Dedicado a Cristina López
Pasear por La Alpujarra
es un rito sacrosanto
recorriendo pueblo a pueblo
sin acelerar el paso,
para poder disfrutar
de unos paisajes orlados
por el cielo azul intenso
y el fervor hospitalario
de la gente alpujarreña
tan amistosa en el trato.
En un viso del camino,
desde el balcón de un barranco,
Mecina Bombarón se alza
en destellos encalados
entre el blanco de las casas
y el verde de los castaños
que en el otoño se invisten
de oropeles encarnados.
El origen de su nombre
es complejo situarlo
aunque lo de “Buen Varón”
es probable lo adecuado,
estando los mecineros
orgullosos del pasado.
En tierras alpujarreñas,
con la rebelión morisca,
se vivieron años cruentos
de una fiereza inaudita
entre los grupos cristianos
y ortodoxos islamistas,
hasta que don Juan de Austria
sofocó la rebeldía.
El valoreño Fernando,
nominado Abén Humeya,
siendo morisco converso
encabezó la revuelta
que a lo largo de tres años
sembró de sangre y miseria
estos apacibles pueblos
de la tierra alpujarreña,
que, a veces, miran al mar,
otras veces a la sierra
donde la nieve se riza
al albur de las estrellas
y los caminos refulgen
con flores de las adelfas.
Un personaje nacido
en Mecina Bombarón
fue el afamado morisco
Abdalá Abén Aboo,
el primo de Abén Humeya,
de quien fuera sucesor
tras urdir su asesinato
tras una abyecta traición.
Abdalá Abenabó
fue coronado monarca
por los turcos levantiscos
como rey de La Alpujarra,
mas el reinado acabó
antes de que comenzara
al consumarse el final
de la rebelión armada.
Abenabó rechazó
prebendas que le otorgara
el rey Felipe II
tras la contienda finada,
intentando redimir
su controvertida fama,
como Hurtado de Mendoza
en “Las guerras de Granada”
con precisión lo describe
y con respeto lo trata.
Abenabó, Diego López,
como antes lo designaban,
fue también asesinado
por un monfí de su casta
y el cadáver mutilado
en vesánica venganza.
El morisco Abenabó
no fue una persona amada
ni por población morisca
ni por la gente cristiana
legando triste leyenda
de traiciones y venganzas.
El paisaje de Mecina,
como Gerald Brenan data,
es de casas con sus huertos
y fachadas blanqueadas,
destacando expresamente
las patatas y manzanas
además de los castaños
que por doquier se abonanzan.
Sobresalen en Mecina,
los huertos, que por sus bardas,
cuelgan tapices de rosas,
de hermosas celindas blancas,
de gayombas, de glicinias,
de clavelinas, retama
y de ambarinos racimos
con las uvas de las parras.
A la vera de un ribazo
se ha encastillado una acacia
donde zurean palomas
al primer rayo del alba
mientras los trigos verdean
y los maizales encañan.
Deambulando por sus calles,
en las puertas y ventanas,
se alinean los geranios,
margaritas, la albahaca,
petunias y pensamientos
en macetas de cerámica
irisando la belleza
de este pueblo que se encalma
entre las vecinas nieves
o el mar en la lontananza,
mientras la brisa ventea
por la ermita de las Ánimas.
En Mecina hay varias fuentes
manando sus frescas aguas
entre la paz y el sosiego
que por la vega cabalga,
a la vez que en lavaderos
se adormece la añoranza
y aromas de hierbabuena
van y vienen por la plaza.
Cuando amarillea noviembre,
la Fiesta de las Castañas
en torno a las chimeneas,
sean cocidas, sean tostadas,
con la familia y amigos
da gusto saborearlas,
desde el carmesí ocaso
a las blancas madrugadas
que en Mecina se atavían
con esclavinas de escarcha.
Una original campaña
que nos demuestra el fervor
por las letras y las ciencias
de Mecina Bombarón,
es el reparto de libros
para crear afición
y animar a la lectura,
que es el camino inductor
de culturizar los pueblos
creando un mundo mejor
donde vivir en concordia
sin envidias ni rencor.
- Próxima entrega: ÓRGIVA
Leer más romances de
Profesor jubilado y escritor, autor de
Ortografía práctica del español; Ronda para niños,
edición en español, inglés y japonés;
Federico en su centenario, Las acacias del Macabe,
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En la noche de San Juan
Mencía de Mendoza. La nieta del cardenal
y La historia de España en verso.
Comentarios
22 respuestas a «Juan José Gallego Tribaldos: «Mecina Bombarón»»
Magnífico.
Gracias, amigo Benito. Buenos días.
Gracias, Juan. U a descripción sabía y preciosa. Desde el punto de vista lingüístico una joya. Muchos de esos descriptivos vocablos jamás los había leído. A su vez, los acaecers históricos de Mecina Bombaran muestran la importancia de este pueblo y las Alpujaras en el pasado.
Gracias, amigo Nicolás. La Alpujarra comforma un cosmos orlado por la belleza del paisaje, la interesante historia y la hospitalidad de la gente. Visitarla es sumamente satisfactorio en cyalquier momento del año aunque yo me decanto por el otoño donde el color tido lo invade.. Un abrazo.
Después de leer tus comentarios sobre este pueblo de la Alpujarra, me han entrado ganas de visitarlo.
Pues nada más fácil. Un rato en el coche y a disfrutar de los bellos parajes de Mecina y de la amabilidad de sus gentes. Un abrazo.
Historia, geografía, cultura, poesía… ¡Qué ganas de ir a Mecina Bombarón!
Pues no lo demores. Os gustará, sin duda.
La Alpujarra, tan cerca y tan hermosa. Un reclamo ineludible.
Precioso poema que describe magistralmente tanto la historia de este bonito pueblo como sus tradiciones y paisajes
Enhorabuena.
Gracias, amigo Nicolás. Que pases un buen domingo.
Preciosa descripción de la belleza alpujarreña y de su historia morisca, con sus rebeliónes y traiciones, tan dadas en esa época. Nos haces imbuirnos de toda esa historia pretérita.
Gracias, amigo Manuel. Mucha historia, hermosos paisajes y buena gente, los tres ángulos donde se enmarca La Alpujarra. Un abrazo y buen domingo.
Es tan bonito, que pienso visitarlo en cuanto pueda. Y eso que no soy muy de Alpujarra….
Buen día.
Te gustará tanto por el paisaje, gastronomía y, sobre todo, la gente. Un abrazo.
Con este romance a La Alpujarra y Mecina Bombarón, nos invitas a repasar su historia morisca y a disfrutar de sus agrestes pero hermosos paisajes. Gracias Juan y enhorabuena.
Muchas gracias por tu romance. Enhorabuena. Promesa cumplida, gracias. Me ha encantado el recorrido que haces por su historia y su paisaje. Lo describes perfectamente. Os invito a visitar este pueblo tan genuino y diferente. Adentraros en sus calles y descubriréis cada rincón lleno de vida, sus gentes, su gastronomía, su color…
Atractiva invitación. Me ha encantado rimar este romance. Paisaje, historia y unas personas estupendas son motivos inequívocos del cosmos alpujarreño. Un abrazo.
Gracias a ti, amigo José Antonio, por tus palabras. La Alpujarra es una tierra muy atractiva desde múltiples aspectos. Un abrazo.
Gracias Juan José.
A los que pensáis ir tened cuidado con las curvas.
Pero la recompensa al final del camino será grande porque la descripción que hace tu romance es verídica.
Un abrazo.
Gracias, amigo Juan. El fin justifica los medios y la ascética nos conduce a la mística.
Tras el purgatorio, el paraíso. Las curvas se olvidan nada más entrar a cualquier pueblo alpujarreño. Un abrazo.
Me encantaron tus versos, tan reales como coloridos, que me han hecho ver galopando por Las Alpujarras a Aben Humeya y a Don Juan, e incluso, a un pariente mío de por allí, que hablaba castellano antiguo.
Un
Un abrazo amigo José Carlos . Date una vuelta por aquí donde el aire de la sierra limpia todo tipo de desasosiegos y te encalma al momento. El paisaje la Historia y la gente, un lujo al alcance de la mano.