Seguimos en Sicilia que pasó al dominio aragonés en 1415 y, con más o menos fortuna, no logró remontar de su depresión económica y cultural, sólo necesitaban en devastador terremoto de 1693 para complicarle más las cosas. Fue trampeando a la historia hasta que apareció la célebre expedición de los mil de Garibaldi que la anexionó al entonces reino de Italia [11 mayo 1860]; el bandolerismo y la pobreza acabaron sumiéndola en una decadencia que perdura, Palermo es el vivo ejemplo de ese desencanto ¿o es resignación?
Así que vamos a seguir nuestro paseo, continuamos por la zona y hoy nos acercaremos a una de las más bellas iglesias barrocas de la ciudad Santo Domingo a la que encontramos flanqueada por dos campanarios más una serie de columnas que adornan su imponente fachada. Se trata de una iglesia perteneciente al monasterio dominico que sufrió numerosas reconstrucciones a lo largo de los siglos. Quizá lo mas impactante de su interior son las numerosas capillas que, en realidad, corresponden a la última morada de ciudadanos ilustres y alto clero, con buena iluminación, impacta su altar mayor [XVIII] ricamente trabajado, con incrustaciones de mármol y piedras preciosas, algunos dirán que es una contradicción esa riqueza y la dejadez del entorno, quizá influenciados por nuestra época de nihilismo e indiferencia respecto a lo que nos legó la historia y, sobre todo, el catolicismo durante dos milenios.
A un tiro de piedra hallamos el oratorio en donde impacta el gran cuadro de Van Dyck, deambulando tropezaremos con uno de los mercados más típicos de Palermo, así que no hay que perdérselo a primera hora de la mañana, la calle que alberga La Vucciria es un cosmos abigarrado, colorido, donde hortalizas y frutas, lucen en puestos que ofrecen su policromía que juega con la escasa luz natural que entra en la estrecha vía. Dependiendo del momento de nuestro paseo disfrutaremos de un bello espectáculo para los sentidos y hasta nos atrevamos a degustar algunos de los jugosos vasos de jugos naturales que darán fuerzas e hidratación a nuestro cuerpo. También podremos observar y tener una idea de cómo es cómo vive la gente del lugar. Los chiringuitos o cafés de la zona son verdaderamente reliquias que difícilmente pasarían los cánones sanitarios que nos impone la UE con tozudez a los españoles ¿o somos nosotros mismos los que somos más papistas que el Papa?
Vaya que las personas remilgadas, podríamos decir, no son bienvenidas a esta muestra natural que muchos urbanitas no suelen soportar, especialmente las pescaderías que, en plena calle, te trocean, limpian y pesan lo que acaba de llegarles del mar. Antiguamente aquí se elaboraba la célebre pasta fresca que se colgaba para su secado, algo ya cada vez más difícil de encontrar en Italia, aunque nada de lo tradicional es imposible si inviertes tu tiempo a tu aire y por libre, ese es otro ritual de los zocos antiguos y las estrechas callejuelas que, a veces, hacen que te preguntes ¿dónde me metí?
Otro edificio de esta zona que llama la atención es el de San Cataldo por sus tres cúpulas moradas que ya nos hacen pensar en algo poco corriente y ese algo es fácilmente reconocible al observar sus fachadas. Se trata de un edificio que levantara Maio de Bari en el siglo XII; estilo árabe-normando, podemos encontrar inscripciones del Corán, aunque lo más frecuente en la zona es su quietud; conserva un altar original y unos preciosos mosaicos árabes en el suelo harán que nos fijemos en ellos por su delicada belleza. Fue reformada en el XIX y en su interior se colocaron los restos de otras construcciones que acabaron dándole otra visión a esta vieja iglesia normanda.
El siguiente paso sería hacia la imponente catedral, también de estilo normando que, en 1184, ocupó una antigua basílica que los árabes convirtieron en mezquita, desde esa época podemos decir que las reconstrucciones son el pan de cada día. Está consagrada a la Asunción y se conserva la tiara de Constanza de Aragón, esposa de Federico II, estamos contemplando una bellísima obra de pedrería que, a más de uno, le hace exclamar: ¡Qué trabajo y qué gran maestro el que hizo posible tanta belleza en una diadema!
Podemos admirar el pórtico que es otra obra maestra del gótico catalán ejecutada por Antonio Gambara en 1430. La Capilla de la Patrona de Palermo está consagrada a Santa Rosalía, sus restos descansan en el cofre de plata que está en el altar. Finalmente convendría descansar en la bella explanada exterior, disfrutar de sus cafés y sus canolos en cualquiera de sus pastelerías, hacer un alto en el camino para que el cuerpo tome ímpetu y nos permita seguir pateando la ciudad, siguiendo avenida arriba, se llegará al imponente Palacio Normando.