No es la primera vez que Piedad Lozano (Baza, 1960) expone en el Espacio de Arte de Santiago Collado. Ya lo hizo hizo en marzo de 2023 con su muestra ‘Calma’, una selección de óleos sobre lino o lienzo, centradas en figuras danzantes extraídas en distintos espectáculos de la Extensión del Festival Internacional de Música y Danza. Ahora regresa con algo muy distinto, ‘Una Alhambra pasada por el alma, II’, en la que distintos espacios y rincones del monumento nazarí son los auténticos protagonistas. La exposición se inauguraba el pasado 25 de octubre de 2024 y permanecerá en esta sala de la Avenida de Cádiz, nº 12, hasta finales de este mes.
En el acto inaugural intervino el director del espacio que mostró su alegría por contar con nuevo con esta artista a la que conoció con por sus pinturas de la Alhambra «por su manera de jugar con los espacios, con la luz blanca increíble y la oscuridad». También reconoció que es «un lujazo» contar con los óleos de Piedad que de lejos se asemejan a un hiperrealismo «pero si tenemos la delicadeza de acercarnos tenemos unas pinceladas honestas, directas y sencillas». Así mismo indicaría irónicamente que como en todas las inauguraciones sigue con «la mala costumbre de que el día de la inauguración hacemos un 20% de para daros las gracias a todos los asistentes». A continuación volvería a ensalzar la obra de la artista para cuya mejor contemplación procedió a apagar las luces de la sala «porque realmente la luz que desprenden estas obras es impresionante, espectacular».
A continuación tomaría la palabra para mostrar su satisfacción de volver a este espacio de arte y mostrar su plena confianza en Santiago a la hora de llevar a cabo el montaje de las obras. Respeto a la exposición manifestó su deseo de darle «un toque especial» y la primera sensación que sintió al entrar por la puerta pues al contemplar la sala con los cuadros colgados se le antojó «un remanso de paz», por lo que «se emocionó bastante». Seguidamente informaría que es la segunda vez que hace un proyecto de estas características y que para el anterior contó con «un texto maravilloso» de Antonio Enrique. También señalaría que en esta segunda se nota que ha evolucionado bastante y que los elementos están más nítidos así como su deseo de crear unos espacios en los que te den ganas de entrar dentro «porque lo ves como muy real, te dan de entrar, de sentarte y relajarte, tomar el fresco, sentir la luz, el calor y el frío». Para terminar señalaría que está bastante contenta y satisfecha con el resultado de dos años de trabajo.
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