Las devastadoras inundaciones que hace unas semanas hemos padecido en varias partes de nuestro país, sobre todo en la región valenciana, revelan de manera impactante la magnitud y la inmediatez de la crisis climática. Y la necesaria formación en Protección Civil en los colegios. Los expertos llevan alertando que el calentamiento global continuado intensificará aún más la variabilidad del ciclo global del agua con precipitaciones muy fuertes y los periodos secos. Las personas y la naturaleza están en peligro, no solo en zonas vulnerables. Este tipo de catástrofes climáticas afecta a todos, en todas partes y de manera rápida. La política y su actuación, como la de la ciudadanía, deben estar a la altura del desafío. Es necesario también la reducción del riesgo de desastres, por ejemplo, evaluando la gestión, incrementando la representación cartográfica, la planificación ayuda en posibles riesgos de desastres en el medio rural, en áreas de montañas, de riberas de ríos, de llanuras costeras inundables, de tierras áridas, de humedales y todas las zonas propensas a sequías e inundaciones. Determinando las zonas seguras y creando las infraestructuras que contribuyan a reducir lo más posible los riesgos.
Ahora hay que alentar al gobierno, a las comunidades y a las instituciones a movilizarse al máximo en apoyo de las víctimas, que los afectados reciban toda la ayuda y solidaridad necesaria en este largo periodo de emergencia. Con este trágico suceso, hemos sido testigos de una verdadera catástrofe en España. Lloramos y rezamos por quienes perdieron la vida y por los que sobrevivieron a estas inundaciones devastadoras.
Los expertos del programa medioambiental de Naciones Unidas publicaron recientemente sus conclusiones sobre los compromisos adquiridos por los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, con el fin de frenar el calentamiento global. Un año más, estas vuelven a ser decepcionantes y se resume en una sola advertencia: «La ambición no significa nada sin acción». Esta frase, repetida hasta la saciedad por los analistas de la ONU, recuerda a los gobiernos que, a pesar de las declaraciones de intenciones realizadas, la curva de las emisiones contaminantes ni muestra un descenso en la media global ni tampoco alcanzan el ansiado pico a partir del cual se produciría un descenso continuado.
En este panorama global, existen diferencias sustanciales entre países y regiones del mundo, que son también analizadas en este trabajo de Naciones Unidas. El peso que tienen Rusia, China o Estados Unidos en la emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global del clima nada tienen que ver con las que aportan los países de la Unión Africana, por ejemplo.
De este análisis, destaca el papel que está jugando la Unión Europea en la lucha contra las emisiones. El famoso ‘Pacto Verde’ y las políticas medioambientales que la Comisión ha puesto como una de sus prioridades en los últimos años parecen haber dado sus frutos.
Según el análisis ofrecido por los analistas de Naciones Unidas, Europa sería la única entidad que cumple con objetivos significativos de reducción de emisiones, con una rebaja de 7,3 puntos porcentuales entre el año 2022 y 2023. EE UU es la otra que también reduce un poco su aportación de contaminación a la atmósfera, un pequeño 1,2%, algo es algo. Frente a estas tendencias, la de India, China y Rusia destacan en el lado contrario, con un incremento del 6,5% y 2% respectivamente.
Todavía es posible alcanzar el 1,5º o 2º grados de los Acuerdos de París. La tecnología existente y el precio son suficientes para cerrar la brecha de emisiones. Todo lo que sea menos porcentaje de reducción, es una mayor subida directa de las temperaturas, con todas las consecuencias para la vida de los ciudadanos, las economías y los ecosistemas que eso conlleva. Si no, la temperatura subirá 3,1º, lo que realmente llevaría al mundo a un futuro que, aunque incierto, sería muy distinto al de ahora.
¿Podemos frenar el calentamiento global? Para este cambio, la gran apuesta está en las energías renovables, eólica y solar fotovoltaica, incluso la nuclear… La generación de electricidad sigue siendo el sector que más emisiones de gases de efecto invernadero genera, a mucha distancia con el siguiente, que serían el transporte. Pero para llegar a esto la paz en el mundo, los acuerdos, las movilizaciones, las inversiones y las ayudas mutuas tienen que estar en el día a día. Las cifras que las pongan los expertos. ¡Pero ya, por favor!
Un cordial saludo a los lectores y lectoras de IDEAL en Clase.
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