‘Granada, luz de mis sentidos’ es el título de la exposición de Ana Rivas Fernández, que hasta el 2 de diciembre se muestra en la Galería Enrique Seijas, localizada en el Colegio de Gestores de Granada, Jaén y Almería, en en número 30 de la calle Frailes. La misma era inaugurada el pasado 5 de noviembre donde la artista granadina estuvo arropada por un nutrido grupo de amistades, familiares y personas que han pasado por sus talleres de pintura. El horario para visitar la muestra es de mañana y tarde, de 10 a 2 y de 5 a 8 horas.
Por nuestra parte tuvimos la suerte de poder realizar una visita guiada en la que Ana Rivas nos fue descubriendo curiosidades de sus obras entre las que predominan vistas de la Alhambra y rincones de los palacios nazaríes o la propia Carrera del Darro donde prima la luz, de ahí el título de la muestra. Otras de sus temáticas es la vegetación especialmente en otoño. «Me gusta mucho el movimiento y la textura que entren ganas de tocar la pintura. Una muestra de de ellos es este tríptico, tres obras independientes pero se pueden poner juntos como se puede ver en la exposición: los baños árabes, el patio de los arrayanes y la sala dorada», indica mientras los va señalando. También explica que el encantan los tonos dorados de los atardeceres y que por eso los pinta pues como dice su amigo «cuando algo me gusta no lo digo, lo pinto». Entre sus temáticas favoritas también están los bodegones de frutos de otoño, y las flores «dándole el sentido de retrato», especifica ant su obra dedicada a los lirios o el vaso con lilas que ella pintó a tiempo que impartía una de sus clases de pintura en su estudio.
Ana nos aclara que es «más de óleo y técnica mixta» lo que no quita que en la exposición se muestren algunas acuarelas en las que demuestra igualmente gran maestría. Ya en la sala principal se incluyen obras de gran formato centrada en nenúfares, estanques de la Alhambra especialmente el de los Arrayanes en el que los reflejos del agua en movimiento debido a la brisa que para ella significan también la inestabilidad del ser humano y la fugacidad de la vida.
En el acto inaugural, además de Pilar Márquez, tesorera del Colegio de Gestores Administrativos, intervino la poeta y pintora Marijose Muñoz cuyo poema en el que ha incluido todos los títulos de los cuadros expuestos reproducimos a continuación:
GRANADA, LUZ DE MIS SENTIDOS, por Marijose Muñoz
El río Guadalquivir
tiene las barbas granate,
los dos ríos de Granada
uno llanto y otro sangre.
Federico G. Lorca Bajo el recuerdo de una lluvia serena
en calle Recogidas, el viento ordena
a las lilas que perfumen la mañana callada,
susurros de granadas y uvas doradas.
Los lirios del campo con sus suaves colores,
danzan en la brisa como sueños en vuelo,
Torreones de la Alhambra, en sus albores,
atrapan la luz que se abre en el cielo.
Al atardecer se tiñen los palacios de fuego,
un lienzo de maravillas, de pasiones latentes,
caminante de lejos que sueñas su anhelo,
mujeres que visten de sedas con luces ardientes.
Cada gota de lluvia que cayó, verso callado,
cada hoja brillando, un canto divino,
en esta sinfonía que nunca ha acabado,
Ana te invita a soñar, en este camino.
En los pies silenciosos de la Alhambra,
la vid suspira susurros de añoranza,
otoño, bajo el manto de la noche estrellada
el viento juega con las hojas, verdeada danza.
Los jardines son tu lienzo de melancolía,
dibujan senderos de oro y carmesí,
las hojas caen nerviosas, susurros del día,
pintando en el suelo, corazones para ti.
El río murmura entre piedras ancestrales,
su canto es un lazo que une al pasado,
reflejando en su espejo, ilusiones natales,
nenúfares que flotan en un sueño sagrado.
Las medidas del viento son notas de un laúd,
que acarician el agua que llega al corazón,
en cada ondulación, un misterio que induce
a un eco lejano, mirada dulce de eterna pasión.
Y así llegamos a la sala dorada,
donde el arte nace en cada rincón,
sus muros son cuentos de una vida consagrada,
bajo la mirada de un sol en meditación.
El patio aguarda, con su calma infinita,
como un abrazo que envuelve el alma,
en cada fuente, un reflejo palpita,
lluvia sutil que el tiempo embalsama.
Nocturno de la Alhambra, canto eterno,
donde la vid se enreda con el amor,
en los jardines, el otoño se vuelve interno,
y la historia florece en cada clamor.
En el río que serpentea un verso entre sombras,
los nenúfares danzan, bajo el manto del viento.
Sus hojas son espejos, reflejan historias calladas,
donde se aquieta y abraza la eternidad del tiempo.
El patio de arrayanes, guarda secretos viejos,
sus arcos conversan con el aire y un halo de misterio
se cierne, testigo de mujeres lanzando suspiros lejanos
tejiendo un canto bajo sedas nocturnas de su cautiverio.
Hotel Victoria, guardián del alma de Granada,
en tus cornisas se queda colgada mi mirada,
elegante fachada que te lleva a perderte en los años,
sobre un río dorado con corriente de esperanza.
Así, entre lilas y membrillos perdidos, la tarde
se viste de gala y de gloria, caminante
no hay camino, te escribo un poema,
te cuento la vida y la obra de Ana en forma de historia.
Marijose Muñoz Rubio
Visita guiada de la exposición:
Deja una respuesta