Natasha Prévost, Viki Gómez y Mar Giménez comparten con los lectores de IDEAL EN CLASE sus opiniones sobre la experiencia de participar en el proyecto expositivo ‘Devenir jardinerx planetarix’ que durante los meses de septiembre y octubre está recorriendo los ecomercados de Granada y Salobreña.
Comenzamos con Natasha, ¿Qué acogida se le ha dispensado a la exposición en los Ecomerdados?
El ecomercado Sur ha sido satisfactorio, era el primero, antes de la vuelta al colegio. La afluencia de visitantes ha sido menor que en los dos siguientes. En Salobreña, he experimentado un acogimiento más vital, caluroso, con un interés real tanto en las obras como en el proyecto de la Hacienda de los Posibles, lo mismo en el Ecomercado de Granada Norte.
¿En qué consiste el proyecto de la Hacienda de los Posibles?
El proyecto de la Hacienda de los Posibles es mi proyecto de vida. Refleja mi trayectoria personal y profesional en su estructura y contenido. Es lo que hace que me levante por la mañana con entusiasmo. El proyecto está maduro para su implementación desde septiembre de 2017. Entonces, aunque mi entusiasmo por el proyecto es intacto, tengo que reconocer que no estoy consiguiendo moverlo hacia su implementación al día de hoy. Desde mi llegada en 2013, no he encontrado un trabajo en paralelo correspondiendo a mis estudios (Doctorado), experiencia laboral (Académica) e intereses en Granada. Trabajo de manera voluntaria para la ciudad que he elegido entre todas en los últimos 10 años. Ha sido un suicidio profesional. Tengo 48 años y se me va la vida sin conseguir mover la Hacienda de los Posibles, un proyecto que vehicula todos los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, que cuidaría de los colectivos vulnerables, que daría la autosuficiencia alimenticia a la ciudad de Granada y nada. Mi entusiasmo y mi impotencia van de la mano, lo que no es especialmente saludable ni fructífero.
La mayoría de los visitantes no conocen el Bien de Interés Cultural (BIC) cortijo-hacienda Jesús del Valle. Cuando explico dónde se encuentra saben situarlo, pero la casi totalidad nunca ha visitado el sitio a cinco kilómetros del centro de Granada. Cuando informo que es una propiedad privada y que uno de los dueños es José Ávila Rojas, constructor que debe más de 11 millones al estado español, ahí sí que todos y todas han escuchado hablar de él. La sonrisa desaparece y los ojos se elevan al cielo.
¿Cómo fue vuestro paso por el Ecomercado de Salobreña?
En Salobreña, un hombre visitó la exposición, miraba las obras, leía los fragmentos en las lonas y los textos del libreto. Cuando llegó, Viki le propuso de acompañarlo con una visita guiada, pero el hombre insistió que prefería ver la exposición solo. Estaba haciendo una visita guiada con otras personas. Después de media hora, el hombre me preguntó si yo era Natasha Prévost. Me dijo que lo que contaba en el ensayo resonaba mucho con su propia experiencia y estaba agradecido de encontrar otra persona que vivía emociones similares. El hombre era de las artes escénicas, de clown. Con su pareja, habían montado un proyecto y tampoco después de años habían conseguido implementarlo o vivir de aquello. ¿Después de cuánto tiempo hay que bajar los brazos? ¿A partir de qué momento hay que empezar en pensar en alternativas, nuevas ideas? ¿No haber conseguido implementar un proyecto de vida, es un fracaso? ¿Qué quiere decir suceder o fracasar para personas que rechazan el pensamiento patriarcal neoliberal? No son preguntas fáciles de contestar, pero poder compartirlas con otras personas ayuda a poner palabras, poner orden, agenciar lo vivido. Me he quedado muy agradecida de este encuentro.
¿Alguna conclusión de vuestro paso por el Ecomercado Norte?
El ecomercado Norte es el más importante para mí porque hay pocas/ninguna oferta cultural en esta zona de la ciudad. Me quedé preocupada toda la semana hasta justo después de terminar el montaje porque el cielo amenazaba lluvia, imposibilitando presentar la exposición. Al final las nubes negras se fueron y la exposición tuvo lugar. Una de las primeras personas que se acercó a las carpas abrigando la exposición fue la niña de la fotografía. La vi llegar decida y a la vez de tímida. La acogí y le pregunté si sabía leer. Me contestó afirmativamente. Le di un libreto y le expliqué de que iba la exposición. Le dije que si quería le podría hacer una visita guiada con quién la acompañaba.
Se fue con el libreto y regresó media hora después con sus padres. Su padre me dijo de entrada que ella era su propia persona. Ella les decía que no había donde ver artes, actividades culturales dónde vivían. Estaba muy feliz de poder ver arte, dónde una no se esperaba encontrarla. Mi día estaba hecho, había aportado belleza a una niña que lo anhelaba. Un precedente se había establecido. Era posible ver arte dónde vivía.
¿Puedes compartir alguna otra vivencia?
Una mujer italiana vino a visitar la exposición gracias a la recomendación de su compañero agricultor que había visto la exposición en el ecomercado Sur. Le gustaron mucho las obras, el tema y el proyecto. Me preguntó después de ver el video de introducción de la Hacienda de los Posibles, y cómo avanzaba el proyecto. Le contesté que estaba parado. Sin más me dijo, para quién viene de fuera, lugareños me dijeron que para quién es de aquí también, Granada es una ciudad cerrada, dura, no acogedora, adversa a la innovación; cuando una tiene una idea innovadora, un proyecto que haría una diferencia positiva, te pone todos los obstáculos posibles para que desistas. Me quedé boquiabierta, acababa de describir mi experiencia en esta ciudad.
Presentar la exposición Devenir Jardinerx Planetarix en los ecomercados es como la vida, algo agridulce.
También quisimos conocer la opinión de Viki Gómez
¿Cómo ha sido la experiencia de la exposición itinerante desde tu punto de vista?
Mi experiencia en los Ecomercados de Granada Sur y Salobreña, el 7 y 8 de septiembre respectivamente, ha sido sumamente enriquecedora y satisfactoria. El público ha mostrado gran interés por la exposición y cercanía en el trascurso de la visita guiada por la misma. Ha sido muy gratificante poder explicar el contenido de la exposición, su concepto, origen, desarrollo…, compartiendo con los visitantes opiniones e impresiones. Poder explicar en primera persona mi proceso creativo en la concepción del Anillo Granatum basado en el texto de Natasha, me ha emocionado.
¿Qué sensaciones ha experimentado?
He sentido que las personas que se acercaban a la carpa se sorprendían al encontrar un lugar diferente dentro del Ecomercado. Más o menos tímidamente han entrado en el espacio y han agradecido y elogiado la exposición y la explicación del proyecto integral “La Hacienda de los Posibles”.
Por último, también hemos querido conocer la opinión de Mar Giménez.
¿Cómo ha vivido esta experiencia?
Cuando Natasha Prévost me invitó a expandir el trabajo expositivo que anteriormente habíamos realizado en el espacio Lavadero, Devenir jardinex planetarix, a través de los Eco Mercados de Granada me pareció una gran idea. A lo largo de mi carrera profesional como artista plástica he tenido la ocasión de participar en distintas propuestas expositivas fuera de los circuitos establecidos como, por ejemplo, en diferentes hospitales de Andalucía. El espacio y las piezas que se exponen están intrínsecamente vinculados así cómo el público que asiste al lugar. El arte sin la persona que lo contempla deja de cumplir parte de su función. En estos casos aumenta y se hace más variado el perfil de personas que visitan las exposiciones. Se despiertan emociones.
¿Cómo se desarrolló la actividad?
Comenzamos temprano nuestras mañanas en el Eco Mercado para montar las carpas que acogen la exposición. Desde el principio ya interactuamos con las personas que labran la tierra, un comienzo próximo a la esencia del proyecto. Van apareciendo viandantes que se acercan con curiosidad. Observan y contemplan mientras le explicamos el contenido. Las relaciones que se producen son sorpresivas, nos suelen aportar un grato enriquecimiento dada la carga política y social del tema que gira en torno a la exposición. Intercambiamos formas de ver y entender la vida, hablamos sobre cultivos, agricultura y el cuidado de la tierra. Cuestionamos las formas de vida en la que nos vemos envueltas y de las posibilidades de transformación. Pero también hablamos de arte, no sólo como expresión si no como enriquecimiento y crecimiento personal, como ventana abierta al mundo que nos rodea.
Solo nos resta agradecer a las tres, a Natasha, Viki y Mar, su valioso testimonio y desearles mucho éxito en sus proyectos futuros.
Por supuesto, invitarles a visitar esta exposición itinerante en las próximas citas:
5 de octubre 2024: Ecomercado Sur. Ribera del Genil. Granada
13 de octubre 2024: Ecomercado Costa I. Plaza del mercado municipal. Avda Federico García Lorca. Salobreña
19 de octubre 2024: Ecomercado Norte. Avda. Luis Miranda Dávalos. Cerca de Al Campo. Granada
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