El pasado viernes 13 de diciembre el alumnado de Secundaria del CEIP Federico García Lorca (Olivares) tuvo la oportunidad de visitar y conocer la Residencia Hogar Fray Leopoldo de Granada, donde fueron acogidos con un cariño infinito por todos los residentes y el personal del centro, habiendo dejado una huella imborrable en su crecimiento personal.
El proyecto comenzó en 2023, cuando el alumnado estudiaba en clase de Lengua cómo escribir cartas. Uno de los alumnos propuso usar sus cartas y nuevos conocimientos para alegrar la Navidad a aquellos que más podrían necesitarlo: sus mayores. Prendió así la chispa de un proyecto ilusionante, entre alumnado y personas de la tercera edad. Desde entonces, el proyecto ha generado una cadena de aprendizajes y emociones para la vida con un valor incalculable.
En el momento en que se presentó la opción de trabajar juntos a Antonio Jesús Morales García (trabajador social del Hogar Fray Leopoldo) y Rocío Ruíz Ortega (técnico en animación sociocultural del centro), no dudaron en comenzar a darle forma al planteamiento junto a su director Javier González Jiménez, hasta lograr hacerlo posible. El vínculo creado, en concreto con el Hogar Fray Leopoldo, surge de la amistad entre el trabajador social y la maestra y tutora del alumnado de la ESO y la creencia de ambos en los beneficios que podía generar el encuentro entre generaciones en los colectivos.
La Residencia Hogar Fray Leopoldo se encuentra en la ciudad de Granada, en el distrito de Genil (C/Ojos del Salado, 5). Se enmarca dentro de la Fundación Benéfico Asistencial Hogar Fray Leopoldo, constituida en 1979 y que se define como una organización benéfica de asistencia social sin ánimo de lucro. El Hogar cuenta con 108 residentes y 30 usuarios de centro de día. Su principal objetivo es aportar humanidad y dignidad a la tercera edad, ofreciendo calidad asistencial y compromiso social ante las diferentes necesidades de este colectivo. Posee un amplio equipo multidisciplinar especializado en gerontología y ostenta el reconocimiento de la sociedad granadina por su labor filantrópica con las personas mayores. El centro dispone de unas instalaciones amplias y luminosas, con unas vistas increíbles a la ciudad de Granada, a su vega y a Sierra Nevada. La organización de los espacios busca dotar de significado la palabra con la que se le denomina, Hogar, con el objetivo de ofrecer una atención centrada en la persona.
Desde el centro residencial ha existido en los últimos años una tendencia hacia la realización de encuentros intergeneracionales, promovidos principalmente por su técnico en animación sociocultural. Estos encuentros han fomentado un aumento de la relación de los residentes con la comunidad, enriqueciéndose de las realidades, experiencias y afectos de los jóvenes, y generando ilusión y entusiasmo en el centro ante las diferentes visitas recibidas.
Como se ha demostrado desde la gerontología, las experiencias intergeneracionales proporcionan a las personas mayores un espacio de transmisión de conocimientos y vivencias, mejorando la forma en la que se perciben a sí mismos y fomentando las relaciones sociales con colectivos ajenos a la institución en la que conviven. También en aquellos mayores con demencia se ha demostrado que pueden presentar mayor predisposición a este tipo de actividades que a otras no intergeneracionales, como pudo comprobarse durante la visita de los alumnos de Olivares. Colectivos de diferente edad y circunstancias aportan una mirada complementaria a la vida y suponen una estupenda ocasión para salir de la rutina diaria y abrirse a nuevas interacciones y experiencias. Es por ello que personal y residentes del Hogar mostraron entusiasmo ante la posibilidad de recibir a los alumnos.
Desde el ámbito educativo, este proyecto está fundamentado en la metodología APS (Aprendizaje-servicio). Esta forma de trabajar en la escuela constituye un método que une el aprendizaje con el compromiso social, es decir, consiste en aprender ofreciendo un servicio a la comunidad.
Los objetivos principales de esta metodología son:
- Formar buenos ciudadanos capaces de mejorar la sociedad, lo cual es la base de una educación exitosa.
- Fomentar que los niños y ciudadanos sean motor de cambio. Los jóvenes pueden provocar grandes modificaciones en su entorno contribuyendo a hacer un mundo mejor.
- Ayudar a los demás mediante una práctica solidaria (acompañamiento y lucha contra la soledad).
- Trascender el aula como único espacio educativo.
- Aprender haciendo (uno de los métodos más eficaces), basado en el aprendizaje competencial, en contextos reales y significativos, desde la motivación, en el que el alumno es el protagonista de su propio aprendizaje y encuentra un sentido a lo que estudia en clase.
El proyecto ha contado con las siguientes fases:
- En primer lugar, el alumnado escribió una carta a la persona mayor con la que se le había emparejado. En ella se presentaban, les contaban cómo eran sus vidas y su día a día, además de felicitarles con una postal navideña y un regalo de manualidad. Estas cartas fueron leídas en la residencia por las personas mayores que se alegraron mucho al recibirlas. Para esta acción el Hogar seleccionó a aquellos residentes que gozaban de menos apoyo sociofamiliar, para asegurar que recibiesen su felicitación en unas fechas tan señaladas.
- En segundo lugar, se planificó la visita presencial con vistas a la siguiente Navidad, para darle continuidad al contacto entre generaciones en esta época tan significativa del año.
- En tercer lugar, se realizó un trabajo previo organizando todas las actividades desde el Hogar y el colegio para el día de la visita. En el centro residencial se preparó la recepción del alumnado, maestras y madres acompañantes, se organizó una visita por las instalaciones para conocer las diferentes unidades de convivencia de los mayores, se pusieron a disposición distintos espacios para las dinámicas, se ofreció un rico desayuno a los escolares y se reunió a todos los mayores posibles para integrarse con los niños. Desde el colegio se informaron sobre la institución, sobre las condiciones de los residentes y en lo que iba a consistir la excursión. Se aprendió el poema (Mi abuela es un hada, de Gloria Fuertes) que iban a recitar a los abuelos, se diseñó una presentación sobre el centro escolar y el pueblo de Olivares para exponerla. Se preparó una entrevista personal para los mayores y se hicieron “varitas mágicas” consistentes en lápices para usar y hacer magia, como detalle ligado al poema que se había preparado.
- Por último, llegó el gran día y se realizó la visita el viernes 13 de diciembre, donde se llevaron a cabo las dinámicas previstas entre los jóvenes y los mayores.
Sin embargo, a pesar de describir el proceso y cómo se ha organizado, es muy difícil plasmar cómo se ha vivido: los nervios previos a enviar o recibir noticias de los abuelos y niños, la excitación desde el primer día de curso preparando la visita a la residencia, la emoción al recitar el poema y la escucha atenta de los mayores, charlar sobre sus vidas, la cara de ilusión de los residentes, el cariño y sobre todo las emociones a flor de piel de la jornada. Sin duda, la mejor forma de conocer esta experiencia es vivirla, pues nadie se esperaba la repercusión y los beneficios que han obtenido todas las personas involucradas.
El proyecto se ha podido llevar a cabo gracias a la colaboración de los equipos directivos que han proporcionado todos los recursos y el apoyo necesarios, los profesionales como Rocío Ruíz, la maestra Eva María Burgos, las familias del colegio que han ayudado a sus hijos (como siempre) y las madres que han acompañado en la visita, Esther Salas y Rocío Sánchez. Y por supuesto, gracias a las personas mayores y al alumnado, ya que sin ellos nada de esto hubiese tenido sentido, ni habría sido una experiencia tan mágica y extraordinaria. El encuentro ha sido un regalo navideño para todos, un momento de solidaridad compartida, lleno de risas, abrazos, enseñanzas e historias que perdurarán en el recuerdo, sin importar la edad.
Así es como finalizó una gran jornada, con más de un año de preparación previa y que resultó fugaz para el alumnado y los mayores, pues ninguno quería que llegara a su fin. Sin embargo, hubo una sorpresa, pues los mayores, a los que tanto aprecio tienen ya en la comunidad educativa, prometieron visitar el colegio en primavera y disfrutar así de otra mañana juntos. Con esta nueva fecha en los calendarios, fue más sencillo marcharse y comenzar a soñar con la próxima quedada intergeneracional y con la visita de Liliana, Maxi, Antonio, Carmen, Encarna, Fernando y otros tantos que con su sabiduría y amor sembraron una valiosa semilla para el futuro.
Autores:
Antonio Jesús Morales García (trabajador social del Hogar Fray Leopoldo).
Mariam Baena Cantero (maestra especialista de Francés y tutora de ESO).
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