el traje talar, conformando así agrupaciones musicales que, en la prensa decimonónica finisecular, eran denominadas tunas o estudiantinas. Al principio de esta época tunantesca, la vida de estas estudiantinas y tunas solía ser muy efímera puesto que su principal finalidad era postular en favor de diversas casusas benéficas por las calles y plazas de las ciudades universitarias.
Los estudiantes, ejerciendo el mester de tunería, rondaban las calles y plazas de Granada y frecuentaban los más importantes salones de sociedad, el Casino, el Centro Artístico, Literario y Científico, el Ateneo de Granada…, alegrando la vida de los transeúntes que por dichos lugares paseaban o la de los tertulianos que tomaban asiento alrededor de un velador, bajo el aroma y el sabor de un buen café indiano tostado en Motril y endulzado con el azúcar granadina, motrileña, accitana o canilera; y el embriagador olor proveniente del humeante cigarro puro hecho de tabaco cultivado y secado en la vega granadina.
Otrora, fue en estos ambientes, tan decimonónicos como literarios y culturales, donde la tuna desempeñaba su labor benéfica postulando con sus canciones y la práctica del Arte del Buen Tunar. El objetivo principal de ésta póstula era la recaudación de fondos destinados a la beneficencia, causas sociales o la contribución, en la medida de lo posible, a paliar los devastadores efectos producidos por catástrofes naturales como por ejemplo fue el llamado terremoto de Andalucía, cuyo epicentro se detectó en Alhama de Granada y Arenas del Rey, el día de Navidad de 1884.
De esto, ha pasado ya, prácticamente, casi un siglo y medio. Sin embargo, esta esencia tunantesca compuesta por fines benéficos y solidarios sigue intacta. Así lo hemos podido comprobar en uno de los últimos grandes eventos tunantescos, celebrados en la ciudad de la Alhambra a mediados de abril, que tuvo como protagonista a la Tuna del Distrito Universitario de Granada (TUDIGRA). Con motivo del LXXV aniversario de su refundación, la tuna distrital organizó un completo programa de actividades institucionales, musicales y académicas. Éstas fueron celebradas en el Complejo Administrativo Triunfo de la Universidad de Granada (UGR), en el Colegio Mayor Universitario Santa Cruz la Real, que es la actual casa de la Tuna de Distrito, y en el auditorio del Palacio de Congresos donde dichos eventos alcanzaron su colofón con la celebración de un concierto homenaje a la decana de las tunas españolas, la de Distrito de Granada. En el mismo participaron la Cuarentuna del Distrito Universitario de Málaga, la Tuna de la Universidad de la Sabana de Colombia, la Tuna de Distrito de la Palmas, la Tuna de Empresariales de Melilla, la Tuna Universitaria de Almería y, en último lugar, actuando como anfitriona, la Tuna del Distrito Universitario de Granada conocida popularmente como “Los Pollos”.
Sin duda alguna, todo esto jamás hubiese sido posible sin el patrocinio de la Secretaría de Turismo de la Junta de Andalucía dirigida por Yolanda de Aguilar Rosell –prima hermana del Dr. Don Emilio de la Cruz Aguilar (†), quizás el tuno más conocido y reconocido de toda España, dicho sea de paso‒ que es madrina de la Cuarentuna del Distrito Universitario de Granada. Y a propósito de amadrinamientos, en dicho concierto, fue becada como madrina de la Tuna del Distrito Universitario de Granada la actual alcaldesa de la ciudad, Marifrán Carazo Villalonga.
Como bien se indicaba en el cartel anunciador del VIII Encuentro de Tunas “Ciudad de la Alhambra” celebrado en el auditorio del Palacio de Congresos de Granada. En un magnífico escenario como es ese, se citaron seis extraordinarias tunas, seis, para deleitar con sus canciones, el buen tunar y el ejercicio del mester de tunería al público asistente. Ante un auditorio de dos mil personas –extraordinario número de localidades vendidas‒ cuya recaudación íntegra sería destinada a Cáritas Castrense de Granada y la Asociación Andaluza de Fibrosis Quística. La Tuna sigue conservando sus valores tradicionales.
Durante la tórrida tarde, que prologa a la canícula en la víspera de la festividad de San Juan Bautista, fue celebrado un acto público e institucional en el Colegio Mayor Santa Cruz la Real, donde se dieron cita las siguientes autoridades invitadas ad-hoc por la tuna distrital, ejerciendo las mismas como testigos de tan generoso y solidario gesto.
En la sala de prensa de este Colegio Mayor se congregaron el director del mismo, don Juan García Montero: el Rvdo. Padre Maestro y Prior del Convento Santa Cruz la Real de Granada, Fray Antonio Larios Ramos (O.P.); la Sra. Concejala de Fiestas Mayores y Protocolo del Excmo. Ayuntamiento de Granada, doña Carolina Amate Villanueva; la Sra. Delegada Territorial de Inclusión Social, Juventud y Economía Azul, doña Matilde Ortiz Arca; el Sr. Vicerrector de Estudiantes y Vida Universitaria, Juan Luis Benítez Muñoz; el Sr. Director de Cáritas Parroquial Castrense de Granada, Excmo. Sr. General de Brigada don Juan Hernández Gutiérrez; el Tesorero de Cáritas Parroquial Castrense de Granada, Ilmo. Sr. Coronel don Luis Pardo Moreno; la Sra. Delegada de la Asociación Andaluza de Fibrosis Quística en Granada, doña María José Funes Acosta; y el Jefe de la Tuna del Distrito Universitario de Granada, don Juan Francisco Casas Muñoz, más dos miembros de la misma, don José Carlos Ocaña Morales y don Antonio Rosillo Fernández.
En primer lugar, tomó la palabra don Juan García Montero, cuan perfecto anfitrión, para dar la bienvenida a todos los asistentes a tan feliz acontecimiento celebrado en el interior de tan bella y dominica casa. Un marco incomparable, desde luego. A continuación, tomaron la palabra las autoridades invitadas a dicho acto, interviniendo cada cual por protocolario orden de prelación. En diversos usos de la palabra se destacó la importancia de los valores que transmite la Tuna, entre ellos, la solidaridad; así como la enorme importancia de la labor benéfica y social realizada por ambas instituciones receptoras de sendos donativos. De igual forma, se puso de manifiesto la imperiosa necesidad de seguir apostando institucionalmente por esta tradición estudiantil, sobre todo, desde la propia Universidad de Granada que para algo es la madre de todas las tunas universitarias de la misma, albergadas éstas en su seno.
No cabe duda alguna que la Tuna es una de las instituciones estudiantiles que goza de mayor popularidad entre todas aquellas que representan a la Universidad, es decir, es una de sus mejores embajadoras allá por donde va. Esto es así porque la misma se hace presente allí donde se le requiere regalando esa alegría tan necesaria en nuestras vidas y que sólo hemos valorado cuando nos ha faltado. Si a esta premisa sumamos el carácter solidario, que siempre está presente en los grandes eventos tunantescos, pues da como resultado la importancia que en nuestra ciudad y en su universidad ha de tener la Tuna así como el lugar que le corresponde ocupar en nuestra sociedad actual.
Desde la Tuna del Distrito Universitario de Granada estamos absolutamente convencidos de que la Tuna, como tal institución universitaria que es, está más viva que nunca y que es tan necesaria como siempre, a pesar de la cultura de la inmediatez en la que sociológicamente vivimos instalados a causa de la generalizada carencia de valores humanos presentes en la epicúrea y hedonista sociedad en la cual se enmarcan nuestras relaciones sociales y vitales. Sirva esta última reflexión como conclusión final de este artículo y a modo de alegato para que desde las distintas instituciones, académicas y gubernativas, se incremente la apuesta por la Tuna de una forma inequívoca, clara y manifiesta. Apostar por la Tuna es apostar por el futuro conservando la tradición. ¡Larga vida a la Tuna!
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