Granada tiene numerosos miradores de muy reconocida fama turística desde dónde se pueden admirar estupendas vistas de la ciudad, la Vega, Sierra Nevada y localidades vecinas.
También muchos hoteles ofrecen sus terrazas como magníficos lugares desde los que disfrutar de los paisajes de Granada, tanto de día como por la noche. La verdad es que los atardeceres y las vistas nocturnas ganarían mucho si se iluminaran las torres y los campanarios más destacados de la ciudad, sobre todo de los barrios históricos del Albaicín, Realejo y Centro. Se podrían distinguir mejor las zonas monumentales.
En la catedral avanzan a buen ritmo el proyecto de obras para la iluminación artística de todo el conjunto, prevista en unos meses. El coste eléctrico, con los modernos dispositivos y lámparas de gran potencia pero de bajo consumo actuales, es menor que hace unos años.
Si no se pueden iluminar adecuadamente todos los monumentos, al menos las torres y campanarios darían una muy buena impresión de la ciudad por la noche, haciéndola más visible desde muchos sitios. En algunas ciudades esta iniciativa ya está dando muy buenos resultados. (El trabajo digno para los jóvenes y mayores es la base sólida).
Artículo basado en la carta que me publicó IDEAL el pasado mes de agosto. En fin, son ahora también pensamientos otoñales que comparto con los lectores y lectoras de IDEAL en Clase.
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maestro retirado