En una vasta llanura,
bajo el Peñón de la Sagra,
el bello pueblo de Huéscar
paradigma de templanza
donde los vientos del norte
con desconcierto cabalgan
arrinconando las hojas
en la esquina de la plaza.
En el cielo algunas nubes
lentamente se desplazan
buscando los altos montes
de la sierra de la Sagra
para descansar un rato
en su lenta caminata.
Decía Ibn al-Jatib
en los tiempos nazaritas,
cuando las tierras de Huéscar
eran tanto requeridas
por banderas musulmanas
o estandartes de Castilla,
y la Orden de Santiago
lideraba acometidas,
que “los huesqueños estaban,
por designación divina,
a la aventura en que Dios
al pueblo depararía”.
Esta llanura de Huéscar
es severamente fría
en los tiempos del invierno,
sobre todo, cuando el día
se va cediéndole el paso
a la noche, que a hurtadillas,
reparte hielos y escarchas
con largueza distinguida.
Los romanos y los púnicos
por aquí dejaron huella
y a la cora de Tudmir
perteneció esta tierra
en la época musulmana
cuando era nazarí Huéscar.
En los tiempos de Ismaíl
se levantó su castillo
del que apenas quedan restos
o pretéritos vestigios,
salvo la principal torre
con muros ya derruidos.
Resalta la Encarnación,
templo de Santa María,
una hermosa colegiata
santo y seña de la villa,
donde repican campanas
cuando va a empezar la misa.
Recordando viejos tiempos
en Huéscar descuellan casas
de una alcurnia distinguida
con fachadas blasonadas
y marcas que certifican
una herencia aristocrática.
El sosegado paisaje,
de una belleza que asombra,
nos ofrece con orgullo
sus gigantescas secuoyas,
por estas tierras llamadas
con gracejo, “mariantonias”.
Obligatorio es citar
las ovejas segureñas,
referente indiscutible
de la comarca de Huéscar,
siendo las protagonistas
en las prestigiosas ferias
que en numerosos lugares
por el estío se celebran,
siguiendo una tradición
arraigada en esta tierra.
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Comentarios
19 respuestas a «Juan José Gallego Tribaldos: «Huéscar»»
¡ Qué buen manejo del romance! Me encanta cada domingo levantarme con un romance tan perfecto. Un café y un romance, ¿ qué mejor combinación para un domingo por la mañana?
Te invito a hacer uno de Mecina Bombaron como “pueblo libro”, ahí lo dejo…
Buenos días, Cristina. Acepto el reto sobre Mecina. Te lo debo. Un fuerte abrazo y feliz domingo.
¡Asombrosa documentación y manejo del idioma y del romance!
Una vez más no defrauda: ¡¡Enhorabuena!!
Qué amable eres. Y generosa en tu valoración. Un fuerte abrazo para todos.
El pueblo de «Chepe». Tú ya me entiendes
Claro que sí. Un fuerte abrazo.
Cierto que Huescar es un pueblo precioso; y no menos cierto que también lo son sus paisajes.
Pero lo que más me hace recordarlo es ese viento «»fresquito «» característico de sus atardeceres.
Gracias
Buenos días, Nicolás . la zona de Huéscar es ciertamente hermosa y solemne. También es cierto el frío de las noches de invierno. Pero con un vinito de la tierra y unas chuletas de cordero segureño las cosas se tornan amables. Un abrazo.
Magnífico.
Gracias, como siempre amigo Benito. Un abrazo.
Juan, a este pueblo, como a otros, con tus bellos romances lo/s haces mucho más bonitos.
Enhorabuena.
Es una zona muy bonita con un paisaje espléndido. Un abrazo.
Tu romance de hoy a Huéscar, nos recuerda a amigos mutuos de allí, que cuando lo lean, seguro que disfrutarán con tu bella descripción de la villa y de su historia. Enhorabuena una vez más.
Buenos días, amigo J. Antonio. En efecto, de allí son varios de nuestros antiguos compañeros. Un abrazo para ti y para ellos.
Muy bueno, como siempre. Gracias por compartir. Abrazo.
Gracias a ti, como siempre, por estar ahí.
Un abrazo y buen domingo.
Querido Juan José:
A fe de Dios te digo que no hay otro más tonto que yo. Leo en el titular del correo Huesca, antes de abrirlo, y me digo , por fin alguien habla de esa perdida provincia, y te escribo con mi habitual imprudencia:
Huesca la desconocida, // tan modesta y con valor// la que gracias a Gallego// la pondré yo en mi visión// y quisiera recorrerla// para amarla con pasión.
Abro el correo, y me quedo planchado. Así que, rectifico:
Querido Juan José: genio y vate de Granada// que a sus pueblos tan bien cantas// con tu ciencia y con tu arte// y con tu innata elegancia// Hoy nos deleitas con Huéscar,// cuyos méritos ensalzas// y sus bellezas proclamas.//Acuérdate de tu amigo// José Carlos, de Granada// que se hizo madrileño// porque le dio la real gana;// pero te confieso en secreto// que fue por amor a una dama.
Un fuerte abrazo
Genial, como siempre. Me he reído con ganas. Serás madrileño o de donde te dé la gana pero el gracejo, la chispa y la imaginación , que ya cuando jóvenes desarrollabas, te acompañará siempre. Un fuerte abrazo, querido amigo.