En el CEIP Federico García Lorca de Olivares, esta última semana ha sido un momento de experimentación y aprendizaje significativo, aprovechado al máximo por nuestro alumnado.

No hay mejor forma de aprender que siendo tú mismo el protagonista del aprendizaje, y esto lo ha experimentado muy de cerca el alumnado de segundo ciclo. Ellos se han encargado de preparar un “minimundo sensorial de otoño” para el alumnado de infantil del centro. Esta tarea ha sido todo un reto para cada uno de ellos, además de una gran ilusión para todos. Cuando los alumnos trabajan y se esfuerzan para que otros aprendan, se crea un ambiente mágico que envuelve todo. Han aprendido a valorar el trabajo que se prepara para ellos cada día, porque han vivido de primera mano lo que implica hacer algo para otros. Han experimentado la responsabilidad, el esfuerzo, la dedicación, la creatividad, las ganas… Y han disfrutado mucho de todo el proceso; el diseño del “minimundo”, la búsqueda de materiales, el pintado de arroz, la creación de recipientes para el conteo, el montaje de todos los elementos preparados…

Estaban tan entusiasmados con la idea de que los más pequeños del colegio disfrutaran, que no dejaban de inventar nuevas actividades y de buscar formas creativas para llevarlas a cabo. Decidieron que fuera una sorpresa; durante un recreo —ese momento sagrado que ningún niño se pierde— se dedicaron a preparar todo en la clase de infantil, para que, al regresar, sus compañeros se encontraran con la inesperada magia del otoño transformando el aula. Las expresiones de ilusión mientras organizaban cada detalle fueron un verdadero privilegio de observar, y acompañarlos en el proceso, un orgullo inolvidable.

Los minimundos o bandejas sensoriales son un recurso eficaz de estimulación y aprendizaje que puede adaptarse a diferentes edades. A través de la manipulación y experimentación sensorial, los niños obtienen información del mundo que les rodea. Estas experiencias les permiten desarrollar procesos básicos como la atención, la memoria y la elaboración de sensaciones y percepciones, que serán la base de procesos cognitivos superiores como la resolución de problemas, el pensamiento lógico o la abstracción.

¿Qué son las bandejas sensoriales o minimundos?

Es un recipiente que incluye diferentes elementos e invita a la experimentación sensorial, la manipulación y la observación. Con ellas, podemos trabajar diferentes aspectos como:

• La motricidad fina.
• La coordinación óculo-manual.
• Algunas habilidades motoras gruesas como los movimientos de vaciado, llenado y traslado de objetos.
• El desarrollo de la atención y la concentración.
• Diferentes conceptos como: lleno, vacío, caliente, frío, meter, sacar, clasificar…
• Favorecen el desarrollo de la creatividad, el sentido artístico y las habilidades de observación.
• Se trabajan conceptos matemáticos, de lenguaje…
• Estimulan los sentidos del niño/a y su interés por el mundo que le rodea.
• Les permiten descubrir las características de diferentes objetos, así como las relaciones entre ellos.

Al preguntarles a los niños y niñas de segundo ciclo cómo se sintieron al preparar esto para otros alumnos del cole, uno comentó: “Seño, no puedo dejar de pensar en sus caras al ver lo que les preparamos, cierro los ojos y las veo continuamente; estaban alucinando, ¡y eso lo hicimos nosotros!”. Otros no dejaban de preguntar: “¿Seño, cuándo les vamos a preparar la próxima bandeja sensorial? Por lo menos una al trimestre tendríamos que hacer, porque a mí me hubiera gustado mucho jugar con algo así cuando estaba en infantil”.

Gracias infinitas a mis niños y niñas de segundo ciclo por su implicación, buen hacer y entusiasmo en todo momento. Es un placer enorme acompañarlos en este bonito viaje que es aprender. Y a nuestros niños de infantil y su maestra Belén, gracias por vuestra gran acogida, por querer jugar, experimentar y dejarse sorprender por lo que apareció un día en vuestra clase. “El otoño llegó marrón y amarillo, cargado de arroz multicolor, piñas, castañas, pinzas, números, hojas y bellotas”.

Nuestros días en el colegio están llenos de sorpresas y color. Este otoño está siendo un aprendizaje auténtico y diario en cada actividad, porque la implicación de nuestros niños y niñas está siendo de diez. Con esas ganas de “vivir”, “experimentar”, “crear” y “sentir”, nos dispusimos a celebrar el Día de las Bibliotecas el pasado 24 de octubre.

Esta actividad la realizamos en conjunto con la biblioteca pública municipal de Olivares. Rosa, la bibliotecaria, se implicó y coordinamos la actividad con ella. Consistió en una “sentada literaria” en la que alumnado, profesorado y familias se sentaron a disfrutar de un rato de lectura en la plaza donde está ubicada la biblioteca municipal.

Salimos de la biblioteca de nuestro cole, cada uno con su libro en la mano. Llevábamos el libro que nos apetecía leer, ese que nos tenía enganchados o el que acabábamos de escoger y nos ilusionaba abrir. Así, con nuestro tesoro literario bajo el brazo, empezamos a salir del centro con ánimo y entusiasmo.

Entonábamos canciones de vez en cuando: “Nos gusta mucho leer, el Día de la Biblioteca es” o “Si te quieres divertir, coge un libro y sé feliz”. Con la alegría que proporcionan los libros, llegamos a la plaza de la biblioteca, donde nos esperaban Rosa, la bibliotecaria, y algunas familias, también con libro en mano, dispuestas a pasar un rato leyendo juntos bajo el sol de otoño.

Tras un toque de maza, comenzó nuestro rato de lectura. Cada uno, con su libro, fue el protagonista de ese momento, viviendo aventuras y soñando con las hojas de nuestro amigo libro entre los dedos. A los más pequeños, su maestra les leyó para que esta actividad no se perdiera, y sus caras de entusiasmo las recordamos todos.

Al terminar, sonó nuevamente la maza, indicando que la “sentada literaria” había finalizado. Para nuestra sorpresa, los niños querían seguir leyendo. Algunos decían: “¡Qué corto!, ¿ya?”. Se les pasó el tiempo volando, y ese fue el éxito absoluto de la sentada; que nuestros alumnos quisieran leer más.

“La lectura fabrica sueños” y, en nuestro cole, el Día de la Biblioteca lo vivimos de forma palpable y real, como las caras de ilusión de nuestros niños y niñas tras la “sentada literaria”.

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