El curso ha comenzado con energía y entusiasmo, lleno de retos y nuevas expectativas. En la era de la información (o mejor dicho, la era de la desinformación), los docentes debemos estar preparados para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Sin embargo, esta tarea no es sencilla, ni para los profesores ni para los alumnos, ya que no estamos biológicamente capacitados para adaptarnos a cambios tan rápidos ni a la cantidad abrumadora de información que recibimos en tan poco tiempo. Hace más de 20 años, los cambios en la sociedad, la ciencia y la tecnología eran más graduales, permitiendo un proceso de adaptación que podía llevar décadas.
Un ejemplo sencillo es el de los equipos de fútbol, que solían mantener el mismo diseño de camiseta por varias temporadas, mientras que hoy en día, cada año se lanza un nuevo modelo. Esta aceleración de los cambios está afectando nuestras mentes de manera profunda, y no siempre somos conscientes del daño que este ritmo frenético está causando en nuestra sociedad.
Frente a este desafío, el CEIP Federico García Lorca, de Olivares (Granada) ha decidido dar especial importancia a las actividades saludables y contacto con la naturaleza, especialmente desde el área de Educación Física. Para los estudiantes de Primaria y el primer ciclo de Secundaria, se está desarrollando un enfoque que combina contenidos tradicionales con la innovación y el desarrollo tecnológico, buscando siempre un equilibrio. El objetivo es evitar el bombardeo constante de información y permitir pausas que favorezcan una asimilación más tranquila.
En estos primeros días de clase, hemos establecido las bases para este enfoque, conectando el trabajo con la naturaleza a través de dos espacios clave: el huerto escolar y el búlder del colegio. En ambos entornos, tanto alumnos como docentes han logrado desconectar del ritmo acelerado y encontrar un momento de calma, trabajando valores ancestrales que nos transportan a una época más pausada y equilibrada.
El huerto escolar
Hemos comenzado las tareas de acondicionamiento del huerto escolar con el objetivo de prepararlo para el cultivo de hortalizas de otoño, como acelgas, lechugas y espinacas. Además, plantaremos hortalizas de ciclo más largo, como habas, alcachofas y guisantes, que se cosecharán en primavera. Este año, también añadiremos plantas aromáticas y flores, como caléndulas y pensamientos, para darle vida y color al huerto.
Como parte de las actividades de Educación Física, los últimos 10 minutos de cada sesión estarán dedicados al cuidado y mantenimiento del huerto. Este espacio educativo aporta importantes valores, tales como:
- Fomento del respeto y cuidado por el medioambiente.
- Desarrollo de la responsabilidad y el compromiso.
- Mejora del trabajo en equipo y la cooperación.
- Promoción de hábitos de vida saludables y sostenibles.
- Fomento de la paciencia y perseverancia en el proceso de cultivo.
El búlder
El búlder, una modalidad de escalada en bloques de roca o paredes de hasta 8 metros de altura sin protección convencional (como cuerdas o arneses), es otra actividad clave en el CEIP Federico García Lorca. Esta práctica promueve el desarrollo de habilidades físicas como la fuerza, flexibilidad, resistencia y equilibrio, al tiempo que los estudiantes exploran sus límites y fortalecen su autoconfianza.
Además, el búlder fomenta un ambiente libre de estereotipos, donde el trabajo en equipo es fundamental. Los estudiantes aprenden a apoyarse mutuamente, superando desafíos físicos y emocionales en un entorno que refuerza tanto el cuerpo como la mente.
Una enseñanza inspirada en la naturaleza
El profesor Raúl Cerezo, encargado de Educación Física, ha encontrado en el entorno natural que rodea el centro una fuente de inspiración para diseñar sus actividades. El paisaje tranquilo de los Pueblos de Moclín, con el sonido del río Velillos y el canto de los pájaros, ha sido un modelo para crear experiencias educativas que se alejen del caos de la sociedad moderna.
Hace más de cinco años, cuando Raúl llegó al colegio, comprendió que los niños no deben ser víctimas de una sociedad apresurada y consumista. Decidió entonces enfocar su enseñanza hacia lo que realmente importa: el contacto con la naturaleza, el valor de las relaciones humanas y el aprendizaje a través de los recursos que nos ofrece el entorno.
Este enfoque ha generado resultados positivos en esta primera semana de trabajo. Tanto alumnos como docentes han experimentado un ambiente de aprendizaje más relajado, eficaz y enriquecedor, alejándose del frenesí habitual y acercándose a un equilibrio necesario entre la educación, la naturaleza y el bienestar.
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