Pedro López Ávila es un poeta de honda solera lírica, ganando impronta y brillo sus estrofas con el tiempo, fermentación lenta de su esencia, sentido y significado. Claridad en la expresión.
Este escritor granadino es un gran dinamizador cultural de esta parte del Sur de España. Es catedrático de Literatura, ejerciendo su labor en Secundaria, y además galerista, tertuliano radiofónico, articulista y crítico literario. Ha publicado ocho poemarios, entre ellos el que aquí comento. En su último libro, el autor nos muestra el destilado de la palabra decantada por el tiempo, experiencia activa del sentimiento, vivencias, alegrías y desengaños, que el poeta traduce en metafísica lírica, reflejada en las sentencias contenidas en sus estrofas finales.
Es Pedro López Ávila un poeta de intensa gestualidad sensitiva, expuesta de forma clara, despejada, casi fría a veces, libre de la pasión opresiva.
Este libro comienza su senda poética con tristeza tranquila, abatido ante los Hados del destino, evocando luces de horas cálidas y exultantes, de fuerza y juventud, mas la realidad es gris, descansada en un brumoso jardín imaginario, por cuyas veredas se pierde envuelto en el peso de la nostalgia. Según avanza por la intrincados, y espesos, senderos, o por las claros marchitos, abandonados en el tiempo de su ocaso, discurre el poeta en los pasajes del pasado vivido, en la mentira de la apariencia, la vacuidad de la ilusión, ajena a la caducidad de la vida. Sin embargo en su reflexión lírica encuentra luces mensajeras, que avisan de otras dimensiones invisibles, amplias y ricas en significados de señales trascendentes. El poeta piensa sereno, libre de las ataduras de la desesperanza, curioso más que oprimido por el futuro incierto, observando, sin inmutarse, el cerco que el mañana ofrece. Rompe, en su descubrimiento, la burbuja feliz del engaño, para descifrar la agridulce realidad. Pero el recuerdo a la vez satisface, con sus posos de experiencias gozosas.
Representa esta aventura, de fantasías futuras por vivir, en la figura de una mujer víctima de la lujuria y dinero, moneda de cambio del consumismo. Es mujer, migrante y prostituta, esclava y víctima de la violencia social de nuestro tiempo.
La poesía de Pedro López Ávila está alejada de la rima o musicalidad fácil. Se sustenta sobre un suave ritmo que transcurre sin sobresaltos. Sus poemas se articulan en estructuras sólidas, aunque su imagen es ligera y delicada, precisa y sin adornos. En este libro la palabra asume, en su certeza, un sonido cristalino.
Francisco Bautista Toledo
crítico de arte y autor del blog
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Lo presenta en Librería Babel el jueves, 25 de enero, a partir de las 19 horas, acompañándole en la mesa la artista plástica y poeta, Marijose Muñoz y el editor de Nazarí, Alejandro Santiago. (19 h )