La experiencia vital y profesional de Águeda Toral como regidora en el Teatro Isabel la Católica la convierten en una de las figuras de referencia de los técnicos teatrales en nuestro país.
No es fácil quedar con Águeda que en estos momentos divide su tiempo entre Madrid, donde trabaja como regidora en las compañías nacionales de teatro y danza, Granada y La Peza donde nacieron sus padres, Prepedigna López y José Toral.
No es fácil saber cuando llega porque está tan hecha a su profesión que se mueve de forma sigilosa, haciendo suya la canción de Pablo Milanés… de que callada manera se me adentra usted sonriendo, como si fuera la primavera…
Ella, casi invisible, solo conocida y reconocida por los iniciados, es una de las figuras más interesantes de la escena granadina.
Llegados a este punto tendremos que hacer de «apuntadores» y recordar que la profesión de Águeda Toral es la de regidora. De su mano vamos a adentrarnos en una faceta desconocida del espectáculo teatral.
Su lugar de trabajo, es el que se dispone entre el límite del escenario y el telón de fondo. Ella siempre está entre bastidores. Con su bagaje vamos a conocer los entresijos de la liturgia que comienza cuando el director o directora de la obra teatral cede todos sus poderes a una persona de confianza: tuyos son mis actores, mis decorados. Tuya mi adaptación y tuyos mi silencios. Tuyo el inicio y el fin.
Y Águeda que tiene un riguroso control del directo lo consuma con los movimientos de telón, una práctica abandonada en el teatro contemporáneo por decimonónico y que añora. Es ese juego, según ella, el que confiere al teatro su aire mistérico.
Desde su púlpito en el teatro Isabel la Católica ha dominado el mundo teatral granadino.
En pleno centro de Granada.
Un teatro a la italiana construido a mediados del s. XX por el arquitecto municipal Miguel Olmedo en los bajos de un edificio de viviendas y que necesitó reforma en 1998 cuando ya el teatro, la situación política y Granada habían cambiado.
Es ahí y aquí cuando llegaron un grupo de jóvenes que se convirtieron en los técnicos del Teatro Municipal. Maquinistas como Gregorio Calvo, Antonio Garzón o Jesús Suárez. Técnicos de iluminación como Israel, Antonio Regalado, Alejandro Castilla, Ramón, Eloy. Técnicos de sonido como Francisco Pretel. Y Águeda convertida en regidora de paredes. Alguien debe controlar “el tinglado” cuando se inicia la función. Y Águeda, conectada con cascos y micro comienza a dar órdenes
¡Entra micro!
¡Atención a los murmullos del fondo!
Por favor ¡SILENCIO! Vamos a comenzar.
Y la mirada, los gestos, la complicidad con el equipo, hace el resto. Y el telón que se ha quedado corto queda justo como debe de quedar.
Los padres de Águeda, como tantos otros españoles inmigrantes, abandonaron La Peza allá por 1958. Después de una breve estancia en Madrid, se instalaron en Granada para criar una familia cada vez más numerosa.
Y es aquí donde asiste a la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos y se forma como maestra de Taller en una especialidad, hoy desaparecida, la de marionetas de la mano del profesor Luis Sánchez Ruiz.
Eran, entonces, los años de «las grandes movidas culturales» y Granada se pobló de artistas de todo pelaje y propuestas. Y ella los conoció a todos.
Durante siete años, Águeda trabaja en la antigua Casa de los Migueletes con otros jóvenes que habían fundado el Taller de la Diabla: Isabel Soto, Lucas Valentín… Allí crean, crean, crean: atrezzos, escenografías, vestuario… enlazando con la tradición del títere granadino de Enrique Lanz y la compañía Etcétera.
Después trabajará en el grupo QTeatro con Sara Molina. Con ellos hará de actriz, productora, distribuidora… y entra en contacto con el complejo mundo de las secciones técnicas. Y aprende los Tiempos del Teatro y las Puestas en Escena.
Y comparte salas de ensayo y escenarios con Maria Navarro, Enrique Torres, Antonio Osorio, Constantino Renedo, Mónica Francés, Manolo Caro, Rosario Pardo, Francisco León y tantos y tantos otros que habitaron los espacios escénicos granadinos.
De forma paralela al devenir de Águeda como artista, la evolución del Teatro.
Si alguien quiere conocer historias sobre los mejores actores, actrices, compañías y montajes escénicos de España, que le pregunte a Águeda.
Regir 180 funciones anuales da para mucho. Pero no les dio para conservar su empleo. El equipo técnico del Isabel la Católica fue despedido en 2018 después de diecinueve años de trabajo.
Es bien sabido que el mundo de la cultura no resulta interesante a la esfera política.
Esta gente que hicieron del Teatro Municipal una plaza de primera categoría, que se convirtieron en profesores y formadores de los nuevos técnicos teatrales en el Centro de Formación Escénica de Andalucía, que han estado detrás de la mayoría de los espectáculos de los que hemos sido testigos los granadinos, mantuvieron una relación de provisionalidad laboral durante años.
Pero Águeda, que para eso renace de La Peza, no se rinde.
El dominio de la escena y de los tiempos, la visión global del espectáculo teatral los ha puesto a disposición del pueblo que vió jugar a los “prepedignos” durante los largos veranos de su infancia. En 2010, la entonces alcaldesa de La Peza, Celia Santiago convocó a sus vecinos más ilustres y a Águeda y, entre todos, dieron forma a una de las fiestas más singulares de la geografía granadina para mayor gloria de su pueblo y de sus vecinos: la de un héroe histórico que nos recuerda a todos la valentía y honor, el Alcalde Carboneros que puso en boca los lapeceños la frase “ yo soy la Villa de la Peza que muere antes de entregarse”.
Ella tan acostumbrada a solventar problemas
¿Qué no tenemos vestuario que recree la Guerra de la Independencia contra los franceses? Organizamos talleres de confección
¿Qué no tenemos teatro? Utilizamos escenarios naturales
¿Nos falta guión?…mmm… habría que adaptar el texto que el ilustre accitano, Pedro Antonio de Alarcón escribiera en sus Historietas Nacionales …
¿Quién podría hacerlo? Antonio Solis está disponible.
Y Águeda cuenta emocionada como el 28 de agosto del 2010 se estrenó una de las funciones más conmovedoras a la que ella haya podido asistir. Todo el pueblo estuvo allí. Un símbolo de libertad que…” nos ha unido y nos ha hecho mejores”
Águeda Toral López del mundo de los técnicos teatrales. Miembro de una generación de artistas nacida en la ciudad de Granada. La hasta ahora silenciosa, alza la voz y quiere reclamar:
Formación reglada para la regiduría y los oficios técnicos.
Gestores culturales competentes que conozcan la cultura y el tejido empresarial en Granada y la creación de una Mesa por la cultura.
Equipamientos escénicos actualizados en Granada y su provincia.
Una programación cultural coherente y en continua renovación.
Un Festival Internacional de Teatro inspirado en el de los años ochenta que devuelva a la ciudad de Granada al lugar que le corresponde dentro del panorama cultural nacional.
Ahora convertida en «regidora de compañía» se incorpora a los ensayos de los grandes espectáculos nacionales.
Y ya es hora, tu que dominas los tiempos, de dar la orden al maquinista para que baje el Telón.
Serie ‘La Historia sirve’ :
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- Juan Santaella López, gestor y teórico de la Escuela democrática
- Mari Carmen Arroyo Maldonado, indispensable en la música coral universitaria
- Inma Bonet Bailén, la gran dama asiática
- Loli Zarza Ruíz, ‘Alcaldesa’ de la Placeta de la Cruz
- Agustín Morales Jiménez. El diálogo entre la tradición y la vanguardia del barro granadino
- Águeda Toral López. Visión global del espectáculo teatral
Próximas entregas:
- isabelperez.com La pionera granadina en la enseñanza de lenguas online
Profesora de Geografía e Historia
IES Padre Suárez