El 5 de octubre de 2024 se han cumplido trece años de la muerte de Steven Paul Jobs (Steve Jobs) en su casa de Palo Alto, California (EE. UU.). En su recuerdo, bien vale este artículo sobre uno de los iconos más representativos de nuestro tiempo. Alguien afirmó que la Historia lo consagrará en su panteón al lado de Thomas Alva Edison y Henry Ford. Se lo llevó un tumor de páncreas detectado en 2003. Fue sometido a una operación en el “Centro Médico de la Universidad de Stanford” donde se lo extirparon. Aunque sólo le dieron entre tres y seis meses de vida, siguió lidiando con esta enfermedad hasta el 5 de octubre de 2011, fecha en la que falleció a los 56 años: “Me gusta pensar que hay algo que sobrevive después de la muerte”, dejó dicho.
El Apple II, el iPhone o el iCloud, herramientas utilizadas hoy por todo el mundo, han salido de la cabeza de este inventor, informático y empresario. Con sus ideas, no sólo cambió la forma de comunicarnos, sino nuestra manera de vivir. De origen humilde, nació en San Francisco (California) en 1955 fruto de la relación entre Abdulfattah Jandali y Joanne Schieble, quienes lo dieron en adopción al matrimonio formado por Paul Jobs y Clara Hagopian. Su madre biológica puso la condición de que los padres de acogida debían ser universitarios. Éste no era el caso de Paul y Clara, pero lo adoptaron tras firmar un documento en el que se comprometían a que Steve iría a la universidad; compromiso que cumplieron escrupulosamente. Steve supo que era adoptado desde una edad muy temprana.
De carácter irascible, era poco sociable, extremadamente exigente con sus empleados y muy perfeccionista: hasta las cajas de embalar los productos debían ser estéticas. En la película biográfica “Steve Jobs” (2015) dirigida por Danny Boyle y protagonizada por Michael Fassbender, hay una escena que sobrecoge. Es cuando su hija Lisa le pregunta: “Papá, por qué eres así”, a lo que él responde: “Porque estoy mal hecho”. Con veinte años fundó la empresa Apple en el garaje de su casa junto a Stephen Gary Wozniak (conocido por el apodo “Woz”) ingeniero electrónico y amigo. Corría el 1 de abril de 1976, y a partir de aquí, la convirtió en la más valorada del mundo. Según “Cinco Días”, a 23 de septiembre de 2024, Apple tiene una capitalización de mercado o patrimonio neto de 3,44 billones de dólares.
Desde que fue adolescente se interesó por la electrónica y el emprendimiento. En treinta y cinco años revolucionó la industria de la informática, el cine de animación, la música, la telefonía, las tabletas y la edición digital. Cuidaba las presentaciones de sus productos hasta el mínimo detalle convirtiéndolas en un espectáculo. Siempre iba ataviado con vaqueros deslucidos, jersey negro al cuello y zapatillas de deporte. Éstos fueron los productos más relevantes que lanzó al mercado: el Apple II, el primer ordenador personal de consumo masivo de la historia; el Macintosh, que revolucionó los ordenadores personales; las tiendas Apple, inaugurando la primera el 19 de mayo de 2001 en el centro comercial “Tyson´s Corner” (Washington D.C.) con el cartel de “Piensa Diferente” con John Lennon y Yoko Ono en la cama. También el iTunes, el iPod, el iPhone (que bautizaron como el teléfono de Jesucristo), la App Store; el iPad y el iCloud o “la nube”. Así mismo invirtió en la empresa de animación Pixar de la que nació la película Toy Story, el primer largometraje realizado íntegramente por ordenador y que obtuvo un Oscar.
En la conferencia de graduación de los alumnos de la Universidad de Stanford el 12 de junio de 2005 les dijo: “En 1972 entré en la Universidad Reed College de Portland (Oregón) pero la abandoné al poco tiempo porque mis padres se estaban gastando los ahorros de toda su vida, además de que me aburría. Asistí a un curso de Caligrafía cuyos aprendizajes los apliqué a las letras del teclado del Macintosh y a los espacios variables entre ellas. Cuando las cosas fueron mal en Apple me echaron, más tarde volví y el tiempo que estuve fuera fue extremadamente fructífero al crear NeXT y Pixar”. En la última parte de su discurso les habló de la muerte: “Aunque nadie quiere morir, la muerte es posiblemente el mejor invento de la vida porque se lleva lo viejo y da paso a lo nuevo. Tengan el coraje de seguir a su corazón y a su intuición. A pesar de que me diagnosticaron cáncer, mi lema siempre fue “Sigue hambriento, sigue alocado”.
El 24 de agosto de 2011 asistió por ultima vez al consejo de administración de su empresa. En la carta que escribió antes de morir expresó: “He llegado a la cima del éxito en los negocios y a los ojos de los demás mi vida ha sido el símbolo del éxito. Sin embargo, aparte del trabajo, tengo poca alegría. En este momento, acostado en la cama del hospital y recordando mi vida, me doy cuenta de que todos los elogios y las riquezas de los que yo estaba tan orgulloso se han convertido en algo insignificante ante la muerte inminente. Sólo ahora entiendo que una vez que uno acumula suficiente dinero para el resto de su vida, tenemos que perseguir otros objetivos que no están relacionados con la riqueza: las historias de amor, el arte o los sueños de mi infancia. Dios nos ha formado de una manera que podemos sentir el amor en el corazón de cada uno de nosotros y no ilusiones construidas por la fama o el dinero. Sólo puedo llevar conmigo los recuerdos que fueron fortalecidos por el amor. Ésta es la verdadera riqueza que te seguirá, te acompañará y te dará la fuerza y la luz para seguir adelante”: Walter Isaacson, “Steve Jobs” (2011).
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