Quiero hablarles de dos experiencias educativas de impacto, las denominadas Pequeños filósofos y Aula de cine, que espero les resulten de gran utilidad.
Pequeños filósofos: Enseñar a pensar en el aula
¿Es posible enseñar a pensar mejor? Eso me preguntaba yo cuando estudiaba magisterio. La respuesta es que es posible a través de varias metodologías de innovación educativa, siendo probablemente la más efectiva el programa de Filosofía para niños y niñas de Lipman y Sharp. Pero no es leer filósofos barbudos, sino dialogar con los/las niños/as como si nosotros fuésemos el maestro Sócrates a través de preguntas constantes, y no de respuestas. Los niños/as son grandes filósofos naturales, aunque incomprendidos, que en su vida cotidiana nos interrogan ¿Qué es el tiempo? ¿Qué es la verdad? ¿Qué diferencia hay entre ser bueno o malo? ¿Qué es un buen amigo? ¿Me puedes amar para siempre? ¿Por qué ha tenido que morir mi mascota?, incluso la cuestión pregunta de origen, ¿qué es pensar? A través de este gran método es posible convertir el aula en un ágora, una comunidad de investigación basada en el diálogo filosófico y lúdico. A ellos les encanta, les ayuda, pues por fin pueden hablar de esos temas, de lo que ellos piensan, su filosofía de la infancia.
Siempre me pregunté ¿si Platón hubiese ido a la escuela cómo hubiese sido esta? Es más ¿qué pasa dentro de la cabeza de los filósof@s o grandes pensadores para que piensen así? Durante años de investigación hemos recopilado estos procesos cognitivos, a los cuales llamamos habilidades del pensamiento. Tras fundar la asociación de Filosofía para niñ@s de Andalucía ahondamos en estos aspectos y diseñé unos talleres llamados Pequeños Filósofos. Primero lo impartí en extraescolares, luego lo llevé a cada uno de los centros en lo que he estado, educación secundaria (Huelva y Granada), centros de menores con alumnado en riesgo de exclusión y medidas judiciales (Córdoba), formación del profesorado de magisterio (Almería y Granada), al profesorado del máster de secundaria (Granada) y al aula de primaria (Cádiz, Sevilla) y contextos de difícil desempeño (Almería). Abordándolo con enorme flexibilidad trasversal desde una efeméride, una salida al museo, desde una película, un cuento o un cuadro, no importa el disparador, ya que, desde cualquier área como lengua, matemáticas, ciencias, artística, etc. se movilizan las preguntas, ¡y ese es el momento para filosofar!
A esto es a lo que se le denomina como competencia cero, la competencia de aprender a pensar. Y es que pensar es necesario para ser buena persona, y ser buena persona es necesario para ser feliz, luego enseñamos a pensar para aprender a ser más felices en nuestras vidas. ¿Y tú, te atreves a enseñar a pensar?
Para saber más:
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Aula de Cine – Pensar, hacer y sentir el cine
¿Por qué a los niños/as les encanta tanto el cine? Porque es el lenguaje y la narrativa de su tiempo, una época hecha en imágenes en movimiento. Alrededor de ellos todo está montado en la gramática del cine, sus tablets y móviles, Instagram, YouTube, TikTok, Netflix o la publicidad de la televisión. El problema es que no entender este lenguaje lleva un desgaste del pensamiento crítico (¡más hoy que nunca!), por ello hay que ver (leer) buen cine, sus planos, su narrativa y ser capaces de narrar historias en imágenes. En efecto, una alfabetización audiovisual. Tras realizar la tesis doctoral, Cinesofía en el aula: Cómo aprender a pensar con cine (UAM, 2022), me propuse llevarlo a la práctica, y además me propuse llevarlo en un entorno de difícil desempeño y compensatoria: El barrio de los Almendros de Almería. Este barrio es totalmente marginal, olvidado, rodeado de basura y chatarra, con una tasa de absentismo, desidia y violencia como nunca antes yo había visto. Es cierto, tal vez no sabían leer cine, pero sí habían visto cine. Y eso nos une a todo.
Para ello, solicité ser coordinador del proyecto Aula de Cine que se desarrolla con gran acierto aquí en Andalucía. Nos reunimos el claustro y bajo el título “Lo que das, recibes” concretamos nuestros grandes problemas: el bullying, el absentismo y la necesidad de valores. Ahora bien ¡nadie sabía de cine! Así que tenía que hacerlo fácil y por pasos, concretando una secuencia de misiones: ver buen cine, analizar cine, leer el lenguaje del cine, escribir un guion y un storyboard, grabar y montar, hacer un cartel, y finalmente exhibirlo al estilo Hollywood en la gala de cine de nuestra escuela, el FECA, Festival educativo de cine por los Almendros.
Durante muchos recreos hicimos los “recreos de cine” para ver y analizar cortos. Para facilitar el trabajo a los compañeros diseñé unos materiales en Drive, y además impartí unos talleres de técnicas de cine en todas las aulas, explicando planos, ángulos, trucos de cámara, un travelling sobre un carrito de bebé, géneros con cartelería, ser actores con frases épicas, etc. Todo ello con ejemplos sencillos de películas adaptadas a su edad y aportando anécdotas de mi propia vida al participar en cortos.
A comienzo de curso yo había presenciado una dura escena de acoso en el recreo, la cual me inspiró para escribir un breve guion, “Mírame a los ojos”. Este se convertiría en nuestra lectura comprensiva de inicio para inspirar al alumnado a escribir sus propios guiones. Y así fue, de forma individual y otros en grupo, escribieron sus guiones usando unas plantillas, editando a ordenador, luego dibujando las viñetas en el storyboard. Tras un casting, cada clase se puso a grabar, no exento esto de numerosos problemas. El montaje nos tocó hacerlo a los docentes, aunque con mucho tiempo lo podrían hacer ellos mismos. Mientras tanto elaboraban varias propuestas de cartelería usando Canva. De aquí salieron grandes cortos en valores como La promesa, sobre unos amigos que se prometen evitar el acoso, Un día en el parque, sobre el robo de un móvil y su arrepentimiento, y Amor y respeto, sobre los prejuicios cuando dos jóvenes se gustan.
Finalmente, llegó el esperado día de la gala. Les dijimos que vinieran elegantes pues teníamos una alfombra roja con fotocall. Casi no faltó nadie. Con gran aparato y detalle preparamos el salón de actos para el festival. Todos los docentes tuvieron una función, desde el palomitero del buen comportamiento, al revisor de entradas, músicos de bandas sonoras, incluso un periodista que entrevistaba a las celebridades como en un programa de TV. Nuestro jurado seleccionó los premios finalistas a mejor dirección, guion, actriz, etc., entregando la “almendra de oro”. Ese día todos estuvieron atentos, empáticos, todos aplaudieron, no hubo ningún conflicto. Todos unidos.
A la mañana siguiente dos de nuestros actores acudieron a Canal Sur para ser entrevistados, contar la experiencia y difundir lo aprendido. ¿Cuándo saldremos en la televisión? – me preguntaban las compañeras, las alumnas/os de cualquier curso, las familias en la puerta. Un barrio unido.
Si todos nuestros proyectos conducen a estos caminos, donde no enseñamos valores, sino que ya son valores en sí, si para lograr la inclusión logramos una implicación completa de un barrio, y si en lugar de absentismo hablamos de la importante presencia de cada niño/a, entonces así, en lugar de hablar del difícil desempeño hablaremos de lo amable que es dar un sentido a un contexto en donde el cine educativo y su humanismo nos han unido.
Para saber más:
Noticia Canal Sur: https://www.youtube.com/watch?v=6bTyzLrpS1o&t=1s
Tráiler del festival: https://www.youtube.com/watch?v=aPB7Uvj8Kd4
Gala FECA: https://www.youtube.com/watch?v=dnhuZVUNu1I
Corto – La Promesa: https://www.youtube.com/watch?v=wwVx67sSrC4
¡Y nos vemos en las aulas!
(*) JuanMo Giménez (alias de Juan Morales Giménez)
Nació cerca del mar en Almería, creció con una libreta de poemas en la mano.
Decidió ser maestro para liberar.
Porque educar es eso, educar es liberar.
Se dedica a la filosofía para niños, y además de ser psicopedagogo
y doctor en filosofía es maestro de primaria.
Ha sido locutor de radio, cuentacuentos y escritor de novelas.