Siempre digo que a las personas que nos gusta el arte pero no somos expertos, cuando contemplamos la obra de un pintor, un escultor, un fotógrafo o un arquitecto, no deberíamos afirmar ¡qué gran exposición! o !vaya calamidad de muestra! Y ello porque considero que las opiniones sobre el valor o el mérito de sus creaciones corresponden al crítico, al especialista. Uno, a lo más que debe llegar es a expresar las emociones que nos ha producido, si nos ha gustado o si nos ha decepcionado; yo, al menos, es lo que hago. Esto es lo que me sucedió al ver la exposición del artista jienense Julio Juste en el Museo Casa de los Tiros que lleva por nombre “Arte final. Carteles de Julio Juste”.
Me llega, me dice algo la obra de este artista multimedia que nació en Beas de Segura (Jaén) el 29 de agosto de 1952 y falleció en Belicena (Granada) el 20 de octubre de 2017. Se trasladó con su familia a nuestra ciudad en los años sesenta en cuya universidad se licenció en Historia del Arte y se doctoró en 2010 con la tesis “El metaverso: la escritura del imaginario. De “Snow Crash” a “Second Life”. Fue dirigida por el profesor Ignacio Henares que ha dicho de él: “Hasta donde alcanza mi memoria del artista y su obra, desde la correspondiente al genial artista adolescente, cada proyecto de Julio Juste se ha mostrado con la tensión y el acento de un verdadero manifiesto artístico”. Ahora que este término lo ha puesto de moda Mark Zuckerberg, él ya lo abordó quince años antes en dicha tesis, definiéndolo como “Un mundo generado por ordenador, inexistente, excepto en la imaginación. Este mismo concepto de metaverso es el que se ha llevado a cabo en Internet, en un grado de mayor o menor desarrollo, que se presenta como una vida simulada alternativa a la realidad”.
Su primera exposición la llevó a cabo en 1970 en la Caja de Ahorros de Almuñécar. A partir de ahí, mientras estudia, realiza otras en Granada para luego hacerlo en Madrid, Málaga, Sevilla, San Sebastian y Santa Fe y participa en numerosas exposiciones colectivas y de grupo. Su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas como las existentes en el Museo de Arte Abstracto Español (Cuenca), la Universidad de Granada, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, la Fundación La Caixa, la Colección Banco de España, la Colección BBVA o The Hispanic Society of America. A comienzos de la década de los años ochenta, en un momento de cambio de la sociedad granadina, Julio Juste compartió las tareas de diseño gráfico con un grupo formado por varios conocidos como Pablo Sycet, José María Rueda, Valentín Albardíaz, Alfonso Sánchez Rubio o José María Garrido. Abordó la realización de carteles e imágenes fotográficas personales o reproducciones de obras propias cuidando detalles como el tamaño de la imagen o del texto.
En 2017 se exhibe en el Palacio de los Condes de Gabia con el nombre de “Conjeturas del corazón”. Con ella regresaba a este Palacio treinta años después para mostrar sus últimas creaciones de pinturas, vídeos, leds y sonidos. La incorporación durante la última década de recursos multimedia ha ampliado la concepción que Julio Juste tiene de la pintura, especialmente del color. Sobre esta muestra manifestó que “aunque lo que más me interesa es la pintura, esta se ha visto implicada en otros medios y otros lenguajes como el vídeo y el sonido, que no son excluyentes, sino que pueden establecerse síntesis entre ellos. En concreto, esta exposición podría ser el cénit, un momento culminante al menos, de esta simbiosis y de mi preocupación por la suma de la dimensión temporal”. El destino quiso que muriera de forma repentina la madrugada anterior a la inauguración de esta exposición: no pudo darse peor casualidad. Se dijo que fue debido a un infarto como la causa más probable de la muerte. Seguro que la contempló desde el cielo y disfrutó explicándosela a todos los artistas que fallecieron antes que él. Además de su producción pictórica y gráfica, destacan sus murales e intervenciones como la bóveda de la “Fundación Euroárabe” de Granada. Julio Juste ejercía también de agitador cultural en actividades relacionadas con la edición de libros y el cine, y fue cofundador del “Gabinete Ciudad y Diseño”. En el Cuarto Real de Santo Domingo (2022), en la exposición que lleva por nombre “Fandango Club”, muestra una colección de piezas a modo de crónica de las noches en los tablaos del Sacromonte que van de las gitanas de raza del barrio granadino a una RockStar de Minneapolis, todas ellas criaturas de la noche. El artista se adentra en el cante, el baile, los toros y la juerga.
Ahora es de nuevo actualidad porque expone en el Museo Casa de los Tiros bajo el título “Arte final. Carteles de Julio Juste”. Se trata de una muestra retrospectiva con un centenar de piezas de su obra gráfica. Se organiza en torno a carteles de urbanismo y arquitectura; pictóricos que recrean un dibujo; tipográficos que enumeran a colegas en una exposición colectiva y otros que publicitan acontecimientos, fiestas o actividades culturales por encargo de las administraciones públicas. Su trabajo estuvo estrechamente ligado a diversos proyectos de este museo, destacando, de forma decisiva, los elaborados para el Festival Internacional de Teatro en sus diez primeras ediciones, los de Las Capitulaciones de Santa Fe, entre 1988 y 1991, los elaborados con obra propia y ajena para el Festival Internacional de Música y Danza de Granada y los materiales para la celebración del Año Alonso Cano. Igualmente, han sido multitud de carteles los que realizó para anunciar exposiciones en el Palacio de los Condes de Gabia y para el Centro José Guerrero. Julio Juste, un artista integral.
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