Los cerca de 350 afortunados que pudieron disfrutar de la segunda sesión de Poesía en el Jardín, en el Cuarto Real, se sorprenderán al saber que la excelente simbiosis de poesía y música se preparó sin que el poeta invitado, Lorenzo Oliván (Castro Urdiales, Cantabria, 1968) y los músicos Nicolás Medina (Granada, 1958) y Walter Sabolo, nacido en Torino y granadino de adopción, se hubiesen encontrado hasta unas horas antes del acto. Bastó que Lorenzo pasara la propuesta de los poemas que tenían previsto recitar para que los músicos con su larga experiencia buscaran aquellas melodías musicales que se adaptaban como anillo al dedo y que el público pudo disfrutar bajo una preciosa luna creciente y una temperatura ideal, en torno a los 23 grados. En su primera intervención y tras Álvaro Salvador, al que se refirió como «factotum de del ciclo» que al comprobar la asistencia le llevó a exclamar, «para que luego digan que la poesía no tiene público».
Según nos adelantaba el poeta su deseo era leer ante el público granadino 15 poemas pertenecientes a sus últimos cinco libros. Para empezar lo hizo con ‘Puntos de fuga’ que en su momento fue reconocido con el Premio Fundación Loewe, al que siguió ‘Libro de los elementos’ que también fue galardonado, en este caso con el Premio Generación del 27′, ‘Nocturno casi’ con el que obtuvo el Premio Nacional de la Crítica, ‘Para una teoría de las distancias’ y ‘Los daños’.
De ellos -nos aclaraba- que los había elegido «por ser poemas claves en el conjunto en que estaban y por su extensión, media o larga, que da juego para encajar con una pieza musical». Los temas que fueron desfilando durante la velada son una constante en su poesía, como es el caso de la identidad, lo onírico, lo irracional, el deseo, el amor y la memoria, principalmente. Así mismo, recitó otros dos poemas homenajes con los que rinde homenaje a dos grandes músicos, en concreto ‘Canto rodado’, en homenaje a Leonard Cohen y ‘Serpiente’, a Ornette Coleman.
Nicolás Medina, que ya ha intervenido con anterioridad en Poesía en el Jardín, -recuerda la edición en que lo hizo con la poeta Sara Toro, en su anterior ubicación en la Casa de los Tiros- nos informaba del modus operandi para coordinarse con el poeta que les adelantó los textos e intercambiaron audios. «En principio nos hemos ceñido a los 15 temas de sus poemas e iremos detrás de él».
Así fue, eligiendo para ello diversos estilos y ritmos, que fueron de Chopin (Nocturno), hasta el jazz, y otros temas conocidos «como ‘Gracias a la vida’, Take this waltz, de Leonard Cohen, junto con algún que otro arreglo del propio músico que sirvieron de fondo en tanto sonaba la guitarra o el teclado de Walter Sabolo, o ambos a la vez que invitaba, por momentos, a cerrar los ojos y dejarse transportar por la música y la palabra. Para terminar, Álvaro Salvador, en nombre de la institución organizadora, agradeció su colaboración a los patrocinadores – y adelantó el nombre de los protagonistas del próximo martes: los poetas Javier Bozalongo y Paula Bozalongo con el acompañamiento musical de ‘Dúo El Olso de Benalúa’ y Tony Molina, a la guitarra.
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