Estas líneas, está claro, no tratan del pasado carnaval. Pudieran ser para cavilar sobre la situación política actual o para reflexionar sobre el tiempo de la actual cuaresma, que comenzamos el día 14 de febrero, miércoles de ceniza y día de San Valentín. Cada lector o lectora que elija el enfoque que le parezca más adecuado.
También pueden ser para seguir abstraídos en las cargas de la vida actual, que son propias de las idas y venidas que llevamos, con ganas de que se transformen en alegrías. Por supuesto, no pueden rechazarse sin más, ya que forman parte del camino que hay que andar día a día, por ejemplo, hacia múltiples reivindicaciones. Del desconsuelo hay que apartarse resueltamente, porque procede de exigir y no compartir, como con la necesaria gestión del agua. Cuántos ciudadanos se han planteado ya cambiar las papeletas del pasado. No basta simplemente con lamentarse. Ahí está el apoyo a los agricultores, a los transportistas, al medio ambiente o las personas desfavorecidas. Si no, se parecería a la pérdida de una simple afición, como con la criticada canción eurovisiva o los premios Goya. Cuando esto sucede, el corazón del ser humano entra en una caverna con ecos de patrañas y cambios de criterio constantes. Donde los sentimientos que allí se experimentan son debilidades y angustias. Todos pasamos por pruebas, porque la vida nos hace concebir un mundo mejor que luego algunos hacen añicos.
Los vicios persiguen las cumbres, por efímeras y agitadas que sean, mientras que las penas disfrutan con lo contrario en la mente: adormecerse en un resentimiento, en una reivindicación o en un cis, con minúsculas. Hay algo que necesita ser sanado. Astuto es el embuste. Pero se puede combatir custodiando el pensamiento. Por muy llena que esté la vida de contradicciones, de deseos vencidos, de sueños no realizados, de amistades perdidas: gracias a la esperanza podemos creer que todo se cambiará y llegará una felicidad que, aunque no sea plena, echa fuera el miedo. Lo importante es no tropezar por enésima vez en la misma piedra.
Un cordial saludo a los lectores y lectoras de IDEAL en Clase.
Maestro retirado