Hace unos días finalizaban las fiestas patronales de San Cayetano, en el municipio granadino de Gor, que este año ha tenido como pregonera a la goreña María Jiménez Herrera. Para las personas que no pudieron estar presentes en la mañana del domingo, 6 de marzo, reproducimos a continuación el texto del Pregón y el vídeo que gentilmente nos ha facilitado Santiago Jiménez.
Pregón de las Fiestas de San Cayetano (Gor, Granada)
por
María Jiménez Herrera
Muy buenos días a todos
Autoridades y público en general
Muchas gracias Juanjo y Angelina, por tus palabras para presentarme. Sé que están dichas desde el cariño y así las recibo yo.
Una goreña de hecho y de derecho, porque aquí nací y aquí me crie y porque llevo a Gor en mi corazón y siempre lo pongo como referencia cuando se presenta la ocasión.
En primer lugar, quiero felicitar a los miembros de la corporación municipal aquí presentes, por haber resultado elegidos concejales y concejalas de Gor, en las pasadas elecciones municipales y haber formado un equipo de gobierno, con su alcalde a la cabeza, del que se espera que rijan y cuiden todo el término municipal, como Gor se merece.
Para empezar, os lo han puesto difícil. Pero se respira en el ambiente la ilusión de un tiempo nuevo. Yo espero y deseo que esa ilusión, os lleve al intento y el intento a conseguir el éxito.
También quiero daros las gracias, Porque a la hora de organizar estas fiestas, os acordarais de mí, para que diera el pregón de las mismas. Encargo que yo he aceptado con mucho gusto.
Y aquí estoy yo, subida en el balcón del ayuntamiento, para pregonar a los cuatro vientos, ante las goreñas y goreños y ante todos los amigos y visitantes, que GOR ESTÁ EN FIESTAS.
Y no son unas fiestas cualquiera no, son las fiestas de San Cayetano, con todo lo que eso representa para los goreños de aquí y de allá, que procuran organizar sus vidas, para poder vivirlas con la intensidad que requiere el evento y acudir en masa para celebrarlas.
Tanto es así, que mientras que Gor se ha ido despoblando año tras año, las fiestas sin embargo han ido creciendo y se han ido consolidando costumbres que ya puede decirse que son tradicionales.
Ahí tenemos la muchedumbre que acompaña la manada de toros, la tarde de su llegada a los corrales en Triana. Un acontecimiento que por su importancia, se anuncia en el programa de fiestas y del que se han hecho eco la prensa y televisiones de alcance nacional.
Las fiestas oficiales son las que marca el programa, pero además de eso, alrededor de ellas, Gor se convierte en estos días de agosto, en esperado lugar de encuentro para grandes y pequeños. Creándose un ambiente ya de por sí festivo.
Las casas vacías en invierno, vuelven a llenarse de gente. Sus calles y sus noches se animan con niños que juegan en la plaza. Con vecinos que se sientan al fresco para la tertulia. Con jóvenes que se reúnen en sus particulares veladas y que van creando entre ellos, unos lazos de amistad que perduran en el tiempo, para seguir teniendo en Gor un lugar de cita.
Pertenezco a una generación, que también tuvimos que alejarnos de Gor en nuestra juventud, por una razón u otra. De mis amigos, y conocidos, no recuerdo a nadie que se quedara.
Pero nuestra marcha, poco tuvo que ver con la emigración masiva de familias enteras, que se dio en años anteriores.
¡La de suspiros que se llevó el tren y la furgoneta de Severo!
Nosotros en realidad, nos convertimos en goreños de ida y vuelta, gracias a que en muchos casos, aquí siguieron viviendo nuestros padres, que nos recibían con los brazos abiertos al volver a la que seguíamos considerando nuestra casa.
Os decía que las fiestas han ido creciendo y como de lo que se trata en este pregón, es de hablar de ellas. Yo por cercanía, comenzaré por hablar de las verbenas en la Placeta Palacio.
Duran hasta el ser de día. La animación no decae ni por un momento. Porque el público que tan gustosamente acudíamos a ellas, es variopinto y cada cual disfruta de su momento, y a su manera. Y así, vamos saltando del “Mi Huelva tiene una ría” del principio, a la “Fiesta pagana” del amanecer. Pieza tras pieza. Lo sé, porque las escucho todas.
¡Como para no escucharlas!
A un vecino del entorno de la placeta, le preguntaron una mañana.
¿Cómo tocaron anoche los músicos?
Su respuesta fue rotunda y clara
!Fuerte! contestó.
No se puede ser más preciso, con menos palabras.
La placeta palacio, mi placeta. Donde nací, donde crecí. No sería la misma sin estas celebraciones. Yo no la concibo, sin que en ella tengan lugar este tipo de festejos o cualquier otra actividad que se organice para el pueblo.
Así ha sido siempre. La primera vez que recuerdo haber visto el cine, fueron unas imágenes en blanco y negro, reflejadas en una sábana, que proyectaba una máquina, colocada en una ventana de mi casa. En la placeta se han hecho representaciones teatrales. ¡ Hasta toros, se hicieron algunas veces! Ha servido para que jueguen a la pelota grandes y pequeños o bien, para celebraciones vecinales de todo tipo.
Como ya digo me crie en la placeta, bueno, a caballo entre la placeta y la plaza y con frecuencia me vienen a la memoria los recuerdos de mis años aquí vívidos. Algunos los recuerdo con precisión, otros seguramente los habrá distorsionado el paso del tiempo. Si sé que tuve una infancia y una juventud felices.
Permitidme que de entre mis recuerdos haga mención a quienes nos dejaron para siempre, y en particular a mis padres que nos inculcaron a mis hermanos y a mí, el amor por Gor y la fe en San Cayetano, lo mismo que nosotros tratamos de transmitir a nuestros hijos y nietos.
También los encierros y novilladas, han crecido y se han consolidado como parte consustancial de la fiesta, gracias a la colaboración de todo el que quiere hacerlo, al apoyo del ayuntamiento y la buena gestión y organización del grupo que forman la comisión pro toros.
No siempre fue así, pues hubo ocasiones en las que estas celebraciones pendían de un hilo. Sobre todo cuando tenían que organizarlas los llamados “empresarios”, que no eran sino, unos vecinos con más voluntad que ánimo de negocio.
Siendo yo una niña, recuerdo que un año, cuando “el tablao” se montaba todavía en esta plaza y las fiestas se acercaban, sin que se vislumbrara lo que iba a pasar con los toros. Se reunieron unos cuantos amigos, entre los que se encontraba mi padre. Montaron la plaza dirigidos por Paco el de Valentín. Se hicieron los toros y como benéfico recibieron cada uno de ellos, cinco sillas de anea de las que se colocaban en la presidencia y un puñado de tachuelas.
Durante los días de fiestas. Además de la diversión colectiva, también hay lugar para que afloren sentimientos y emociones más íntimas. Uno de ellos, es sin duda alguna la bandera.
La Bandera es seguramente, para muchos de nosotros, el símbolo que mejor representa el sentimiento goreño.
Durante su recorrido por las calles y plazoletas del pueblo, se producen en nosotros una sucesión de emociones y vivencias, que no pueden darse en ninguna otra situación.
Cuando te agachas junto a los tuyos, o quizás al lado de alguien que no conoces, para que la bandera vuele sobre nosotros, con la media sonrisa en los labios y tal vez alguna disimulada lagrimilla en los ojos, por un instante, se produce el silencio. Solo se escucha el crujir de su vaivén y se siente su roce sobre nuestras cabezas. En ese corto espacio de tiempo, sabes que tu emoción, es parecida a la de los que te rodean y que podríamos decirnos unos a otros: “Estamos aquí y hacemos esto, porque somos goreños”.
De pronto alguien grita un “¡Viva san Cayetano!”.
El mozo que la corre deja de ondearla, los agachados se incorporan, y vuelve la algarabia, suena la música, se escuchan los cohetes, las risas. Se reanudan las animadas conversaciones.
Y todo ello en un ambiente de luz y color, digno de que lo hubiera plasmado en un lienzo el mismísimo Sorolla.
La bandera continúa su recorrido, para repetir el rito, en otros rincones del pueblo, mientras que su mástil se va coronando con cintas de colores, que cuidadosamente le van poniendo, casi siempre las mujeres, y cada una de esas cintas guarda el secreto de su ofrenda.
Por cierto la bandera, siempre la ha recorrido un mozo. Pero… ¿sería posible que veamos alguna vez a una moza que esté dispuesta a hacerlo?
Las fiestas tienen su origen en el hecho de que nuestros antepasados, se acogieron a la providencia de San Cayetano y lo adoptaron como Patrón del pueblo. Así ha llegado hasta nosotros para que cada uno desde su particular fe, lo venere, o se encomiende a él en momentos críticos de su vida.
Las fiestas terminarán y Gor poco a poco irá volviendo a la calma que lo caracteriza durante la mayor parte del año. Pero seguirá siendo un pueblo vivo, porque en el y sus anejos, continúan viviendo paisanos y gentes venidas de otras tierras que han encontrado aquí un lugar para asentarse. Muchas gracias a todos los que de forma individual o a través de las distintas asociaciones, dedicáis vuestro tiempo y esfuerzo a mantenerlo, promocionarlo y conservar nuestras costumbres.
Quiero hacer mención especial y felicitar a la Asociación Cultural Amigos de Gor, por haber llegado a la publicación número cien de su revista Puerta de la Villa. En cuyas páginas, se va recogiendo parte de nuestra historia pasada y reciente. Muchas gracias a quienes lo habéis hecho posible desde que se publicó la primera.
Elemento esencial para que Gor siga latiendo, es la residencia de mayores San Cayetano, de titularidad municipal.
Os pediría a la nueva corporación, como depositaros de esa titularidad, que hasta donde vuestro poder alcance, no permitáis que nadie haga de ella un oscuro objeto de negocio.
Que prevalezca sobre todo, la excelencia en el cuidado de sus residentes, y se mantenga cómo una institución prestigiosa, porque su prestigio redundará en Gor, se mantendrán puestos de trabajo y ayudará para que a su sombra, puedan surgir y mantenerse negocios familiares.
Ya no me queda mas, que daros las gracias de corazón a todos y todas los que habéis tenido la deferencia de escuchar a esta pregonera.
Gracias a familiares, amigos y amigas que habéis querido estar cerca de mí en este momento.
Y como no, gracias a mi marido, a mis hijos, a sus parejas, a mi nieta Olivia, a mi nieto Marco
que me preguntó, que si él iba a salir en el pregón y yo le dije que si.
Me he sentido muy arropada por vosotros.
Voy terminando. Cuando preparaba este pregón. Comentaba con mi marido la sensación que se siente, cuando das vista a Gor, cada vez que vienes, sea cual sea la época del año. El me dijo que si me atrevería a cantar una letrilla que tenía sobre eso. Y yo como creo que la ocasión lo merece. Os la voy a cantar. Es muy corta, son dos estrofas.
Dice así:
Cuando se rompe el llano
al pie del cerro
Verde, pajizo, blanco
se ve mi pueblo.
Quiero llegar,
quiero estar con mi gente
y andando por tus calles
ir a la fuente.
Y ya si, ¡disfrutad de las fiestas! que para eso se celebran.
Os invito a dar los vivas de rigor. Unos vivas que lleguen a cualquier rincón, donde haya un goreño o una goreña que no han podido venir.
Así que gritad conmigo.
¡¡¡ VIVA SAN CAYETANO !!!
¡¡¡ VIVA GOR !!!
Ver vídeo de Santiago Jiménez: