El mar siempre el mar un paisaje incansable de olas, hábitat donde sigo encadenado desde mi tierna infancia. Agua salada milagrosa que según los sabios médicos de mi niñez abría el apetito, playas que dieron vigor a mi cuerpo escuálido y sol que tiñó de bronceado mi piel. Siento el viajar desde pequeño, mi mundo se transformó en dos dimensiones, uno horizontal en la costa y otro el vertical en la montaña. Cádiz una acuarela de color en continuo movimiento y Granada extasiada y sólida en su belleza.
La fascinación por viajar aún perdura en nosotros desde los tiempos remotos de la humanidad la necesidad del éxodo, de la huida, de mudarse de hábitat de aquel cazador-recolector al actual que viaja por trabajo y placer, que desliza su tiempo en aviones, carretera o cruzando mares.
Llegamos a la jubilación y el tiempo es de nuestro dominio, no miramos al pasado que se fue y que no se puede cambiar, queremos abrir camino mirando el mundo y refrescar los ojos, alimentar nuestra retina con otras bellezas, con diferentes culturas y enriqueciendo con nuevas experiencias.
Nos llueven los años, caminamos de prisa por la última etapa ciclo vital, periodo que se producen tanto perdidas como ganancias en lo psicológico, arrecia con frecuencia los fallos de salud, pero en la tregua queremos viajar, abrazar la fábula de la felicidad, salir de la vida de topo de debajo de la tierra del claustro de la casa y socializar con los compañeros de viajes que nos acompañan.
El viajar es un lenguaje personal que nos descubre nuestra propia intimidad y la del país, nos hace más global, de mente más universal y comunicativa. Descubrimos que no somos únicos que hay contraste y choque cultural (Países africanos, orientales, musulmanes…)
El sentido de los valores estéticos y morales son distintos al nuestro, cuando he regresado de China, Estados Unidos, Marruecos, México, Senegal, Rumania, Noruega, Austria…veo con otros ojos mi país. Allí comenzaba otro mundo. De golpe los colores, los olores y los sonidos, pasaban a ser otros. Delgadas fronteras separan lo real de lo irreal, la desmesura de la pobreza extrema, de la fiesta a la pena. Observé los rostros mudos que tiene la gente cuando es gente que pasa hambre, tierra quemada, tristes mirada, la única esperanza del cayuco a la deriva a Occidente como en Senegal. En contraste México con su riqueza indígena o de sus artes plásticas y donde el miedo se vuelve transparente, espectador de la inquietud (Delincuente o narcos que atemorizan).
Se vive en una pompa de jabón, prospera y refinada que fomentamos los placeres del cuerpo y del espíritu.
Las asociaciones de alumnos universitarios mayores españolas entre sus variadas actividades y cometidos apuestan por los viajes, con bastante éxito, abriendo fronteras y mezclando los ingredientes de diversión, socialización y cultural.
Estudiantes mayores siempre dispuestos a preparar la maleta cuando lo permita la situación económica, familiar y de salud. Decía un sabio octogenario sobre la concepción de la vida “Iría a más lugares donde nunca he ido, comería más helados y menos habas”.
En la asociación de estudiantes mayores ALUMA se planifican los viajes nacionales o internacionales con esmero y en especial los viajes de encuentros con otras Universidades Europea de Mayores (también México) donde compartimos con compañeros unos días de hermandad, usamos el lenguaje de la fraternidad para entendernos sin problema en francés, inglés, polaco, alemán e italiano, (increíble pero cierto) después recorremos parte de su país para degustar su gastronomía, riqueza cultural y ocio.
En mayo del 2024, realizamos un encuentro con la universidad de la tercera edad UNITRE de Lecce en Italia, quienes nos esperan con ilusión para compartir experiencias, disfrutar de la hermandad y recorrer el sur de Italia.
¿Qué ventaja encontramos los mayores viajando con un grupo de compañeros?
En este especifico periodo de la vida cuando viajamos aparcamos la soledad, la rutina o el stress diario (El cuidado de nietos, familiares, tareas del hogar…). Al visitar otros países acentuamos nuestra curiosidad, la capacidad de adaptarnos más rápido a los cambios, nos convierte en agiles mentales.
En la universidad de mayores se fomenta el aprendizaje continuo a lo largo de la vida, permanecer en un país diferente al nuestro es la mejor clase práctica para conocer nuevos horizontes y personas de diferentes culturas, disfrutar del arte y la historia de las ciudades.
Una invitación a ser más tolerante y comprender mejor a las personas. Mente abierta para nuevas perspectivas. Borrando perjuicios que nos han inculcado y sobretodo la satisfacción de cumplir un sueño y sensaciones indescriptibles.
Somos mayores con juventud acumulada y realmente inquietos. La edad no ablanda, sino que nos convierte en más exigentes en la calidad en los viajes. La experiencia de los diarios de viajes realizados por ALUMA desde su fundación 1996 nos aconsejan que el ritmo del viaje y época del año se adapte desde los 50 años, con un estado físico que se valga por si mismo, un grupo sobre 50 personas, hoteles de 4 estrellas con pensión completa, guías y entradas incluido, complementado con un seguro adicional de cancelación y asistencia en viajes.
Durante el curso se realizan una media de 15 viajes nacionales y 4 internacionales, podemos afirmar sin equivocarnos que somos muy viajeros y con ganas de divertirnos.
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Rafael Reche Silva, alumno del APFA
y miembro de la JD de la Asociación
de estudiantes mayores, ALUMA.
Premiado en Relatos Cortos en los concursos
de asociaciones de mayores de las Universidades
de Granada, Alcalá de Henares, Asturias y Melilla.
Comentarios
3 respuestas a «Rafael Reche: «¿Por qué a los universitarios mayores nos gusta viajar?»»
Excelente artículo el de Rafael, que no hace más que poner en valor las virtudes que nos aportan los viajes, especialmente al extranjero. Nos amplían en nuevos conocimientos, culturas o formas de vivir y nos hace valorar el país al que pertenecemos. Y si el viaje es en grupo, genial, se acrecenta la sociabilidad.
Que razón tienes Rafa. La cuestión es poder congeniar la salud con el tiempo disponible y el dinero, por lo demás todo perfecto.
Amigo Diego, escritor, investigador y lector, que tienes la gentileza de comentar los artículos. Como somos de la misma generación y retirados debemos aprovechar las pausas de salud para viajar y disfrutar de la riqueza cultural y turista de España y si se da la ocasión del extranjero.
Esta muy bien el viajar se cambia de rutina y se despeja la mente y se conoce jente y muchas cosas a mi me gusta pero está lo principal la salud y el dinero espero esté año poder viajar más y vencer todos los obstáculos..Un abrazo amigo Rafa.