“El pasado se esconde, pero está presente”
BERNARD MALAMUD: “Una nueva vida”
Una vez más, en estos convulsos días de la democracia española, me vienen a la memoria los versos de nuestro insigne don Francisco de Quevedo: “No he de callar por más que con el dedo,/ ya tocando la boca o ya la frente,/silencio avises o amenaces miedo”. Y sí, hasta aquí hemos llegado Sr. Sánchez, señores militantes del PSOE. Hasta aquí han alcanzado sus mentiras, sus despropósitos, sus indignidades y su zafiedad. Basta ya de insultar la inteligencia de los ciudadanos, basta ya de eufemismos torticeros y basta ya de enmascarar sus insaciables deseos de poder a costa, incluso, de acabar con un partido político con 140 años de existencia –con sus errores y sus aciertos a lo largo de este dilatado periodo de tiempo pero de una honrada trayectoria política- y al que usted tan indignamente representa.
Desde hace ya algunos años vengo avisando, desde estas mismas páginas de opinión de IDEAL y en otros foros, que no vienen ahora al caso, de los peligros que corren las democracias occidentales en general y la nuestra en particular y que no se circunscriben exclusivamente a la aparición de grupos extremos que desearían aniquilar la soberanía popular. La profesionalización de los políticos españoles –y la afirmación es válida para cualquier partido político- es de un descaro y de un cinismo tan elocuentes que constituyen un serio obstáculo para cualquier tipo de debate mínimamente serio y riguroso. Con una derecha ultramontana y tridentina y una izquierda zafia e intelectualmente muy raspadita, lo importante es el cargo o el carguillo, que les sirva para no engrosar las listas del INEM. Y en esa dinámica de empleo son incapaces no ya de confrontar una idea sino siquiera de tenerla. Aunque el asunto viene de lejos, -de aquellos polvos estos lodos- la ley de amnistía es un caso paradigmático de lo que acabamos de decir. Así, en el año 2013 , Antonio Muñoz Molina, con la lucidez a la que nos tiene acostumbrados, escribía en su obra “Todo lo que era sólido”: “Primero se hizo compatible ser de izquierdas y ser nacionalista. Después se hizo obligatorio. A continuación declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era de derechas. Y en el gradual abaratamiento y envilecimiento de las palabras bastó sugerir educadamente alguna objeción al nacionalismo ya hegemónico para que a uno lo llamaran facha o fascista”.
No, ruedas de molino para comulgar, ni una más Sr. Sánchez. Usted puede acabar con todos los valores éticos del partido y de la izquierda – con qué delectación he leído en estas mismas páginas el artículo de don Pedro Cerezo-, en connivencia con su hasta ahora vicepresidenta, doñaYolanda Díaz , de cuya “oquedad mental”, parafraseando a don Alfonso Guerra, no voy a hacer el menor comentario. Ustedes pueden intentar justificar jurídicamente la perversa ley de amnistía, pero con qué facilidad desmonta sus argumentos el profesor Cerezo: “La cuestión jurídica de fondo es que una amnistía exigida es una desnaturalización completa del acto de amnistiar, porque no hay propiamente perdón donde actúa una exigencia de parte”. No, ni una rueda de molino más para comulgar. Porque ya me dirá, Sr Sánchez – ¡qué tragaderas las de sus militantes!-, cómo pretende encajar el independentismo catalán -unos dos millones de paisanos- dentro del Estado, mientras saca, a su vez, a quince millones de ciudadanos que ni comparten ni aprueban su indignidad ¡Excelente forma de fomentar la convivencia según el mantra que utilizan para acallar críticas!
Por si todo lo anterior fuera poco, queda una cuestión pendiente, no de menor importancia: Una vez más el Sr. Sánchez y sus acólitos de la prensa pretenden amedrentarnos con la coartada de que viene la extrema derecha ¿De verdad, Sr. Sánchez, pretende hacernos creer que a usted le preocupa lo más mínimo que la extrema derecha llegue al poder en este país? ¿De verdad ignora que en todo nacionalismo, en cualquier nacionalismo, se encuentra el germen más abyecto del fascismo? ¿De verdad ignora con quién ha pactado? Mire, Sr. Sánchez, usted ha pactado con el fascismo más insolidario y radical que, le guste o no, tiene peculiaridades ideológicas muy semejantes a las de VOX, a no ser que pretenda, en otra pirueta diabólica, hacernos aceptar a la trágala que existe un fascismo bueno y otro malo. Por favor, no insulte más nuestra inteligencia.
Que usted siga siendo Secretario General del PSOE es una lacra para su partido de la que no tardarán en arrepentirse, si los militantes no lo remedian cuanto antes. Soy consciente, y usted también lo es, de que el malestar en sus bases es notable pero de nada sirven declaraciones grandilocuentes, si no se pide un congreso extraordinario para que, al menos a sus bases, les dé explicaciones rigurosas y serias de sus pactos con Puigdemont. Hasta aquí hemos llegado Sr. Sánchez.
(NOTA:Este artículo de Blas López Ávila se ha publicado en la edición impresa de IDEAL, correspondiente al lunes 27 de noviembre de 2023)
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