Afirmemos desde el principio que el espacio geopolítico denominado Israel o Palestina corresponde a un país reconocido desde la época romana; de hecho, fueron los romanos los que dieron a esta tierra el nombre de Palestina, que en la actualidad es una región que se corresponde con los territorios de Gaza y Cisjordania. Para Paul Johnson “En Hebrón, a unos 30 kilómetros de Jerusalén, comenzó la historia de cuatro mil años de los judíos desde Abraham a la consolidación del Estado de Israel”: “La historia de los judíos” (2023).
“Moisés y Aarón se presentaron al faraón y le dijeron: así dice el Señor, el Dios de Israel. Deja salir a mi pueblo para que celebre una fiesta en mi honor en el desierto” (Éxodo 5.1). Tal vez en esta cita esté la explicación de la guerra árabe israelí o guerra entre Hamas e Israel, que va ya por más de 330 días y aún sigue. Después de escapar de la esclavitud de los egipcios bajo el liderazgo de Moisés, y tras vagar cuarenta años por el desierto, los israelitas regresaron a la región de Canaán, (la Tierra Prometida o Israel) que fue conquistada y ocupada bajo el mando de Josué.
La contienda que ahora nos ocupa se inició en la madrugada del 7 de octubre de 2023 cuando Hamás, la organización terrorista fundada en 1897 que controla la franja de Gaza desde 2007, lanzó por sorpresa misiles sobre territorio israelí: “Estamos en guerra”, declaró Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel desde el 29 de diciembre de 2022. Isaac Herzog, presidente de esta nación, calificó el hecho como “el Pearl Harbor de Israel”. Once meses después la guerra continúa con la posibilidad de que pueda extenderse a más frentes (como ya está ocurriendo) estallando un enfrentamiento total: el asesinato del líder político de Hamas Ismail Haniya apunta en esta dirección.
El Diccionario de la lengua española define el término pedagogía como “Práctica educativa o de enseñanza en un determinado aspecto o área”. El aspecto al que me refiero en este artículo es la citada guerra, mostrando las claves para una mejor comprensión, si es que alguna guerra puede entenderse dado que los conflictos armados repugnan a la razón. Bajo mi particular criterio, estas claves pasan por una referencia clara a los conceptos que describo a continuación.
Likud, partido israelí de derechas fundado en 1973 por Menájem Beguín, siendo Benjamin Netanyahu su actual presidente. Hamás, acrónimo de “Movimiento de Resistencia Islámica” en el que las Brigadas Al-Qassam son su grupo armado. Hebreo, pueblo procedente de Mesopotamia que conquistó y habitó Canaán. Los hebreos son los ancestros de los judíos, y el hebreo es también la lengua hablada hoy en Israel. Israelita, todo habitante del antiguo reino de Israel, e israelí es el gentilicio del actual Estado de Israel. Judío es todo descendiente de Judá, uno de los hijos del patriarca Jacob, antiguo habitante del reino de Israel. Kibutz es una colonia agrícola de producción y consumo comunitarios. El primer kibutz se creó en Degania en 1909 por diez hombres y dos mujeres liderados por Joseph Baratz.
Sionismo es un término derivado de Sión, nombre de una colina de Jerusalén. Este término nace en 1983 debido a Nathan Birnbaum, jefe de los estudiantes judíos vieneses. Representa un movimiento político fundado por el periodista húngaro Theodor Herzl, que en “El Estado judío: ensayo de una solución moderna a la cuestión judía” (1986), considera que la solución al problema judío es la creación de un Estado judío independiente y soberano donde quepan todos los judíos del mundo. Por la “Declaración de Balfour” (2 de noviembre de 1917) se pone de manifiesto que Gran Bretaña fue la primera potencia que apoyó la constitución de un Estado judío en Palestina. Holocausto o exterminio sistemático de judíos y de otros grupos humanos llevado a cabo por el régimen de la Alemania nazi. Se corresponde con el término bíblico Shoah, que significa catástrofe o calamidad.
La ONU puso fin al Mandato Británico sobre Palestina mediante la “Resolución 181 (II) de 29 de noviembre de 1947” que decide dividir Palestina en dos Estados, uno árabe y otro judío, con un régimen internacional especial para Jerusalén. El 14 de mayo de 1948, David Ben Gurión, máximo representante de la comunidad judía en Palestina, leyó una “Declaración de Independencia” en el Museo de Tel-Aviv por la que se proclamó el establecimiento de un Estado judio en “Eretz” (“Tierra”) donde Israel sería reconocido como el Estado de Israel. Y dijo: “En virtud de nuestro derecho nacional e intrínseco, y apoyados en la fuerza de la “Resolución de la Asamblea general de las Naciones Unidas”, declaramos en este acto la creación de un Estado judío en Palestina que se denominará Estado de Israel”.
En 1987 se produce la primaria intifada o rebelión de los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza contra Israel. Más tarde, los “Acuerdos de Oslo”, o pactos entre Israel y Palestina, se firmaron bajo el auspicio del presidente Bill Clinton en el césped de la Casa Blanca el 13 de septiembre de 1993. Tenían por finalidad terminar con el conflicto entre ambas partes. Por estos acuerdos, Yasir Arafat (líder de la OLP), el primer ministro israelí Yitzhak Rabin, y el canciller israelí Shimon Peres recibirían el Premio Nobel de la Paz en 1994.
Como digo, a día de hoy, la guerra árabe-israelí continúa. Pero ¿hasta cuándo? ¿Se llegará a un acuerdo? ¿Será definitivo?
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Maestro,
doctor en pedagogía
y profesor titular de universidad