Tras la introducción en la primera entrega, toca profundizar en esta ajada urbe que vive horas bajas, pero que tiene sus encantos a pesar de la manifiesta decadencia y la dejadez. Personalmente me lleva a la Amortización de Mendizábal y el desastre subsiguiente.
Como siempre tendríamos que preguntarnos ¿esto que proyecto, mejorará o todavía empeorará más las cosas? Vaya que cada vez que paso por Scala Dei [pasear es un decir puesto que tienes que ir expresamente a ese lugar] no dejo de pensar en aquel visionario que lo expropió y, en apenas un lustro, ya no quedaba nadie que cultivara aquellos agrestes territorios tarraconenses entre montañas; el subsiguiente saqueo y despojo de lo que en su tiempo se conoció como el Vaticano catalán, sumió al lugar en el total abandono, destrozado, en ruinas que ahora se trata de recuperar casi dos siglos después del desastre que provocó el político del momento.
Pues de esa guisa me encuentro a Palermo, pero aún hay muchos edificios que no han colapsado, otros que han sido restaurados y, muchos más, que han caído en manos de esos buitres inmobiliarios que compran barato, actualizan e inmediatamente obtienen sus ganancias y, como buenas aves de presa: echan a volar. Sin in muy lejos, en el continente, en el exclusivo Porto Fino el famoso Bill Gates tiene una finca que quita el hipo.
Pero volvamos a nuestra caminata, nos adentramos en la zona este, que no pasa por ser la más hermosa, pero estamos en Palermo y bastante cerca de donde hemos desembarcado. Aquí encontramos infinidad de edificios religiosos que invitan a reflexionar sobre la insensatez humana, esa que se permite el lujo de despreciar y dejar caer lo que las generaciones anteriores acumularon con tanto esfuerzo.
Nos encontramos en el lado escogido y con arte acumulado: pinturas, esculturas, preciosas fuentes que languidecen en un rincón lleno de callejas, abigarrados rincones y callejones sin salida que me recuerdan las ratoneras, donde se acumula la suciedad. En esta zona está el barrio árabe de Kala [Al-Halisah = los elegidos] y en él tendremos la mayor parte del legado aragonés [Sicília perteneció a la celebre Corona de Aragón] y llegamos a la monumental Plaza Marina que por mucho tiempo fue la sede de los mandatarios aragoneses del momento, allí estaban también los tribunales [entre ellos el tantas veces denostado de la Inquisición].
Para los que buscan museos, en una jornada sólo podrán visionar una ínfima parte de lo que se atesora en la zona, conviene tener claro hacia donde orientar nuestros pasos para no perder el tiempo; tenemos el Palazzo Abatellis que actualmente acoge a la Galería Regional con una importante muestra de arte pictórico y escultórico, entre estas últimas piezas es fácil localizar un fantástico busto de mármol que representa a la hermosa Eleonora de Aragón que le realizara Francesco Laurana.
Se trata de un edificio construido en estilo gótico catalán que, nada más pasar el umbral de entrada [y la taquilla] nos sorprende por un fresco medieval de artista desconocido que nos enfrenta directamente con nuestra realidad: el triunfo de la muerte; tenemos ante nosotros un bello ejemplo inspirado en el célebre Apocalipsis y bien podía ser elegido por la militancia, ideologizada hasta las náuseas, de estos políticos pijos que pululan por el viejo continente.
Digamos que la obra refleja o muestra a un jinete que no deja de disparar flechas para liquidar a todos los ricos que encuentra a su paso y perdonar a los pobres ¿les suena? Dos milenios lleva el cristianismo pregonando esa justicia y ahí estamos; como diría Newton es de necios hacer siempre lo mismo para obtener los mismos resultados. Recordaremos que esa iconografía medieval está llena de simbolismo y a mi me recordaba, porque me encantaba, la asignatura de Historia del Arte y algo se quedó de aquella profesora que la impartía cuando contemplo determinadas obras que nos llevan a un pasado no muy remoto.
Teniendo en cuenta el lamentable estado en que quedó tras los bombardeos, la restauración del Palacio que realizara Carlo Scarpa fue totalmente prodigiosa, aunque no tengamos documentación de la época en que se construyó, podríamos colegir que incluso mejoró el edificio levantado en el XV.
En esa plaza encontramos también los célebres Jardines Garibaldi en honor del unificador italiano que se batió el cobre en numerosos países y hoy podríamos decir que los límites de la Italia que conocemos son los que aquél visionario apelmazó.
En este entorno tenemos el Museo Nacional de las Marionetas; la Gancia, que forma parte del monasterio franciscano de estilo catalán levantado en 1490. Ahí encontramos otra muestra del mismo estilo o período, aunque ubicada ya en el lado contrario de la plaza y los jardines: Santa María de la Cadena de inicios del XVI.
Ver más artículos de
Maestro de Primaria, licenciado en Geografía
y estudios de doctorado en Historia de América.
Colaborador regular, desde los años 70, con publicaciones especializadas
del mundo de las comunicaciones y diferentes emisoras de radio